?Sharon, sobornado?
El futuro del primer ministro israel¨ª parece depender m¨¢s de su supuesta implicaci¨®n en un delito de cohecho que de sus capacidades para manejar el rumbo del Estado. Un tribunal acusa al promotor inmobiliario David Appel de sobornar a Ariel Sharon, a trav¨¦s de uno de sus hijos, mediante el pago de unos 700.000 d¨®lares entre 1999 y 2001 para conseguir apoyo para sus proyectos urban¨ªsticos. Los cargos incluyen a Ehud Olmert, actual viceprimer ministro y entonces alcalde de Jerusal¨¦n.
Pese a las peticiones de la oposici¨®n y a lo que exige el m¨¢s elemental credo democr¨¢tico, un Sharon desafiante ha anunciado que no dimitir¨¢, en una actitud que recuerda a la del presidente Weizman pocos d¨ªas antes de renunciar, en 2000, por un esc¨¢ndalo parecido. Pero la permanencia en el cargo del primer ministro israel¨ª estar¨¢ probablemente m¨¢s ligada a los detalles que vayan emergiendo del nuevo esc¨¢ndalo en que se ve envuelto, tras las acusaciones, tambi¨¦n con sus hijos de por medio, de financiaci¨®n ilegal de su campa?a a la jefatura del partido Likud, en 1999.
Incluso si evade el procesamiento que ya vaticina la fiscal general saliente, el primer ministro m¨¢s fuerte de la ¨²ltima d¨¦cada ha sido tocado seriamente en su imagen p¨²blica. Es dif¨ªcil mantener un nivel respetable de interlocuci¨®n interna e internacional mientras se produce un inc¨®modo desfile de testigos en el proceso contra un oscuro hombre de negocios y benefactor del Likud, al que se relaciona estrechamente con el jefe del Gobierno. Si las alegaciones contra Sharon fueran in crescendo, es probable que la presi¨®n contra ¨¦l se produzca dentro de la propia coalici¨®n derechista gobernante. El segundo partido de esta alianza cuatripartita, el centrista Shinui, debe parte de su cr¨¦dito a su intransigencia con la corrupci¨®n. Y todo ello, aunque dentro del conmocionado Likud casi nadie quiera una salida precipitada de su jefe en estas circunstancias. Las dificultades de Sharon s¨®lo son una bendici¨®n para el ex jefe del Gobierno y actual titular de Finanzas, Benjam¨ªn Netanyahu, visto como su heredero natural.
En cualquier caso, los desencuentros de los mandatarios israel¨ªes con la justicia han de ser relativizados en un pa¨ªs donde un primer ministro s¨®lo puede ser legalmente destituido tras haber sido hallado culpable por los jueces. Sharon, firme al tim¨®n desde hace tres a?os, ha conseguido hasta ahora mantener entre bambalinas las dos investigaciones por corrupci¨®n que se le siguen. Por el presente caso ya fue interrogado por la polic¨ªa durante horas el pasado octubre. Y la historia reciente muestra hasta qu¨¦ punto son corrientes en el Estado jud¨ªo estos encontronazos. Los dos predecesores del actual primer ministro, Ehud Barak y Netanyahu, afrontaron largas pesquisas por corrupci¨®n que finalmente se zanjaron sin cargos.
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