Subversi¨®n
En su estupendo art¨ªculo "Inmemorables prop¨®sitos", F¨¦lix de Az¨²a, tras interpretar la pel¨ªcula Master and Commander (una guerra tipo La Iliada, con personas dignas, con valores prohibidos en nuestras escuelas, que en lugar de decir lo buenos que somos nos presenta la muerte terrible porque es idiota y todas iguales, no hay buenas ni malas) lleg¨® a la conclusi¨®n, entonces, de que algo est¨¢ cambiando, para bien, en la sociedad civil. Az¨²a sabe que esa fe en la humanidad es una ridiculez, pero por eso mismo cree que es valioso, porque tal como est¨¢ la obediencia es casi imposible hacer el rid¨ªculo, y por eso ese rid¨ªculo resulta tan subversivo como Master and Commander. La ¨²nica salida que encuentra, tambi¨¦n rid¨ªcula, es "aceptar la ternura del caos".
El caso es que est¨¢n poniendo en Sevilla otra bell¨ªsima pel¨ªcula que tambi¨¦n considero subversiva y que puede dar otra pista de ese cambio social. Se llama Ser y tener y tiene lugar en Francia, en una zona rural de peque?os agricultores en la que un maestro ense?a a sus alumnos la realidad sobre ellos mismos y sobre su comportamiento. Lo hace sin perder la distancia ni la educaci¨®n que considera convenientes; sin arrumacos ni exclamaciones de cari?o o de enfado a las que nosotros estamos tan acostumbrados: con la misma voz suave y templada para ense?ar las letras o las matem¨¢ticas que para hacerles razonar las alegr¨ªas, las tristezas, las peleas o las distracciones; con "buenos d¨ªas, se?or profesor", "s¨ª, se?or profesor" o "no, se?or profesor". Conductas que, como en Master and Commander tienen muy poco que ver con el progreso pero que a algunas personas les puede renovar la fe en la humanidad.
Quiz¨¢ por eso de encontrarse en un lugar poco habitado, el maestro puede permitirse el lujo de vivir fuera del caos y practicar la ternura oral. En una ciudad ser¨ªa todo muy diferente, pero el gui¨®n exige ese ambiente para que resulte real; para que nos creamos esa "rid¨ªcula" realidad que a¨²n existe en algunos lugares apartados de las grandes urbes aunque con m¨¢quinas y servicios del progreso.
Al salir del cine me acord¨¦ del art¨ªculo de Az¨²a y me sent¨ª tremendamente rid¨ªcula esperando que esa ternura que aceptamos del caos surgiera con fuerza subversiva y avanzara poco a poco hasta enamorarnos.
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