Hora de elegir
UNA COSA ha dejado clara en su primer discurso el nuevo presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB): no es masoquista, como su antecesor, que se despide revelando el motivo de su conducta pol¨ªtica: disfrutaba con que los dem¨¢s le zurraran la badana, por decirlo en t¨¦rminos familiares a tan castizo y pintoresco personaje. Imaz no parece sacar particular goce de aquellos alardes ret¨®ricos, tan hartibles, y no ha dedicado ni un minuto a provocar la respuesta airada, o desolada, de sus adversarios pol¨ªticos.
Un nuevo estilo, por tanto, que revela otro talante. ?S¨®lo eso? De ninguna manera, pues el estilo no ser¨ªa m¨¢s que an¨¦cdota si no envolviera otro discurso, el manejo de otros conceptos y el planteamiento de otras cuestiones. Por decirlo brevemente: el postulado clave del nacionalismo ¨¦tnico, un pueblo milenario, se rebaja al mismo nivel que el postulado clave del nacionalismo democr¨¢tico: una naci¨®n c¨ªvica, una naci¨®n de ciudadanos, lo que Imaz llama una patria abierta e integradora. Todos los ciudadanos son nacionales por el hecho de ser ciudadanos, no por su origen, por su lengua o por su identidad. Mucho ser¨ªa que ante una asamblea que acababa de aprobar una ponencia pol¨ªtica construida sobre la identidad milenaria del pueblo vasco, lo identitario cediera todo el terreno ante lo c¨ªvico. Pero algo es algo: en el lenguaje del nuevo presidente del EBB, pueblo milenario de ayer es naci¨®n c¨ªvica de hoy.
?Puede alguien mantener esos dos amores durante mucho tiempo y no volverse, o estar, loco? No es f¨¢cil: si el ¨¦nfasis se coloca sobre el valor supremo de la identidad, la pol¨ªtica ser¨¢ por necesidad, cuando no asesina, excluyente: todo el que no se identifique con el ser del pueblo milenario quedar¨¢ fuera de la comuni¨®n de los elegidos. Si, por el contrario, se acent¨²a lo c¨ªvico, el valor supremo de la ciudadan¨ªa, entonces la pol¨ªtica ser¨¢ por necesidad incluyente, integradora, y el pueblo milenario pasar¨¢ a la historia. No es f¨¢cil, pero durante un tiempo es posible: un nacionalismo c¨ªvico con una base fuerte de pertenencia ya se conoci¨® en Euskadi en la primera posguerra mundial: el grupo que lanz¨® la magn¨ªfica revista Hermes se defini¨® por su voluntad integradora. L¨¢stima que durara tan poco y que al final los herederos de esa l¨ªnea quedaran excluidos de la comuni¨®n identitaria.
Imaz parece querer iniciar una etapa distinta. Tom¨¢ndole por su palabra, cabe esperar que la suya sea una voluntad de integraci¨®n, como corresponde a su insistencia en la naci¨®n c¨ªvica. La nitidez de su condena de ETA calific¨¢ndola de totalitaria y fascista, la referencia a la pluralidad de la sociedad vasca, el ¨¦nfasis en lo comunitario como base de la solidaridad, el aviso sobre lo que es o no es posible hoy en Europa y la perentoria llamada a nacionalistas y no nacionalistas, independentistas, soberanistas, autonomistas y centralistas, son elementos de un discurso que puede quedar como uno m¨¢s de la larga ristra de palabras que se lleva el viento, pero que ser¨ªa precipitado y err¨®neo dejar caer en el vac¨ªo.
Sin duda, la palabra, el discurso, no es la acci¨®n. Pero no hay acci¨®n pol¨ªtica sin discurso. Por la raigambre de los conceptos que lo van engranando, el de Imaz pertenece a la estirpe de los que culminan con una llamada al di¨¢logo. Tenemos que dialogar con todos, dice. Bien, ese "tenemos" constituye, ante todo, una exigencia dirigida a sus propios correligionarios, como si dijera: el PNV tiene que dialogar con todos. Para eso, nada mejor que ponerse en situaci¨®n de di¨¢logo e ir retirando todo aquello que procede del n¨²cleo identitario sin haber pasado, porque no cabe, por el tamiz c¨ªvico. La lista es voluminosa y se ha ido agrandando desde el malhadado pacto de Lizarra: magn¨ªfica prueba de voluntad de di¨¢logo ser¨ªa que, como promete pero no cumple en su ponencia la asamblea a la que se dirig¨ªa el orador, se sometiera aquel pacto a una verdadera autocr¨ªtica.
Y puesto que en la base del pacto se tild¨® al PP y al PSOE de enemigos de la construcci¨®n nacional vasca, no estar¨ªa mal que se retirara tan insidiosa acusaci¨®n, aunque no fuera m¨¢s que para mostrar con ese detalle que en efecto se quiere ahora dialogar con unos partidos a los que se coloc¨® en la diana de ETA. A partir de ah¨ª, tal vez fuera posible resolver la flagrante contradicci¨®n entre los postulados excluyentes del plan Ibarretxe y de la ponencia reci¨¦n aprobada por la asamblea del PNV y las palabras integradoras pronunciadas por el presidente del EBB. O pueblo milenario o naci¨®n c¨ªvica: es hora de ir, aunque sea paso a paso, eligiendo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.