"Los musulmanes deben entender que el laicismo tambi¨¦n rige para ellos"
Pregunta. ?La pol¨¦mica del velo isl¨¢mico no oculta un fracaso en la integraci¨®n de las minor¨ªas?
Respuesta. Innegablemente, tenemos un problema con el sistema de integraci¨®n. Es preciso refundar esta pol¨ªtica por medio de un voluntarismo republicano. El velo en la escuela o en las ventanillas de las administraciones es un problema, pero no es todo el problema. Los pa¨ªses europeos con una fuerte comunidad de confesi¨®n musulmana tienen las mismas dificultades, ya se trate de Alemania, Gran Breta?a, Espa?a, Italia o Francia.
P. ?De qu¨¦ servir¨¢ expulsar a cientos de chicas de los colegios?
R. Ese debate ya se ha producido y la decisi¨®n est¨¢ tomada. El presidente de la Rep¨²blica ha decidido que se promulgue una ley y hay que intentar que esa norma no provoque humillaci¨®n. No es una ley contra los musulmanes: el presidente tambi¨¦n ha dicho que el islam se ha convertido en la segunda religi¨®n de Francia, hemos creado un organismo para representar esta religi¨®n, pero hace falta que cada uno haga tambi¨¦n un esfuerzo. Nuestros compatriotas de confesi¨®n musulmana deben comprender que la regla del laicismo rige tambi¨¦n para ellos y es preciso que la respeten. A la escuela no se llevan los signos religiosos ostensibles y en las ventanillas de las administraciones no se proclama la religi¨®n de nadie.
"Una pol¨ªtica firme no puede durar si no se percibe como justa"
"La Europa de los 25 miembros necesita pa¨ªses que hablen con una misma voz"
P. ?Una represi¨®n sin medida est¨¢ abocada al fracaso?
R. Una pol¨ªtica firme no puede durar si no se percibe como justa. Si los franceses desean que yo contin¨²e siendo firme, deben comprender que esta pol¨ªtica de firmeza s¨®lo es aceptable si se vive como una necesidad. Los barrios a los que les hemos pedido firmemente que respeten la ley [se refiere a los guetos] deben comprender que la Rep¨²blica les ayudar¨¢, siempre que vuelvan al buen camino.
P. ?Qu¨¦ piensa hacer en estas zonas dif¨ªciles?
R. Voy a visitar los 20 barrios m¨¢s dif¨ªciles de Francia antes de que termine el primer trimestre, para buscar una respuesta adaptada a cada uno de ellos. El laxismo de los poderes p¨²blicos, desde hace a?os, ha conducido al establecimiento de zonas sin ley.
P. ?Quiere decir una soluci¨®n policial o a un plan de integraci¨®n?
R. Hablo de una soluci¨®n completa, adaptada a cada barrio, que me llevar¨¢ a reunirme con los cargos electos, los trabajadores sociales y las asociaciones. No voy a negociar el restablecimiento del orden p¨²blico: el orden ser¨¢ restablecido y se discutir¨¢ despu¨¦s. Cuando se entienda que todos deben respetar la ley, la Rep¨²blica har¨¢ m¨¢s por aquellos que lo comprendan.
P. Usted es el ¨²nico pol¨ªtico franc¨¦s al que le he o¨ªdo decir, en p¨²blico, que el eje Par¨ªs-Berl¨ªn-Londres-Madrid ser¨ªa una gran baza para Europa.
R. Lo que yo veo es que Alemania, Reino Unido, Espa?a, Italia y Francia representan 300 millones de habitantes sobre 370 . Tenemos los mismos problemas y hemos de trabajar juntos para hacer retroceder al terrorismo, a las redes de traficantes, a la inmigraci¨®n clandestina. La Europa de 25 miembros necesita pa¨ªses que hablen con una misma voz. No se trata de colocar a los grandes contra los peque?os pa¨ªses, sino que aquellos que tienen los mismos problemas no tengan que esperar a que todo el mundo se ponga de acuerdo sobre el modo de combatir las redes de la inmigraci¨®n irregular, si queremos que las opiniones p¨²blicas nacionales no se exasperen de ese inmovilismo. Por eso pienso que los que deseen ir juntos m¨¢s r¨¢pidamente deben poder hacerlo. No se puede esperar a que el ¨²ltimo est¨¦ de acuerdo para reaccionar.
P. Pero ah¨ª est¨¢ el problema de la divisi¨®n sobre la Constituci¨®n europea.
R. Yo sostengo el proyecto constitucional, aunque reconozco que no ha logrado a¨²n un consenso. De todos modos, estamos obligados a encontrar una f¨®rmula de compromiso.
