Campa?as
Ante una nueva convocatoria electoral los ciudadanos volvemos a sentirnos reclamados por los pol¨ªticos. Dec¨ªa, no sin cinismo, Enrique Tierno Galv¨¢n que las promesas electorales estaban para no cumplirse. Un exceso del viejo profesor. Las promesas electorales est¨¢n para cumplirlas y el tiempo electoral es no s¨®lo tiempo de promesas, sino tambi¨¦n tiempo de rendici¨®n de cuentas, de hacer balance, tiempo de reflexionar y de exigir informaci¨®n sobre lo que cada candidato, cada partido, est¨¢ en condiciones no solo de prometer sino de cumplir, para poder elegir con conocimiento de causa.
La campa?a no ha comenzado y sin embargo hasta el d¨ªa 27, momento en el que comenzar¨¢ oficialmente, todo ser¨¢ campa?a. Dicen algunos que es demasiado, que las campa?as de nunca acabar aburren a los ciudadanos y que ¨¦stos acaban desentendi¨¦ndose de ellas y haciendo caso omiso de los discursos y las promesas de los pol¨ªticos. Peligroso discurso, que seguramente no tiene m¨¢s intenci¨®n que la de seguir alejando a los ciudadanos de la pol¨ªtica.
Sembrar dudas sobre el inter¨¦s de la gente por la pol¨ªtica es una manera de intentar desactivar la fuerza y la exigencia con la que controlan la acci¨®n pol¨ªtica los ciudadanos interesados en las decisiones sobre los asuntos que les afectan, ninguno de los cuales, por cierto, est¨¢ al margen de la pol¨ªtica. Mantener el desinter¨¦s ciudadano por la pol¨ªtica es tanto como mantener que a la gente no le interesa la educaci¨®n de sus hijos, el precio de su vivienda, su salud, las bibliotecas a las que pueden ir, los parques por los que pueden pasear, las carreteras por las que se pueden trasladar de un lugar a otro, y as¨ª hasta el infinito de todo lo que hace que la vida sea mejor o m¨¢s dif¨ªcil, es decir, todo aquello que es mejor o peor seg¨²n la pol¨ªtica que lo rija.
Las campa?as electorales duran lo que duran, lo que establece la ley; las precampa?as, lo que cada tiempo y situaci¨®n pol¨ªtica va marcando. Ni m¨¢s ni menos. Y lo que es m¨¢s importante, todo tiempo electoral, dure lo que dure, es ocasi¨®n para el debate sobre la gesti¨®n de los asuntos que nos afectan. Cuanto m¨¢s largo y m¨¢s profundo sea el debate, mejor para tomar, con conocimiento de causa, la trascendente decisi¨®n de elegir.
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