Tres directos a la mand¨ªbula

El gol no modific¨® el encuentro, aunque baj¨® un punto la autoridad del Valencia y subi¨® dos la energ¨ªa del Madrid, que equilibr¨® bastante el partido en el segundo tiempo, m¨¢s nervioso que bien jugado. Fue precisamente en la segunda parte donde Helguera se alz¨® poderoso en el centro de la defensa. Delante Guti no cometi¨® ninguna distracci¨®n, con un desconocido inter¨¦s por el trabajo defensivo y con la clase de costumbre para mover el bal¨®n. El equilibrio se termin¨® cuando la presencia de Mista se hizo sintom¨¢tica: volvi¨® a rematar y volvi¨® a fracasar ante el gol. La profusi¨®n de errores le costaron la sustituci¨®n, pero el partido estaba de nuevo donde comenz¨®: con el Valencia al frente de las operaciones, pero fatigado. Y la fatiga le llev¨® al desorden, y ning¨²n equipo se mueve mejor que el Madrid en el desorden de los rivales. Entonces llega Ronaldo como un bisonte y acaba la discusi¨®n. O Ra¨²l, de cuya astucia ha vivido el Madrid tantas veces. Se fabric¨® un penalti, lo convirti¨® Figo y el Madrid sali¨® con un resultado de perlas frente a un rival que no sali¨® de su incredulidad.