El artista italiano Leo Bassi inicia su 'Viaje a lo peor de Madrid'

La adrenalina est¨¢ asegurada. Pocos espect¨¢culos terminan con el p¨²blico retenido por la Guardia Civil durante 45 minutos. El c¨®mico italiano Leo Bassi inici¨® ayer su nuevo espect¨¢culo, Viaje a lo peor de Madrid, un recorrido en autob¨²s por algunos de los horrores urban¨ªsticos de la ciudad.

Bassi parte de una premisa: los circuitos tur¨ªsticos de Madrid ya no sorprenden, y si hacemos turismo es para ser sorprendidos. La sorpresa, en este caso, viene de conocer un Madrid cutre y rancio. Bassi quiso provocar y lo consigui¨®. Quiso llamar la atenci¨®n de las fuerzas de seguridad y tambi¨¦n lo consigui¨®: su espect¨¢culo atrajo a la Polic¨ªa Municipal de El Escorial y a la Guardia Civil. Sus haza?as: dejar ante la tumba del dictador Franco, en el Valle de los Ca¨ªdos, una foto de Franco con Sadam Husein, hecha en 1974, y pegar en la verja de la finca que la familia de Esperanza Aguirre, presidenta del Gobierno regional, posee en El Escorial un cartel anunciando la pr¨®xima expropiaci¨®n de los terrenos para construir la autov¨ªa M-60.

Los asistentes, durante todo el trayecto, se lo pasaron en grande. Para que nadie pudiese impedir el espect¨¢culo, el recorrido fue un secreto hasta el mismo momento en que el p¨²blico subi¨® al autob¨²s.

Bassi puso su dedo inquisidor, entre muchos pol¨ªticos, en Esperanza Aguirre. En la finca de La Granjilla, propiedad de la familia de la presidenta regional, el italiano se subi¨® a la verja de una de las entradas para colgar un cartel (calcado a cualquiera de tintes oficiales), que rezaba: "Expropiaci¨®n de terrenos para construcci¨®n de nueva autov¨ªa M-60. Arquitecto: Leo Bassi. Propietario: la familia Aguirre. Plazo de ejecuci¨®n: dos meses. Inicio de las obras: 16 de marzo de 2003".

Cuando el cartel estuvo colgado y la comitiva se hab¨ªa alejado de la finca, una mujer, empleada del lugar, increp¨® al c¨®mico: "Oiga, oiga... inf¨®rmese, que Esperanza Aguirre vive en la finca de al lado. Donde ha dejado usted el cartel es propiedad de la se?ora Soledad Salamanca Lafit", explic¨®, muy airada, la mujer. Bassi se qued¨® mudo. Pero no desisti¨® en su empe?o y se dio media vuelta para quitar el cartel. En el lugar ya le estaba esperando una patrulla de la Polic¨ªa Local. "?Que nadie quite el cartel!", advirti¨® Bassi a los agentes meg¨¢fono en mano.

Uno de los polic¨ªas, muy amable, inform¨® de que la zona es una v¨ªa pecuaria y de que nadie pod¨ªa impedir el paso al grupo. "Camino Real de Madrid que se llama", apostill¨® el agente. Bassi retir¨® el cartel y lo coloc¨® en el lugar correcto. Para entonces, a la Polic¨ªa Local se hab¨ªa unido un veh¨ªculo de la Guardia Civil. "Yo vivo en Lavapi¨¦s y all¨ª la polic¨ªa no viene tan veloz", observ¨® el c¨®mico.

Siguiente parada: el Valle de los Ca¨ªdos. Ahora, un coche camuflado de la Guardia Civil sigue a la comitiva. Dentro del enorme mausoleo donde est¨¢ enterrado Francisco Franco, Bassi revoluciona al personal. Primero, Laura Incl¨¢n, una actriz que le acompa?a en el espect¨¢culo, entra en el recinto vestida de viuda de Espa?a con un enorme crucifijo de bronce que, al pitar en el control de seguridad, desata las iras de los vigilantes privados.

Dentro de la bas¨ªlica, Bassi sac¨® una foto de Franco con Sadam Husein tomada en 1974 cuando el dictador espa?ol entreg¨® al iraqu¨ª la cruz de la Orden de Isabel La Cat¨®lica. El c¨®mico dej¨® la imagen encima de la l¨¢pida. "Como europeo, me siento ofendido de que exista un lugar as¨ª en vez de un museo que rinda homenaje a todas las personas que tuvieron que trabajar para levantar este sitio", denunci¨® el c¨®mico. Sus palabras no sentaron bien a algunos de los visitantes. "S¨®lo faltaba que venga un gilipollas extranjero a soltar cuatro chorradas", coment¨® una chica a su pareja.

Ya en la puerta de la bas¨ªlica, Bassi sac¨® un p¨®ster con un dibujo que parodiaba al castillo que representa a la compa?¨ªa Walt Disney. Pero en vez de poner Disneylandia, el cartel rezaba: Francolandia. Salir del recinto fue toda una odisea. La Guardia Civil retuvo el autob¨²s durante 45 minutos, en los que requis¨® varias cintas de grabaci¨®n a periodistas. El agente de la Guardia Civil que iba de paisano y que hab¨ªa seguido a la comitiva durante parte del recorrido se empe?¨®, adem¨¢s, en pedir la documentaci¨®n a todo el personal.

Antes de todo esto, hubo mucho m¨¢s. La cita comenz¨® a las once de la ma?ana en la plaza de Espa?a. Bassi lleg¨® enarbolando una enorme bandera pirata. El c¨®mico se hizo acompa?ar en sus explicaciones por Juan Garc¨ªa Vicente, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n, y por Carlos D¨ªez, del Grupo de Estudios del Frente de Madrid, entre otros. Dos azafatas entregaron bolsas por si alguien quer¨ªa vomitar despu¨¦s de ver el recorrido por lo peor de la ciudad. Para preparar el recorrido, Bassi explic¨® que ha tenido tres fuentes: "Yo mismo con mi coche, dando vueltas; los ecologistas, algunos profesores universitarios y el se?or Google [el buscador m¨¢s utilizado de Internet]".

El autob¨²s pas¨® por Pr¨ªncipe P¨ªo y por la avenida de Portugal, flanqueado por los restaurantes de la Casa de Campo. De fondo, en el autob¨²s, sonaba una m¨²sica militar, preludio de la primera parada del viaje: los terrenos donde se va a construir el nuevo cartel general de la OTAN, en el t¨¦rmino municipal de Pozuelo.

Pr¨®xima parada: Majadahonda. El paisaje est¨¢ lleno de gr¨²as y de nuevas urbanizaciones. "En esta zona viven muchos ministros y tambi¨¦n Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tendr¨¢ su pr¨®xima vivienda", cont¨® Bassi. La presencia de barreras y guardias de seguridad en las urbanizaciones por las que pasa el autob¨²s da idea del tipo de gente que reside en ellas. "Parque natural de los pijos", lo denomina Bassi. Para acompa?ar la visita, el c¨®mico pone como m¨²sica de fondo el himno espa?ol.

El viaje termin¨® a las cinco y media de la tarde en donde hab¨ªa salido: la plaza de Espa?a. La llegada fue saludada por todos con un gran aplauso y un comentario com¨²n: ?Qui¨¦n puede dar m¨¢s por los seis euros que cuesta la entrada?

Viaje a lo peor de Madrid. Todos los domingos, hasta el 14 de marzo. Reservas, en el teatro Alfil. Calle del Pez, 10. Tel¨¦fono 91 521 45 41. Entrada: 6 euros.