"El l¨ªmite a la inmigraci¨®n es, parad¨®jicamente, la democracia"
El catedr¨¢tico de la Universidad de Salamanca Mariano Fern¨¢ndez Enguita (Zaragoza, 1951) est¨¢ convencido de que "el que llega debe aceptar las reglas", cuando se le plantean algunos problemas por el enfrentamiento cultural o de costumbres surgidos con colectivos de inmigrantes, como el de prohibir o no el uso del hiyab en las escuelas. Sin embargo, afirma tambi¨¦n que estas reglas han de acotarse claramente y "reducirse" a lo m¨¢s b¨¢sico. El soci¨®logo fue ayer uno de los ponentes en la Conferencia Internacional sobre la Nueva Ciudadan¨ªa, que se celebra en Bilbao y se clausura hoy.
Pregunta. ?Qu¨¦ propicia esta conferencia?
Respuesta. Un debate sobre la nueva ciudadan¨ªa en el que el centro visible es la inmigraci¨®n, pero en el que se mezcla un poco todo: la inmigraci¨®n, el problema de la integraci¨®n social y hasta el plan Ibarretxe que planea por ah¨ª.
"Es una contradicci¨®n querer integrar a los que vienen de lejos mientras se desintegra a los de cerca"
P. ?Hasta el plan Ibarretxe?
R. Ha estado el consejero Javier Madrazo diciendo que los inmigrantes tienen que poder votar cuando haya una consulta popular, como residentes en el Pa¨ªs Vasco. No s¨¦ si el PNV o EA pensar¨¢n lo mismo.
P. Su conferencia se titula La otra cara del demos, ciudadan¨ªa y exclusi¨®n.
R. La idea b¨¢sica es que el demos, la ciudadan¨ªa, la naci¨®n real, ha sido hist¨®ricamente una forma de inclusi¨®n, que lenta y dolorosamente ha tra¨ªdo la igualdad. Construir una naci¨®n es esencialmente asimilar a una cultura de ¨¦lite una poblaci¨®n y romper las fronteras interiores.
P. ?C¨®mo es que en los ¨²tlimos a?os ha habido un renacimiento de los nacionalismos en Espa?a?
R. ?se es un juego retroalimentado, una vez que una parte del todo empieza o lo hace m¨¢s intensamente, las otras responden t¨ªpicamente a ese juego. El problema de Espa?a es el de una naci¨®n insuficientemente construida, donde no se ha creado una suficiente cohesi¨®n nacional. Y creo, sobre todo, que hay proyectos hist¨®ricos de larga data, que no desaparecen as¨ª como as¨ª, como es especialmente el nacionalismo vasco sabiniano, con su intrincada relaci¨®n con los jesuitas.
Tambi¨¦n veo una dimensi¨®n perversa en el nacionalismo, en todo el nacionalismo separatista, y es que en contra de la imagen de que es una cuesti¨®n de las clases populares, los campesinos, que mantendr¨ªan las purezas primigenias, los nacionalismos son, sobre todo, un inter¨¦s de funcionarios. Los procesos de separaci¨®n lo que dan es un inmenso bot¨ªn, y de una sola vez, que consiste en que un mont¨®n de gente pasa de ser cola de le¨®n a cabeza de rat¨®n.
P. ?Y a ese nacionalismo en qu¨¦ le beneficia o perjudica la inmigraci¨®n?
R. Ser¨ªa una contradicci¨®n querer integrar a los que vienen de lejos, mientras uno desintegra a los que tiene cerca.
P. El problema de la inmigraci¨®n ha estado esta semana en la primera plana de los peri¨®dicos. ?A qu¨¦ se deben los flujos que llevan a los inmigrantes de una zona a unas comunidades o a otras?
R. Primero, hay ciertas afinidades afectivas. Por ejemplo, a una persona que viene de un medio campesino le es m¨¢s f¨¢cil integrarse en un medio campesino, porque tiene las capacidades y destrezas para ello. Tambi¨¦n existen redes, los inmigrantes se siguen unos a otros, porque se acogen. Y luego, hay carencias de mano de obra espec¨ªfica.
P. Un total de 1.647.011 extranjeros residen de forma legal en Espa?a. En relaci¨®n con la poblaci¨®n espa?ola, ?es una cifra aceptable? ?Hasta d¨®nde se podr¨ªa llegar?
R. En compaci¨®n con el resto de Europa, esa cifra es baja. El porcentaje de saturaci¨®n es imposible de saber. Un pa¨ªs no es un sistema econ¨®mico cerrado en el que cabe un n¨²mero determinado de inmigrantes. La capacidad es ilimitada. Tenemos un sistema que cuando tiene m¨¢s gente genera m¨¢s oportunidades. Por consiguiente, te¨®ricamente, sin l¨ªmite de tiempo, una econom¨ªa puede absorber una cantidad ilimitada de inmigrantes.
P. ?Y con el tiempo limitado?
R. A corto plazo, lo que sucede en una democracia es que la gente se fija en si uno tiene o no empleo y si hay o no inmigrantes, y lo relaciona. Parad¨®jicamente, el l¨ªmite a la inmigraci¨®n es la democracia. Eso se ve en Francia, en Alemania. Cuando se percibe una amenaza en la inmigraci¨®n, la democracia peligra: aparecen los movimientos neofascistas. Fuera de la democracia no hay salvaci¨®n, por lo que hay que buscar un equilibrio entre lo que te¨®ricamente podr¨ªa ser y lo que la ciudadan¨ªa llega a aceptar. Ahora bien, una vez que est¨¢n aqu¨ª y los que est¨¢n aqu¨ª deben ser integrados con plenitud de derechos.
P. ?Cambia el concepto de ciudadan¨ªa con la llegada de la inmigraci¨®n?
R. El contenido de la ciudadan¨ªa es uno y s¨®lo uno. Puede ser redefinido tantas veces como se quiera, pero no se puede hablar de dos tipos, uno con inmigrantes y otro sin ellos. Lo que s¨ª es importante es que hay que desvincular la ciudadan¨ªa de la nacionalidad.
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