Karpin deja su sello en Anoeta

La Real ha pillado la racha que esperaba y tras dos victorias inesperadas (M¨¢laga y Real Madrid) ayer incluso se permiti¨® el lujo de golear al Espanyol jugando al tran tran. La peor noticia de la Real, ahora que ha escapado del infierno, es que Karpin se mantiene en sus trece de dejar el f¨²tbol al t¨¦rmino de la presente temporada. El ruso cree que su ciclo se ha acabado y ha decidido marcharse a lo grande, sin perder un ¨¢pice de actitud (la que reclama la Real en los partidos grandes y en los peque?os) y sin perder un gramo de f¨²tbol, eso s¨ª mejor dosificado, amasado con la misma intensidad aunque con la necesaria tranquilidad.

Cuando el partido le requiri¨® estuvo ah¨ª. Para marcar el penalti incuestionable que Pochettino cometi¨® sobre Kovacevic. Y sobre todo para inventarse una jugada t¨ªpica de extremo, similar a las que ha constru¨ªa hace diez a?os, con la punta de la bota, la cabeza alta y la sangre fr¨ªa hasta dejarle el gol en el pie a Gabilondo. El ¨²ltimo tanto lo marc¨® Nihat desacreditando a Lemmens, que ech¨® el trasero al suelo cuando el turco apenas movi¨® la ceja.

La peor noticia para el Espanyol es que tendr¨¢ basar la salvaci¨®n en dos jugadores: Morales, por lo que suda, y De la Pe?a, por lo que juega. Lo pelat, est¨¢ claro, no ha perdido la ilusi¨®n. En el Espanyol lo hace todo. Sus estad¨ªsticas deben ser apabullantes, pero casi nunca encontr¨® un socio acreditado. Jordi Cruyff s¨®lo apareci¨® en el descuento, eso s¨ª, para marcar un gol bell¨ªsimo por su dificultad, a efecto de inventario, tras el vig¨¦simo centro de De la Pe?a. Pocos mimbres para una situaci¨®n tan acuciante.

La Real ni siquiera necesit¨® jugar bien el f¨²tbol. Con hacer lo correcto le sobr¨® para lograr una victoria tan c¨®moda como holgada. El Espanyol es un manojo de buenas intenciones y sacrificio compartido, pero es poquito m¨¢s. En cuanto la Real le meti¨® el diente en el penalti de Pochettino (fruto de la desatenci¨®n m¨¢s que de la impetuosidad), cogi¨® la presa y no la solt¨®. De poco vali¨® que los periquitos pusieran todo para empatar y que gozaran de dos ocasiones de Morales y Jordi Cruyff, que acumularan minutos de posesi¨®n in¨²til, que buscaran a Tamudo sin encontrarle casi nunca.

A la Real le sobraba hasta Xabi Alonso, sustituido por Alkiza, porque le bastaba con Karpin, la movilidad de Kovacevic y algunas travesuras de Gabilondo para rendir un partido excesivo en goles y carente de argumentos profundos. En el banquillo, a Luis Fern¨¢ndez le sacaron tarjeta por re¨ªrse de una decisi¨®n arbitral. Era re¨ªr por no llorar y el ¨¢rbitro lo entendi¨® mal.