Reto de la Comisi¨®n

La Comisi¨®n Europea ha optado, tras la oportuna consulta a sus servicios jur¨ªdicos, por someter al Tribunal Europeo de Justicia la decisi¨®n de los ministros de Finanzas (Ecofin) de suspender temporalmente el procedimiento sancionador del Pacto de Estabilidad y Crecimiento contra Francia y Alemania por exceder el l¨ªmite de d¨¦ficit (3%) fijado para garantizar la estabilidad monetaria europea. El acuerdo de la Comisi¨®n, al que se opusieron varios comisarios, entra en un terreno no explorado y de consecuencias por nadie previstas. El recurso contra lo que se ha interpretado como una ruptura de hecho del Pacto de Estabilidad es leg¨ªtimo, por supuesto, pero no facilita la normalidad de la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas en Europa.

El paso dado supone un elemento a?adido de perturbaci¨®n a los ya existentes en la compleja toma de decisiones de las instituciones comunitarias, pues se trata nada menos que de un movimiento de la Comisi¨®n contra el Consejo de Ministros. Como ha reconocido p¨²blicamente el primer ministro belga, este enfrentamiento "no es una buena cosa". Tampoco se ha mostrado partidario de este contencioso el presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox.

Que el proceso abierto no depare resultados favorables no significa que el comisario Solbes no haya hecho lo que probablemente deb¨ªa hacer: clarificar un conflicto competencial con el fin de conocer el alcance de la suspensi¨®n. Lo ideal ser¨ªa que esa denuncia, que la Comisi¨®n pide al Tribunal que resuelva por la v¨ªa de urgencia, no condicionara la necesaria revisi¨®n en profundidad del Plan de Estabilidad, en parte sugerida, aunque ciertamente tarde, por el propio comisario. Esta reforma, que requiere un consenso pleno entre los pa¨ªses de la eurozona, ha de conducir a medidas m¨¢s afinadas para conocer las divergencias econ¨®micas internas.

El d¨¦ficit como indicador de estabilidad se ha demostrado excesivamente manipulable por las habilidades de la contabilidad p¨²blica y, adem¨¢s, hay circunstancias pol¨ªticas que superan la urgencia de estabilidad presupuestaria de una econom¨ªa, como le ocurre a Alemania con su proceso de unificaci¨®n. Esta medida deber¨ªa corregirse con la del stock de deuda p¨²blica, m¨¢s indicativa de la marcha real de las cuentas p¨²blicas. Adem¨¢s, deber¨ªa prestarse la atenci¨®n debida a la agenda reformista de cada pa¨ªs y a sus requisitos de inversi¨®n p¨²blica. Hacer de la necesidad virtud es lo que cabe exigir ahora a la Comisi¨®n. No es el momento de empantanar decisiones, sino de mejorar los instrumentos econ¨®micos disponibles.