Adrenalina y anestesia
El Perich, fumador empedernido que fue, se quejaba de que "a pesar de que el n¨²mero de muertos y tullidos de por vida provocados por accidentes de tr¨¢fico es superior al de muertos y tullidos debido al tabaco, deciden prohibir los anuncios de tabaco en lugar de los anuncios de coches". No estoy segura de que estad¨ªsticamente tuviera raz¨®n, pero da?o causan todos y deber¨ªamos fijarnos en c¨®mo nos venden los veh¨ªculos en que perecen cada a?o m¨¢s de 5.000 personas.
Uno de los ¨²ltimos esl¨®ganes viene a decir que "como todo cambia", la Revoluci¨®n Francesa, la bolchevique, el movimiento sufragista, el mayo del 68 y las reivindicaciones ecologistas han venido a desembocar en un concesionario de coches. Algunos apelan a "tu lado salvaje". El otro d¨ªa la radio destilaba adrenalina: los gritos hist¨¦ricos de una multitud zarandeada por la monta?a rusa promocionaban la sensaci¨®n vertiginosa, id¨¦ntica a la que se siente al conducir un... X. Otra veces se mofan de las madres plasta que piden prudencia y calma. Pero s¨®lo puedo recordar uno donde, como con algunas bebidas alcoh¨®licas, se recomiende un consumo moderado, un sentido de la responsabilidad a la hora de utilizar toda la fuerza de la m¨¢quina.
Desde el sangriento "puente" de la Constituci¨®n se habla mucho de los siniestros tanto en carretera como en ciudad, aunque asombrosamente esta preocupaci¨®n no est¨¦ en la lista de las 40 principales de los espa?oles. Todos tenemos v¨ªctimas cercanas, pero parece que la costumbre ha acabado por anestesiarnos. ?No asustar¨ªa que cada a?o se estrellaran 50 aviones?
Debatimos sobre el papel de la polic¨ªa (?disuasi¨®n, represi¨®n?), los puntos negros en las carreteras, las limitaciones de velocidad... Cada piedra hace camino, pero estoy con Mart¨ªnez Sospedra cuando destaca la importancia de educar desde la escuela. Comunicaci¨®n y pedagog¨ªa social, mismas vacunas que para prevenir la violencia contra las mujeres. Hay que conseguir que el abuso temerario de un veh¨ªculo a motor provoque desprestigio y verg¨¹enza. No admiraci¨®n bobalicona hacia el m¨¢s chuleta de la panda.
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