Ocasi¨®n perdida

El tripartito catal¨¢n ha experimentado ya su primer desencuentro a la hora de nombrar al nuevo director general de la Corporaci¨®n Catalana de Radio Televisi¨®n. Nada en el proceso ha tenido la ejemplaridad que se esperaba del primer nombramiento comprometido del nuevo Ejecutivo catal¨¢n. No se entiende muy bien por qu¨¦ ha intervenido el consejo de administraci¨®n saliente, elegido en la anterior legislatura. Tampoco los encontronazos p¨²blicos entre los tres socios. Ni la sensaci¨®n transmitida de que la pugna por los cargos frena la acci¨®n del Gobierno. Todo ello para nombrar al final al ex ministro socialista Joan Maj¨®.

Hay pocas dudas sobre la capacidad profesional de Maj¨® para la tarea que se le ha encargado. Pero en pol¨ªtica las formas son importantes. En la oposici¨®n y en campa?a electoral los partidos del Gobierno de izquierdas hab¨ªan hecho de los medios p¨²blicos catalanes un caso emblem¨¢tico. Y hab¨ªan adquirido firmes compromisos de darles la autonom¨ªa de la que no hab¨ªan gozado con los Gobiernos nacionalistas conservadores. Ahora cabe esperar que el nombramiento de los directores de la radio y la televisi¨®n p¨²blicas respondan a estos compromisos. Nombrar a una persona de partido es, por lo menos, un signo equ¨ªvoco, que obliga a preguntarse sobre si las intenciones del tripartito han cambiado una vez instalado en el poder. Con raz¨®n se critic¨® a Manuel Chaves y a Esperanza Aguirre por colocar al frente de las televisiones regionales a personas directamente vinculadas a su aparato de propaganda.

Con todo, hay algo m¨¢s grave que la vinculaci¨®n del nuevo director a un partido: la falta de un proyecto claro y expl¨ªcito sobre los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Esta cr¨ªtica vale para todos, Gobiernos auton¨®micos y Gobierno central. Pero el tripartito catal¨¢n, en la medida que hab¨ªa dado tanta importancia a este tema, ha dejado pasar una oportunidad. Mucho m¨¢s importante que el nombre del nuevo director general habr¨ªa sido presentar un programa: qu¨¦ se entiende que deben ser los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, cu¨¢l es la funci¨®n que se espera de ellos, qu¨¦ debe diferenciarles de los medios privados y cu¨¢l es el camino que compagina la deseable independencia informativa con las responsabilidades de un servicio p¨²blico y con el respeto a la libre competencia privada.