Uno de esos escritores
BASTA CON espiar el ¨ªndice onom¨¢stico de la biograf¨ªa de Glenway Wescott -la excelente Glenway Wescott Personally (2002), de Jerry Rosco- para hacerse una buena idea de este autor siempre en el lugar correcto y en el momento indicado. All¨ª aparecen Hemingway, Fitzgerald, Stein, Ford, Barnes, Cocteau, Porter, Maugham, Colette, Mann, Dinesen, Wilder, Burroughs, Auden, Isherwood, y siguen las firmas. Wescott (1901-1987) lleg¨® en 1925 al Par¨ªs modernista, se uni¨® a los expatriados de prestige, y as¨ª quien hab¨ªa nacido en una granja de Wisconsin no demor¨® en convertirse en referencia ineludible para arist¨®cratas y bohemios. Empresario art¨ªstico, ensayista certero (ver Images of Truth, 1962), cronista casi compulsivo (sus ficciones, incluyendo a El halc¨®n peregrino, sol¨ªan surgir de entradas en sus admirables diarios), presidente del National Institute of Art and Letters en los cincuenta, pr¨®cer gay de avanzada que lleg¨® a autodenominarse "Decano de los Homosexuales" y comprometido colaborador en las investigaciones del sex¨®logo Kinsey durante los sesenta; Wescott fue autor de una obra de ficci¨®n breve pero contundente (en su momento best seller, alabada por la cr¨ªtica, y traducida a varios idiomas) que ahora comienza a ser redescubierta. A El halc¨®n peregrino (1940) le precedieron un libro de cuentos y dos novelas (una de ellas, The Grandmothers, de 1927, narra la juventud campesina de Alwyn Tower). Luego public¨® una exitosa y at¨ªpica novela sobre la Segunda Guerra Mundial: Apartment in Athens (1945), la historia de un oficial nazi ocupando el hogar de una familia griega. En una de sus ¨²ltimas entrevistas, a la hora de justificar lo poco prol¨ªfico que hab¨ªa sido, Wescott afirm¨®: "Hay dos familias en la literatura: el poseur de inventiva colosal, siempre predicando... y est¨¢n esos escritores -yo fui uno de esos escritores- que escriben como seres humanos para los seres humanos. Y que perduran". Ten¨ªa raz¨®n.
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