Nuclear de Lem¨®niz
La central nuclear de Lem¨®niz, la hidra de dos cabezas para sus m¨¢s aguerridos detractores, fue durante los movidos a?os de la transici¨®n motivo de diferentes pol¨¦micas. Las im¨¢genes que se tomaron de todo aquel barullo pasaron por las primeras planas de numerosos peri¨®dicos y revistas. Incluso, en el peor o mejor de los casos, se expusieron como muestra documental del trabajo llevado a cabo por alg¨²n reportero gr¨¢fico.
No obstante, ni los defensores de fuentes de energ¨ªa aut¨®ctona, ni los de una costa vasca no nuclear hubiesen imaginado en aquellos momentos que, llegado el siglo XXI, aquella controvertida mole de hormig¨®n resultase de inter¨¦s art¨ªstico. Estos d¨ªas, im¨¢genes de aquella central nuclear, que nunca llego a serlo, se exhiben en la Galer¨ªa Vanguardia de Bilbao. Son fotograf¨ªas en color realizadas por Marisa Gonz¨¢lez (Bilbao, 1945). La toma, por dentro y fuera, bien pudiera entenderse como un reportaje sin mayor trascendencia. Pero el ojo de la artista llega m¨¢s lejos. Sus composiciones descubren el alma de lo que estuvo destinado a ser una f¨¢brica. Est¨¢n afectadas por una curiosa sensaci¨®n de olvido y soledad, pero el a?adido de la creadora saca de ello la historia de un recuerdo abstracto abierto a interpretaciones plurales.
Marisa estudio Bellas Artes en Madrid y ampli¨® conocimientos en EE UU. Su curriculum es muy amplio. Francia, Alemania, Austria, Canad¨¢ han sido pa¨ªses que han acogido sus trabajos. Abierta a las diversas disciplinas que afectan las corrientes art¨ªsticas refleja su pensamiento a trav¨¦s de instalaciones, v¨ªdeos o fotograf¨ªas, siempre a la b¨²squeda de nuevas formas. Entre sus ¨²ltimas realizaciones destaca Desviaciones III y La f¨¢brica, referido a la memoria y destrucci¨®n de los obradores de la antigua Harino Panadera.
Lo de la sala Vanguardia parece el inicio de un proyecto desde una perspectiva que a?ade sello de autor. En el trabajo encontramos un curioso v¨ªdeo sobre un ventilador industrial. A esto se suman doce fotograf¨ªa sobre papel que dejan atr¨¢s experiencias sobre otros soportes. En ellas, de manera conceptual y fij¨¢ndose especialmente en detalles arquitect¨®nicos y de maquinaria (paredes, estructuras), se plasma la esencia del lugar y motivo principal de la reflexi¨®n que se ofrece.
Otras seis fotograf¨ªas conforman un conjunto, con forma digamos de martillo, donde el protagonismo recae sobre unos obreros con soplete, desmantelando una pieza de metal. Toda una experiencia para encontrarnos con una sugerente mirada sobre aquella denostada central nuclear.
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