Abstracci¨®n sin concesiones
Las obras de Pablo Palazuelo (Madrid, 1916) mostradas en la galer¨ªa Juan Manuel Lumbreras de Bilbao pueden llegar a pasar desapercibidas. Y no est¨¢ ni medianamente bien que esto sea as¨ª, por m¨¢s que se trate de obra gr¨¢fica sobre papel y el motor creativo se desenvuelva ¨²nicamente dentro del universo de las formas geom¨¦tricas, adem¨¢s de haberlas presentado en el espacio inferior (planta baja).
En efecto, las obras est¨¢n realizadas sobre formas geom¨¦tricas que son vuelos c¨®smicos. En la primera mirada las variantes del juego de l¨ªneas se alzan sobre todo lo dem¨¢s. Mas cada una de las l¨ªneas lleva en su interior una potencia que busca acariciar el espacio, modul¨¢ndolo, palp¨¢ndolo. Aunque las l¨ªneas son movidas por actos reflexivos, el conjunto de movimientos depara en su totalidad un racimo de sentimientos po¨¦ticos. Donde acaba la reflexi¨®n empieza el sentimiento. Es verdad que si invertimos los t¨¦rminos acabaremos dando la raz¨®n a Locke cuando aseguraba: "No hay nada en el entendimiento que no haya estado en la sensaci¨®n".
Al p¨²blico medio le aterran las formas geom¨¦tricas. Se ven m¨¢s a gusto si tienen delante formas org¨¢nicas, trazadas con gestualidades hechas a espasmos m¨¢s o menos vitales, y si van acompa?adas de mucha materia, tanto m¨¢s se afirmar¨¢ en esos gustos. De ah¨ª que le cueste entender, por ejemplo, que en las formas de Palazuelo vivan energ¨ªas din¨¢micas en proceso de crecimiento irregular o que no pocos de sus ritmos y tensiones est¨¦n producidos por la energ¨ªa ps¨ªquica del inconsciente.
En los tres aguafuertes, las nueve litograf¨ªas y en la escultura de acero (pieza ¨²nica), hay todo un componente de planos y l¨ªneas angulosos, con sus delimitaciones muy marcadas. Son formas abstraccionistas sin concesiones. No existen referencias al mundo exterior fuera de lo que la geometr¨ªa ofrece de suyo. Exige una considerable actividad reflexiva de la mente, mas da mucho a cambio. En cuanto al color que se deja ver en algunas litograf¨ªas, prima la austeridad crom¨¢tica.
Lo que para el profano no son m¨¢s que l¨ªneas y m¨¢s l¨ªneas, todas ellas fr¨ªas en apariencia, para Palazuelo esa suma de l¨ªneas se convierte en un lenguaje de universos espaciales. Con la sutil y rica gama de variaciones, se nos figura el autor algo as¨ª como el gran cham¨¢n de los l¨ªmites. En alg¨²n pasaje de determinadas piezas parece percibirse c¨®mo en un momento de la gestaci¨®n se le escap¨® algo por controlar, un remate en punta o una l¨ªnea como perdida y sin conexi¨®n con las dem¨¢s l¨ªneas. No hay tal escape. La sensibilidad de los sentidos (la psique sintiente) acaba por reordenar el todo. Ha quedado la huella de lo que parec¨ªan heridas, esos escapes incontrolados al fin controlados.
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