Goggomobil, 'el cochecito vasco'
Mungia recupera su memoria, y exhibe hoy con orgullo el minicoche que fabric¨® en los a?os sesenta
En El milagro de P.Tinto el protagonista sue?a heredar el cuasicoche, el ansiado diminuto. La pel¨ªcula de un surrealismo disparatado s¨®lo tiene un viso de autenticidad: El Goggomobil de Petinto realmente existi¨®, fue fabricado en Mungia, sali¨® con escasa suerte al mercado de los a?os sesenta y, aunque proven¨ªa de una patente alemana, era conocido como "el cochecito vasco".
Los habitantes de la localidad vizca¨ªna celebran hoy su tradicional mercado de Sanantontxu mostrando con orgullo el Goggomobil, el micro-coche que dio trabajo durante varios a?os a m¨¢s de 700 personas.
"Se trata de recuperar la memoria de una aventura empresarial que marc¨® la historia de esta villa", se?ala Miguel Mart¨ªn Zurimendi, m¨¦dico de profesi¨®n, investigador de la automoci¨®n en Euskadi, coleccionista de minicoches y autor de una obra sobre El autom¨®vil en Vizcaya.
El desarrollo del proyecto encontr¨® escollos pol¨ªticos y administrativos
Mart¨ªn Zurimendi observa que "a finales de los a?os cincuenta, se dio el apogeo de los diminutos. Eran los tiempos del Bisc¨²ter, per¨ªodo de enlace entre la postguerra que acababa y la recuperaci¨®n econ¨®mica definitiva".
Y entonces, dispuesto a hacerse con el mercado de los sesenta, lleg¨® el Goggomobil de la mano de Beltr¨¢n Casado y C¨ªa, un grupo industrial bilba¨ªno en el que llegaron a trabajar m¨¢s de mil operarios, que fabricaba con ¨¦xito el frigor¨ªfico Fris¨¢n, aunque tambi¨¦n cajas de cambio y piezas de motor para la DKW vitoriana y motores para el ciclomotor Peugeot.
"Decidieron fabricar un coche", se?ala Mart¨ªn Zurimendi, " con componentes totalmente nacionales". En 1954 establecen contactos con diversas firmas de autom¨®vil. "La Administraci¨®n de la ¨¦poca nunca vio con buenos ojos la iniciativa. A¨²n as¨ª, en 1955, establecen un contrato de colaboraci¨®n con la alemana Hans Glas Isaria. Se trataba de producir un coche con dise?o avanzado de 700 cc, pero la firma alemana les exigi¨® como prueba una producci¨®n con su peque?o y archiconocido Goggo. As¨ª naci¨® Mungu¨ªa Industrial S.A".
El desarrollo de este proyecto, pese a estar maduro y contar con grandes posibilidades, encontr¨® numerosos escollos pol¨ªticos y administrativos. En abril de 1959 la f¨¢brica estaba ya avanzada. Sin embargo, las prensas de estampaci¨®n nunca llegaban: se hallaban retenidas en la frontera. Para obtener el placet de aquella aut¨¢rquica Administraci¨®n hubo que colocar como asesor del Consejo a un ex-ministro de Marina. Por fin, en 1962, la factor¨ªa de Mungia ech¨® a andar con cuatro a?os de retraso.
"Pero era ya tarde", dice el investigador Miguel Mart¨ªn. "El Goggo era un coche de finales de los cincuenta de miniatura y sin maletero, que sal¨ªa al mercado en el mismo momento que irrumpi¨® con fuerza el verdadero rey de los sesenta: el Seat 600. Y para colmo se oblig¨® a subir su precio con el objeto de que no compitiera con aqu¨¦l auspiciado por el Instituto Nacional de Industria".
Mungu¨ªa Industrial intent¨® hacer una pol¨ªtica agresiva de venta a plazos y m¨¢s de trescientos puntos de atenci¨®n, pero result¨® in¨²til. Un seiscientos val¨ªa poco m¨¢s que cualquier modelo de Goggomobil y, aunque se intent¨® reorientar el mercado como primer veh¨ªculo para viajantes, comerciales y peque?os industriales, la suerte estaba ya echada: los espa?oles hab¨ªan elegido al 600. El grupo, herido de muerte por las inversiones realizadas, suspendi¨® la fabricaci¨®n del Goggomobil en 1968. Fue un a?o duro para el pueblo de Mungia. El fin de un sue?o que dur¨® seis a?os. La p¨¦rdida de setecientos puestos de trabajo.
Pero en Mungia se sigue a?orando a aquel cochecito que permiti¨® a la comarca transitar de lo rural a lo industrial. Muchos de los baserritarras de la zona dejaron el caser¨ªo para formarse en la automoci¨®n. Algunos a?oran con nostalgia el litro de leche que se les entregaba en la f¨¢brica y que ellos destinaban a otros menesteres. "Generalmente lo vend¨ªamos; eran tiempos de estraperlo", recuerdan.
Los m¨¢s viejos de lugar rendir¨¢n hoy tributo al Goggomobil, gure automobilla, erigido en un stand entre txosnas,talo y sidra. El diminuto ha sido el icono m¨¢s c¨¦lebre del pueblo junto a otra gloria local: el gran Telmo Zarra.
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