?Cielos! ?Nos dan la raz¨®n!
La gesti¨®n del Gobierno del PP genera, seg¨²n el autor, riesgo regulatorio, riesgo fiscal potencial, crecimiento basado en el endeudamiento privado y fracaso en la aproximaci¨®n a la sociedad del conocimiento, aspectos que deben cambiar para garantizar un crecimiento econ¨®mico sano y duradero.
Los socialistas estamos poni¨¦ndonos de moda conforme cada vez m¨¢s gente empieza a darnos la raz¨®n. Si el nuevo alcalde de Madrid ha recuperado el bordillo bus de los equipos de gobierno socialistas, la Comisi¨®n Europea acaba de reconocer, en su Informe de Primavera, la validez de nuestras cr¨ªticas a la pol¨ªtica econ¨®mica del PP como antes lo hizo el FMI, y antes a¨²n, los analistas privados.
Nosotros nunca confundimos la casualidad de la llegada al Gobierno del PP en 1996 con la causalidad de una recuperaci¨®n econ¨®mica que empez¨® dos a?os antes. Tampoco comulgamos con la idea de que si la econom¨ªa iba bien era porque la pol¨ªtica econ¨®mica era adecuada. Las grandes tendencias de la econom¨ªa en un mundo globalizado no dependen de los gobiernos.
Hay que hacer una pol¨ªtica econ¨®mica distinta para crecer de otra manera
Hace unos tres a?os que los analistas privados internacionales, al referirse a la econom¨ªa espa?ola, acu?aron el t¨¦rmino "riesgo regulatorio" para se?alar la discrecionalidad, el intervencionismo, el amiguismo con el que se adoptaban determinadas decisiones regulatorias que afectaban a sectores b¨¢sicos como el energ¨¦tico (tarifas y costes de transici¨®n a la competencia) o las telecomunicaciones (tarifas, bucle local, cuota fija, etc¨¦tera).
Ten¨ªamos, pues, raz¨®n los socialistas cuando hab¨ªamos calificado al Gobierno del PP como el m¨¢s intervencionista de la democracia espa?ola despu¨¦s de haber privatizado a favor de sus amigos, haber llevado a cabo liberalizaciones sin competencia, es decir, falsas liberalizaciones, y haber actuado sin criterios objetivos en la autorizaci¨®n o no de procesos de fusiones empresariales o de OPA.
Para evitarlo, venimos proponiendo cambios normativos que reduzcan la capacidad decisoria del Gobierno, incrementando la independencia y capacidad de los ¨®rganos reguladores sectoriales y del Tribunal de Defensa de la Competencia.
Apenas unos meses atr¨¢s, el informe del Fondo Monetario Internacional sobre Espa?a, dentro de un contexto favorable para el Gobierno, acu?¨® el concepto de "riesgo fiscal potencial" para se?alar determinadas pr¨¢cticas contables llevadas a cabo por el Gobierno del PP que permiten enmascarar d¨¦ficit p¨²blico bajo la f¨®rmula de pr¨¦stamos, endeudamiento o colocaci¨®n en empresas p¨²blicas que no consolidan. Con ello, daba la raz¨®n a las cr¨ªticas que venimos haciendo los socialistas al dudoso proceso de consolidaci¨®n fiscal llevado a cabo en estos a?os, as¨ª como a la existencia de un importante volumen de d¨¦ficit oculto muy alejado del cacareado d¨¦ficit cero.
El Gobierno del PP ha estado m¨¢s preocupado por la cantidad del gasto p¨²blico que por la eficacia y la eficiencia en la gesti¨®n del mismo, como le ha preocupado m¨¢s la cantidad de los ingresos que la equidad con que se recaudan. Una gesti¨®n presupuestaria anticuada, plagada de contabilidad creativa, que blinda a los presupuestos frente a la coyuntura econ¨®mica y traslada gasto hacia el futuro era la cr¨ªtica socialista que el FMI ha llamado riesgo fiscal potencial.
Con intenci¨®n de reducirlo, hemos propuesto un nuevo reparto de la carga tributaria socialmente m¨¢s justo, una Agencia de Evaluaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas y nuevas normas de transparencia informativa con m¨¢s control del Parlamento.
Ahora, la Comisi¨®n Europea critica dos aspectos esenciales de la pol¨ªtica econ¨®mica del PP: un modelo de crecimiento desequilibrado, basado en el consumo y la construcci¨®n, es decir, el endeudamiento de las familias con bajos tipos de inter¨¦s, as¨ª como un fracaso en la puesta en marcha de la llamada estrategia de Lisboa que deber¨ªa insertarnos en la econom¨ªa del conocimiento.
Dicho fracaso explica nuestra baja productividad y la p¨¦rdida de competitividad cuando tenemos un diferencial positivo de inflaci¨®n en un modelo basado m¨¢s en bajos salarios que en valor a?adido. Justo lo que vienen siendo las cr¨ªticas socialistas: que los datos demuestran que, como pa¨ªs, hemos fallado en lo fundamental, que era la sociedad de la informaci¨®n, y que nuestro crecimiento econ¨®mico actual se basa m¨¢s en el ladrillo que en el capital humano y, con ello, est¨¢ sentando las bases de su agotamiento. Por ello, decimos, hay que hacer una pol¨ªtica econ¨®mica distinta, para crecer de otra manera, invirtiendo en formaci¨®n, en I + D, en valor a?adido, nuevas tecnolog¨ªas, a la vez que se combate la precariedad laboral y se distribuyen con m¨¢s equidad los frutos de ese crecimiento.
Riesgo regulatorio, riesgo fiscal potencial, crecimiento basado en el endeudamiento privado y fracaso en nuestra aproximaci¨®n a la sociedad del conocimiento no son cr¨ªticas menores o de detalle a una gesti¨®n econ¨®mica. Y no son ya, s¨®lo, acervo de los socialistas espa?oles, sino que cada vez m¨¢s se est¨¢n incorporando a los an¨¢lisis hechos de manera independiente por organismos internacionales y analistas privados frente a los cuales poco pueden las campa?as publicitarias del Gobierno.
Sin duda, han pasado muchas cosas positivas en nuestra econom¨ªa durante los ¨²ltimos a?os. Algunas, por cierto, empezaron antes de la llegada del PP al Gobierno. Pero tambi¨¦n se han cometido errores y abusos que cada vez van adquiriendo m¨¢s importancia, porque empiezan a lastrar nuestras posibilidades de seguir creciendo y mejorando.
Todo lo conseguido en estos a?os no puede ocultar que en Espa?a seguimos trabajando un porcentaje menor de ciudadanos que en la media de la Uni¨®n Europea, que los que trabajan lo hacen durante m¨¢s horas y por menos salario, son menos productivos y tienen menos prestaciones sociales y ayudas p¨²blicas que en la media europea.
?sos son los desaf¨ªos del futuro, del pr¨®ximo Gobierno, que dif¨ªcilmente se podr¨¢n abordar ni con las recetas del pasado, que han dejado mucho que desear como hemos visto, ni con la cabeza mirando obstinadamente hacia atr¨¢s. Hasta ahora, los socialistas hemos tenido buenas razones para criticar la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno del PP. Ahora, adem¨¢s, se nos empieza a dar la raz¨®n. Sin duda, es el comienzo de un cambio.
Jordi Sevilla Segura es secretario de Pol¨ªtica Econ¨®mica y Ocupaci¨®n en la Ejecutiva del PSOE.
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