P. Adem¨¢s de la seguridad, ?cu¨¢l cree que es la prioridad de Europa?
R. La econom¨ªa. Las decisiones de recorte de impuestos podr¨ªan ser extremadamente provechosas e interesantes si las anunci¨¢ramos conjuntamente. Tampoco hemos explorado todas las posibilidades de coordinaci¨®n de nuestras pol¨ªticas econ¨®micas y fiscales.
P. ?Debe organizarse el gobierno econ¨®mico de Europa, antes de decidir otras reglas de funcionamiento?
R. El Banco Central Europeo no puede servir de gobierno econ¨®mico. La moneda ¨²nica es formidable, pero una conducci¨®n econ¨®mica coordinada de Europa ser¨ªa tan buena como necesaria.
P. Volvamos a Francia: la izquierda todav¨ªa desorganizada, la extrema derecha est¨¢ ah¨ª, la extrema izquierda se mueve y la derecha (en el poder) aparece llena de personalidades dispuestas a enfrentarse. ?Este cuadro le parece propio de la modernidad pol¨ªtica?
R. Yo observo una gran diferencia con Espa?a. Francia es un pa¨ªs muy centralizado. Y cuando un pa¨ªs est¨¢ muy centralizado, la diversidad se vive a trav¨¦s de la multiplicaci¨®n de formaciones pol¨ªticas. El sistema espa?ol no es bipartidista, se trata de un pa¨ªs regionalizado en el que expresiones regionales y auton¨®micas corrigen el bipartidismo. Decir que Alemania, Reino Unido o Espa?a son bipartidistas es cierto y falso, a la vez, porque se trata de un sistema bipartidista corregido por particularidades regionales. La centralizaci¨®n es la que obliga a tener una mayor diversidad de partidos.
P. ?Lleg¨® la hora de renovar la situaci¨®n pol¨ªtica en Francia?
R. Lo que quiero decir es que hay que saber agrupar a la derecha, pero tambi¨¦n a la izquierda.
P. ?Usted propone hacerlo en una misma formaci¨®n pol¨ªtica?
R. Recuerde al general De Gaulle: le sosten¨ªan tres formaciones pol¨ªticas, la gaullista, la centrista y la de republicanos independientes. No es menos cierto que ¨¦l fue el l¨ªder incontestable.
P. Usted es hijo de un inmigrado. ?C¨®mo ha influido eso en su vida?
R. El hijo de un inmigrado sabe que nadie le dar¨¢ nada, jam¨¢s. Esto es un patrimonio de todos los inmigrados, saben que hay que trabajar m¨¢s duro.
P. ?Francia merece como presidente al hijo de un inmigrado?
R. (Sonr¨ªe).
El pol¨ªtico franc¨¦s m¨¢s popular
Nicolas Sarkozy ha sido la apuesta de la derecha para restablecer "la ley y el orden" all¨ª donde los ultras truenan con mayor furia: la inmigraci¨®n ilegal, la prostituci¨®n, la inseguridad callejera. Al frente de 260.000 polic¨ªas y gendarmes, este hijo de un exiliado h¨²ngaro ha vivido 21 meses fren¨¦ticos para ofrecer los resultados que de ¨¦l se esperaban y tratar de integrar a la nutrida comunidad musulmana que vive en Francia.
Todo le iba bien hasta que, en v¨ªsperas del 71? cumplea?os de Jacques Chirac, el ministro del Interior desliz¨®, en un acto organizado por el diario Le Monde, la conveniencia de limitar el poder presidencial a dos mandatos. Estas manifestaciones sonaron como un llamamiento a la jubilaci¨®n del actual jefe del Estado y han dado origen a una pol¨¦mica sobre las ambiciones de Sarkozy, cuya relativa juventud -cumplir¨¢ 49 a?os dentro de una semana- agita la desconfianza de los que hab¨ªan aprovechado sus resultados como un ¨¦xito de la derecha.
Por si faltaban paradojas, ser¨¢ condecorado hoy por la cooperaci¨®n francesa a la lucha contra ETA, una distinci¨®n ofrecida por un Gobierno que ha roto muchos puentes con el de Par¨ªs a lo largo del a?o anterior.
Nicolas Sarkozy est¨¢ en el cenit de su popularidad y es el hombre de derecha preferido como futuro jefe del Estado. El ministro recibi¨® a EL PA?S en su apartamento privado de la segunda planta del Ministerio del Interior, el domingo 18 de enero, cuando el fuego en la chimenea y la camisa a cuadros invitaban a una mayor tranquilidad.
?Cu¨¢l es su proyecto para 2007, el a?o de las pr¨®ximas presidenciales? "Antes de 2007 lo que quiero es volver a Sevilla varias veces", se escurre en medio de amabilidades.
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