Tyson juega en el Madrid
Ronaldo marca un gol impresionante que da la victoria al conjunto de Queiroz frente al Villarreal
Por lo que parece, el Madrid se ha abocado a los malos ratos, incluso cuando no lo merece. ?ste fue el caso. Jug¨® mejor que el Villarreal, marc¨® dos goles, no atraves¨® por mayores problemas y Queiroz tuvo tiempo para estirarse con los chicos de la cantera. Entr¨® Juanfran, por ejemplo. Luego, ingres¨® Portillo. M¨¢s tarde, Cambiasso, que no es un pav¨®n, pero est¨¢ de meritorio en el Madrid, sustituy¨® a Figo. De repente, se hab¨ªa roto una especie de equilibrio ecol¨®gico. Demasiada gente nueva, y muchos de ellos fuera de su sitio. No necesit¨® m¨¢s el Villarreal, que empuj¨® en los ¨²ltimos minutos con el inter¨¦s que le hab¨ªa faltado durante el resto del encuentro. Un cabezazo de Ballesteros, que no encontr¨® ninguna oposici¨®n en el salto, convirti¨® uno de los partidos m¨¢s c¨®modos del Madrid en un asunto peliagudo. Al menos, durante los tres ¨²ltimos minutos. Hay equipos que son fieles a sus maneras hasta el final.
REAL MADRID 2 - VILLARREAL 1
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado, Mej¨ªa, Ra¨²l Bravo, Roberto Carlos (Juanfran, m. 75); Guti, Beckham; Figo, Ra¨²l (Portillo, m. 78), Solari; y Ronaldo.
Villarreal: Reina; Belletti, Quique ?lvarez, Ballesteros, Arruabarena; Mart¨ª, Battaglia (Josico, m. 60); Guayre (Javi Venta, m. 60), Riquelme (V¨ªctor, m. 60), Jos¨¦ Mari; y Anderson.
Goles: 1-0. M.17. Solari se apoya en Figo y su remate de zurda pasa por debajo de Reina.
2-0. M. 57. Zurdazo de Ronaldo fuera del ¨¢rea.
2-1. M. 85. Ballesteros gana en el salto a Solari y cabecea un c¨®rner.
?rbitro: Daud¨¦n Ib¨¢?ez. Amonest¨® a Ra¨ªl Bravo, Roberto Carlos, Arruabarrena, Ballesteros y Casillas.
Unos 73.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Hab¨ªa inter¨¦s por el duelo. El Villarreal es un club creciente en el f¨²tbol espa?ol. Convertido en el destino de los mejores jugadores de Boca Juniors, aspira con legitimidad al cuarto puesto en el campeonato. Lleg¨® al Bernab¨¦u avalado por su fama de equipo s¨®lido, bien trabajado, dif¨ªcil de batir. Lo cierto es que tir¨® la fama a la basura. Ni fue s¨®lido, ni dio problema alguno al Madrid, que comenz¨® la noche sin Zidane y sin Helguera, dos ausencias notables porque juegan en sitios cruciales. Queiroz se decidi¨® por el joven Mej¨ªa como central y por Guti como pivote junto a Beckham, pareja que el entrenador ha tenido secuestrada durante casi todo el campeonato. El hombre no se f¨ªa de la capacidad defensiva de los rubios, sin entender que colocar a Helguera como medio defensivo no soluciona ninguna de las carencias del equipo en esa zona y ensucia el movimiento de la pelota.
Mej¨ªa es el pen¨²ltimo de los centrales que sale al escaparate. La afici¨®n est¨¢ mosca porque no hay manera de acabar con los problemas en la defensa, as¨ª que dedic¨® su atenci¨®n al chico, que apunt¨® maneras. Le falta envergadura, y contra eso no va a poder luchar. No va a crecer ni un cent¨ªmetro m¨¢s. Pero el f¨²tbol tambi¨¦n tiene su hueco para los centrales peque?os, r¨¢pidos y rocosos. ?Nombres? Passarella en su d¨ªa y ahora Cannavaro o C¨®rdoba. Mej¨ªa es r¨¢pido y ¨¢gil. Se revuelve con eficacia en los espacios cortos y no parece tonto con la pelota. M¨¢s que toque, tiene una habilidad para conducir el bal¨®n que recuerda un poco a la de Sanchis. Cuando fue exigido, respondi¨® con naturalidad, eficacia y un punto de agresividad que le llev¨® a una serie de fricciones con Jos¨¦ Mari, jugador que est¨¢ de vuelta, en todos los sentidos.
El Villarreal no jug¨® ni bien ni mal. Fue un equipo soso que respondi¨® al car¨¢cter de Riquelme, uno de esos futbolistas que ponen nervioso al personal y, sobre todo, a los entrenadores. Deja un detalle por aqu¨ª y luego desaparece en combate. Por lo dem¨¢s, mantiene su vieja man¨ªa de recibir de espaldas en el medio campo y de pisar la pelota m¨¢s tiempo del razonable. Eso significa que las posibilidades de contragolpe son muy escasas. Como Riquelme actu¨® con una pereza imperdonable, como Jos¨¦ Mari confunde la velocidad con algo parecido al f¨²tbol y como Guayre estaba extra?ado en la banda izquierda, el Villarreal no tuvo ataque durante una hora. Amenazaba, pero no daba. Andersson, que est¨¢ para cazar goles, no tuvo ni una oportunidad de confirmar su olfato.
Con este panorama, el Madrid jug¨® sin excesos, pero de manera convincente. No concedi¨® oportunidades al Villarreal y produjo algunas ocasiones, no tantas como acostumbra, pero suficientes. Guti manej¨® el juego razonablemente bien, Beckham mantuvo la actividad que le caracteriza y Solari ha entrado en una fase de optimismo que le ha convertido en otro futbolista tras la depresi¨®n de la temporada anterior. Ahora se siente necesario y responde. Marc¨® el primer tanto, particip¨® en el segundo porque pugn¨® con firmeza por la pelota y super¨® a Belletti antes de que Belletti le superara a ¨¦l. Eso ocurri¨® a ¨²ltima hora, tras la lesi¨®n de Roberto Carlos. Solari se retras¨® y Belletti se adelant¨® para jugar como interior, que es lo que parece como futbolista.
Ah¨ª comenz¨® a sufrir el Madrid, que se hab¨ªa dado por satisfecho con los dos goles, el segundo una nueva obra maestra de Ronaldo. Durante un par de minutos el bal¨®n se hab¨ªa enredado en el rinc¨®n derecho del Villarreal, entre toques, gambetas, rechaces cortos, intercepciones, m¨¢s regates. Un l¨ªo que no iba a ninguna parte hasta que la pelota sali¨® como pudo y qued¨® en los pies de Riquelme, que estaba en el guindo. Solari le reba?¨® el bal¨®n y se lo entreg¨® a Ronaldo, que enganch¨® un zurdazo impresionante, sin pedir permiso a nadie, como si estuviera harto de tanto manoseo. Era Tyson disfrazado de delantero. El golazo pareci¨® m¨¢s que suficiente. Lo fue, pero el Madrid tuvo que padecer los apuros de rigor.
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