De lo privado y de lo p¨²blico
Hace unos d¨ªas, el se?or ?lvarez-Cascos ha manifestado su voluntad de retirarse de la vida pol¨ªtica parlamentaria, lo que, parece ser, advirti¨® tiempo ha en un arrebato de solidaridad con su mentor y gu¨ªa, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
En la conferencia de prensa en que anunci¨® la nueva (yo dir¨ªa buena nueva), reclam¨® -he o¨ªdo despu¨¦s que exigi¨®- respeto con su vida privada. Bien, nada m¨¢s f¨¢cil, al menos para m¨ª. Le puedo asegurar al se?or Cascos que si se separa o no, o si tiene una nueva pareja, no se alterar¨¢ mi pulso ni por un instante.
No obstante, creo que es ¨¦l quien ha mostrado un escaso respeto por su vida privada mezcl¨¢ndola con su vida p¨²blica como ministro al adquirir, por un elevado importe y para las dependencias del ministerio que dirig¨ªa, unos cuadros a una galer¨ªa de arte que es dirigida, casualmente, por su actual pareja.
El embellecimiento de un ministerio no es cosa mala, bien al contrario, creo que es algo altamente aconsejable. Sin embargo, hacerlo al tiempo que proporciona unos importantes beneficios en bolsillos tan allegados parece, al menos, torpe e inoportuno.
No deber¨ªa el se?or Cascos olvidar que en la vida, y sobre todo en la vida p¨²blica, no s¨®lo hay que ser bueno, sino que hay que parecerlo.
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