Nuevo esc¨¢ndalo, viejos h¨¢bitos
Los descubrimientos del 'caso Cofidis' reflejan la pervivencia de las malas costumbres en el pelot¨®n y el retraso de los controles
En el pelot¨®n se cuentan muchas cosas. Hace un a?o una de las historias que circulaba hablaba del chasco de unos corredores. "Dejaros de la EPO nacional", cuentan que les dijeron unos compa?eros, "dejaros de la nacional y pasaros a la rusa, que es indetectable". "En efecto, no se detecta", comprobaron aliviados los nuevos consumidores de la rusa despu¨¦s de pasar sin problemas algunos controles. "Pero, de todas maneras, tampoco andamos mucho mejor con ella", se percataron. Poco tiempo despu¨¦s les lleg¨® la verdad: les hab¨ªan cobrado a precio de EPO unas estupendas ampollas de agua destilada.
Seis a?os despu¨¦s de que el esc¨¢ndalo Festina sacara a la luz la vasta extensi¨®n del dopaje en el ciclismo y desencadenara actuaciones policiales y judiciales en Italia, Francia y B¨¦lgica, los h¨¢bitos del pelot¨®n han cambiado lo justo para adaptarse a los nuevos tiempos sin dejar de recurrir a las viejas pr¨¢cticas, como ejemplarmente reflejan las novedades llegadas de Francia, la detenci¨®n de cuatro ciclistas -Marek Rutkiewicz, Robert Sassone, C¨¦dric Vasseur y Philippe Gaumont-, el hallazgo de sustancias prohibidas en poder de algunos de ellos y el encarcelamiento de un masajista polaco del Cofidis. Se habla de EPO, de hormona de crecimiento, de transfusiones sangu¨ªneas.
Gaumont reconoci¨® a la polic¨ªa que se dopaba y que vend¨ªa EPO a sus compa?eros
"Antes del caso Festina", cuenta, an¨®nimamente, un ex empleado de un equipo, "cuando no hab¨ªa persecuci¨®n policial, era f¨¢cil buscarse la vida, cada corredor se procuraba lo necesario por su cuenta, sin problemas. Pero despu¨¦s, con la prohibici¨®n, pas¨® lo que ten¨ªa que pasar, lo que pas¨® cuando la prohibici¨®n del alcohol en Estados Unidos, pas¨® que subieron los precios y que el asunto se convirti¨® en negocio para unos cuantos, los m¨¢s atrevidos, para algunos m¨¦dicos sin escr¨²pulos y hasta para las mafias de Italia o de los pa¨ªses del Este. El riesgo tiene m¨¢s beneficios que nunca".
El descontrol es la norma. Y la contradicci¨®n. "Este a?o la presi¨®n es agobiante", cuenta un ciclista espa?ol. "Como la pr¨®xima temporada se pone en marcha la superliga, en la que s¨®lo entrar¨¢n los mejores equipos, el director nos ha exigido estar fort¨ªsimos desde el principio, tenemos que ganar de todo. Y esto mismo lo habr¨¢n dicho en todos los equipos". Los equipos, oficialmente, han renegado del dopaje, lo han vetado, han prometido la expulsi¨®n a cualquier corredor positivo, han prohibido a los m¨¦dicos usar cualquier producto sospechoso. Gaumont, uno de los ciclistas del Cofidis detenidos, reconoci¨® a la polic¨ªa que se dopaba con EPO y que, adem¨¢s, vend¨ªa ampollas a sus compa?eros. El m¨¦dico del equipo, a?adi¨®, no administraba ning¨²n dopante, "pero sab¨ªa lo que tom¨¢bamos".
Es la l¨®gica viciada, los mensajes entre l¨ªneas desde las c¨²pulas a los corredores: no te dopes, pero corre m¨¢s que nunca; haz lo que quieras, que yo miro para otro lado, pero te expulso si das positivo. Desgraciadamente no es muy complicado eludir la detecci¨®n de las sustancias prohibidas en los controles.
En noviembre pasado, L¨¦on Schattenberg, miembro de la comisi¨®n antidopaje de la UCI, visit¨® los pa¨ªses m¨¢s importantes y dijo a los dirigentes del ciclismo que la cosa iba mal, que como el test s¨®lo detectaba la EPO consumida dos o tres d¨ªas antes, los deportistas hab¨ªan recurrido a formas m¨¢s sofisticadas de administraci¨®n, a dosis m¨¢s bajas y repetidas o incluso dejaban de tomarla cuatro semanas antes de la competici¨®n. "A los resultados de sus an¨¢lisis de sangre les hemos aplicado una ecuaci¨®n [hemoglobina menos 60 por la ra¨ªz cuadrada del porcentaje de reticulocitos] calculada por unos investigadores australiano y, vista la cantidad de pruebas que arrojaron resultados superiores a 126,5, hemos llegado a la conclusi¨®n de que unos 70 deportistas recurrieron a la EPO semanas antes de las competiciones importantes", explic¨®. "Esto es una advertencia: esta cifra nos servir¨¢ de criba y la pr¨®xima temporada acribillaremos a controles a los sospechosos hasta lograr que den positivo".
La certeza matem¨¢tica, basada en estudios estad¨ªsticos -varias semanas despu¨¦s de la toma, el organismo de quienes han tomado EPO deja de fabricar gl¨®bulos rojos, por lo que desciende el n¨²mero de reticulocitos- no es evidencia de positivo, por lo que la UCI no puede sancionar a los tramposos pese a tener la plena convicci¨®n de su culpa. Lo m¨¢s que podr¨ªa hacer es a?adir el n¨²mero 126,5 a los otros d¨ªgitos -50 de hematocrito o 17 de hemoglobina- que permiten una suspensi¨®n autom¨¢tica de 15 d¨ªas.
Otro frente abierto es el de las transfusiones. La UCI tiene el convencimiento de que la vieja pr¨¢ctica vuelve a estar de actualidad y ya ha anunciado que dispone de otra prueba matem¨¢tico-estad¨ªstica para detectarlas (una citometr¨ªa de flujo para identificar ant¨ªgenos propios del donante y no del donado), pero, desgraciadamente, s¨®lo tienen utilidad en el caso de sangre de otra persona, no en el m¨¢s extendido de las autotransfusiones, de sangre del mismo deportista que guarda congelada durante semanas para reinyect¨¢rsela durante la competici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.