Jaume Fabre describe el paisaje moral y f¨ªsico de la Barcelona de 1939
'Els que es van quedar' se publica en el 65? aniversario de la ocupaci¨®n
Una de las primeras acciones del Ej¨¦rcito franquista a su llegada a Barcelona fue abrir las reservas de alimentos que guardaba la Generalitat republicana y repartirlos entre la poblaci¨®n. Sumados a las provisiones que llevaban las mismas tropas, se cre¨® el espejismo de que el triunfo de los sublevados hab¨ªa acabado con el hambre de la Guerra Civil. La sensaci¨®n dur¨® tan poco como la comida. Es una de las realidades que describe el periodista e historiador Jaume Fabre (Barcelona, 1948) en el libro Els que es van quedar. 1939: Barcelona, ciutat ocupada que acaba de publicar Publicacions de l'Abadia de Montserrat.
El 26 de enero de 1939, fecha de la que se cumplen hoy 65 a?os, marc¨® un antes y un despu¨¦s en la historia de Barcelona. M¨¢s all¨¢ de los miles de ciudadanos que tuvieron que partir al exilio y de los que sufrieron de forma directa la violencia del nuevo r¨¦gimen y la represi¨®n en todas sus manifestaciones, hubo un porcentaje muy alto de la poblaci¨®n que permaneci¨® en casa, y es aqu¨ª donde ha fijado la mirada Jaume Fabre.
El de la ocupaci¨®n fue un periodo ca¨®tico. Muy diferente a lo que fue la dictadura a partir de 1940, mucho m¨¢s organizada. "En el primer momento hubo un desconcierto muy acusado. Las tropas de ocupaci¨®n no conoc¨ªan el territorio. Barcelona era una ciudad con pocos falangistas y tuvieron que confiar en la gente del lugar: personalidades de derechas, de la Lliga, carlistas y lerrouxistas. Muchos de los que colaboraron en un primer momento con el r¨¦gimen no se imaginaban que habr¨ªa una represi¨®n tan grande sobre el catal¨¢n, por ejemplo, y tambi¨¦n se pensaba que se acabar¨ªa con el hambre de la guerra", explica Jaume Fabre.
No eliminar, sino guardar
El historiador y periodista cuenta que cuando se retiraron seg¨²n qu¨¦ estatuas connotadas de republicanismo o catalanismo del paisaje urbano, alguien decidi¨® no eliminarlas, sino guardarlas en un almac¨¦n municipal en espera de tiempos mejores. Por otro lado, el mismo 1939 se celebraron encuentros sardan¨ªsticos, puesto que un sector del r¨¦gimen pensaba que mantener lo catal¨¢n en lo folcl¨®rico pod¨ªa despertar simpat¨ªas entre la poblaci¨®n. E incluso se festej¨® alg¨²n Carnaval, que fue prohibido y perseguido m¨¢s tarde.
En el libro, que reproduce su tesis doctoral, presentada en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, Fabre se ha interesado por los diversos grados en que la poblaci¨®n que permaneci¨® en Barcelona colabor¨® de grado o por fuerza con el nuevo r¨¦gimen: "La mayor¨ªa lo hizo de forma pasiva, porque quer¨ªa salir adelante con su vida. Pero despu¨¦s hay diversos grados de colaboracionismo. Est¨¢n los que se quedaban los pisos abandonados por ciudadanos que hab¨ªan tenido que salir corriendo de la ciudad; los industriales que se dedicaron a la especulaci¨®n; los hombres con influencia que chantajearon sexualmente a esposas de presos para presentar un aval ante las autoridades... Y luego est¨¢n los que se pusieron la camisa azul para mantener entidades que funcionaban antes de la guerra y que de otro modo habran sido ocupadas por falangistas, como es el caso, por ejemplo, de entidades excursionistas o deportivas".
El origen de la tesis se encuentra en un trabajo de vaciado de todos y cada uno de los ejemplares de La Vanguardia Espa?ola del a?o 1939, que Fabre realiz¨® hace a?os. La informaci¨®n del peri¨®dico, sometida l¨®gicamente a censura, ha sido contrastada con diversas fuentes, entre otras, numerosos diarios y memorias de personas que vivieron ese periodo. Fabre describe tanto el paisaje moral despu¨¦s de la batalla de la Guerra Civil -cambios de chaqueta; delaciones; el papel de la Iglesia, omnipresente en la cotidianidad desde el primer d¨ªa- como el paisaje f¨ªsico de la ciudad, que, asolada en buena parte, acompa?aba al primero.
El autor ofrece informaci¨®n exhaustiva sobre transportes -s¨®lo funcionaban metro y tranv¨ªa porque los autobuses hab¨ªan sido utilizados en los frentes de la guerra -, infraestructuras -puentes y carreteras cortadas y en mal estado-, suministros -frecuentes cortes de electricidad que se agravar¨ªan m¨¢s adelante-, precios de los alimentos, el estado del zoo -donde hab¨ªan muerto todos los animales, de hambre o heridos por la guerra-, las pel¨ªculas que pasaban en los cines y las obras que se representaban en los teatros...
Explica Fabre que a finales de enero de 1939 hab¨ªan abierto muchos cines barceloneses y que a principios de febrero ya funcionaban 13. En un primer momento, la programaci¨®n estaba compuesta por propaganda fascista. En marzo ya se pod¨ªan ver comedias de Hollywood. Eso s¨ª, en ning¨²n recinto donde se ofrec¨ªan espect¨¢culos se pod¨ªa librar nadie de escuchar el himno nacional con el brazo en alto.
"Creo que hasta ahora se ha presentado una visi¨®n s¨®lo negra de este periodo. Y al estudiar la vida cotidiana de 1939 aparecen algunos claroscuros. La gente intenta tirar adelante y llevar una vida normal dentro de la miseria del d¨ªa a d¨ªa. No caigo en el color blanco que nos vendi¨® el franquismo durante 40 a?os, pero tampoco en la descripci¨®n de un momento s¨®lo negro. La represi¨®n fue brutal, pero creo que ya han pasado suficientes a?os como para que podamos ver el gris", concluye Fabre en t¨¦rminos crom¨¢ticos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.