Bromas muy caras en EE UU
Detenidos pasajeros que hicieron chistes sobre bombas en aeropuertos o aviones
Hay bromas que pueden costar muy caro. Sobre todo volando en Estados Unidos. Y si no que se lo cuenten a Frank Moulet, un turista franc¨¦s que viajaba de Santo Domingo a Par¨ªs en un avi¨®n de American Airlines. No se le ocurri¨® nada mejor, haciendo escala en Nueva York, que lanzar a una azafata que le estaba observando: "No se preocupe, no he puesto ninguna bomba". Craso error. Moulet lleva 12 d¨ªas detenido en un centro del Bronx, acusado de provocar una "falsa alarma", un delito que conlleva hasta cuatro a?os de c¨¢rcel.
Moulet, un estudiante de 27 a?os, regresaba de la Rep¨²blica Dominicana, donde hab¨ªa pasado las vacaciones con su novia. En un momento del vuelo se qued¨® en el ba?o, por lo visto m¨¢s de lo normal. Aquello despert¨® las sospechas de una de las azafatas, que le pidi¨® regresar a su asiento. "Cuando el avi¨®n aterriz¨®", cont¨® a Le Monde su hermana Annick, "la azafata sigui¨® mir¨¢ndole como si hubiera hecho algo malo y fue cuando Frank le dijo que no hab¨ªa puesto una bomba". Aquello no provoc¨® quiz¨¢ la sonrisa esperada y Moulet volvi¨® a insistir minutos m¨¢s tarde. "?Mierda!, la bomba que he puesto en el retrete no ha funcionado", dijo con el pu?o en alto.
"Cuidado que tengo tres bombas en la maleta", dijo Samantha; a los pocos minutos estaba detenida
Bast¨® para detenerle. Moulet fue trasladado a una c¨¢rcel flotante del Bronx donde ha permanecido desde entonces. El 11 de enero fue acusado por un juez de Queens (uno de los cinco distritos de Nueva York) de delito de "falsa alarma" y se le asign¨® un abogado de oficio. Su caso deber¨ªa pasar de nuevo ante los tribunales el pr¨®ximo d¨ªa 26.
"Estamos intentando adelantar la fecha del juicio", dijo ayer el vicec¨®nsul franc¨¦s en Nueva York, Regis Blain. "Estamos en contacto con su familia, que por supuesto est¨¢ muy preocupada, y nos encargamos de que respeten sus derechos siguiendo la Convenci¨®n de Ginebra. Confiamos en que lo suelten lo antes posible", a?adi¨®.
A Samantha Marson le pas¨® una historia muy parecida. La estudiante inglesa, de 21 a?os, estaba en el aeropuerto de Miami lista para embarcar hacia Londres. Acababa de pasar tres meses con su novio estadounidense y se le hab¨ªa agotado el visado de turista. Todav¨ªa en la terminal, durante uno de los controles de seguridad, mientras uno de los funcionarios inspeccionaba su equipaje, Marson, luciendo su mejor humor brit¨¢nico, rompi¨® el tedio diciendo: "Hey, cuidado, que tengo tres bombas ah¨ª dentro". A los pocos minutos estaba en manos de la polic¨ªa y era trasladada a la prisi¨®n del condado, acusada del mismo delito que Moulet pero con el riesgo de una pena mucho mayor, en su caso 15 a?os. Ayer fue puesta en libertad condicional tras pagar una fianza de 5.000 d¨®lares. "Mi problema fue no pensar en lo que estaba diciendo", dijo brevemente a la BBC. "Seguro que Samantha reconoce que fue una idea tonta, pero es el tipo de chica que imagin¨® que har¨ªa re¨ªr a todo el mundo", declar¨® su padre, Jim, un empresario de 75 a?os, a la prensa brit¨¢nica.
Pero el personal de las l¨ªneas a¨¦reas estadounidenses no es el p¨²blico m¨¢s receptivo. "Antes del 11-S nos tom¨¢bamos estas cosas muy en serio; despu¨¦s del 11-S no hay sitio para bromas", declar¨® el sargento Joe Wyche, de la polic¨ªa del aeropuerto de Miami. "No se juega durante los controles de seguridad". A veces es dif¨ªcil para el que no vive en EE UU calibrar la tensi¨®n que vive este pa¨ªs, traumatizado por la perspectiva de un nuevo atentado terrorista. "Los turistas no se dan cuenta de que en EE UU no bromean con esto. Pronunciar la palabra bomba casi equivale a un delito", coment¨® el vicec¨®nsul franc¨¦s.
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