600 denuncias en Barcelona por 'mobbing' inmobiliario
250 de los casos expuestos podr¨ªan ser considerados como presiones a inquilinos
600 quejas en cuatro meses. Todo un indicador de la problem¨¢tica del mobbing inmobiliario (las presiones que sufren algunos inquilinos para dejar sus viviendas) que existe en no pocos cascos antiguos de la ciudad de Barcelona, especialmente en algunos barrios de Ciutat Vella, como el Raval y el Casc Antic. Del total de quejas recogidas, unas 250 podr¨ªan considerarse propiamente como mobbing porque se ejerce presi¨®n o coacci¨®n al inquilino. El Ayuntamiento ha creado un servicio espec¨ªfico de informaci¨®n a trav¨¦s de la Oficina de Informaci¨®n al Consumidor (OMIC).
Una llamada al 010, un comentario en alguna de las oficinas de los distritos. Los canales han sido diversos pero desde el mes de octubre pasado, cuando el pleno del Ayuntamiento de Barcelona decidi¨® crear un servicio de atenci¨®n a las personas que creen ser v¨ªctimas del mobbing, no han parado de llegar quejas. En el distrito de Ciutat Vella, algunas de las denuncias han sido formuladas directamente a su concejal, Carles Mart¨ª, con la demanda expresa de que interviniera.
El fen¨®meno de las presiones a los inquilinos que pagan rentas bajas -la mayor parte de ellos personas mayores con contratos indefinidos- no es actual pero se ha acentuado en los ¨²ltimos 10 a?os. Lo han hecho en paralelo a los cambios legislativos, como la llamada Ley Boyer, que supuso la actualizaci¨®n de los alquileres y el fin de los contratos indefinidos, y el auge del negocio inmobiliario. Y otro factor: la realidad de una inmigraci¨®n en situaci¨®n irregular dispuesta a compartir viviendas.
Jordi Portabella, segundo teniente de alcalde del consistorio y responsable del ¨¢rea de Comercio y Consumo del Ayuntamiento de Barcelona, insiste en que el fen¨®meno no s¨®lo debe ser atendido por las oficinas municipales porque "afecta a muchos organismos". De hecho, desde esa oficina -situada en el n¨²mero 43 de la Ronda de Sant Pau y con la direcci¨®n www.omic.bcn.es- se han derivado algunos de los casos expuestos al Servicio de Orientaci¨®n Jur¨ªdica y al Colegio de Administradores de Fincas.
A partir de la puesta en marcha del servicio dentro de la OMIC -que estar¨¢ dirigido por una letrada adscrita por el Colegio de Abogados de Barcelona- se actuar¨¢ o se facilitar¨¢ informaci¨®n a los interesados. Algunas de las quejas presentadas no son estrictamente debidas a presiones o coacciones, sino a dudas acerca de la correcci¨®n de los recibos de alquiler, se?alaron fuentes municipales.
En cualquier caso, la problem¨¢tica del mobbing se acent¨²a en fincas antiguas, en las que hace tiempo que no hay el m¨¢s m¨ªnimo mantenimiento, o cuando la propiedad se niega a hacer obras de mejora o ni siquiera las autoriza.
Otras formas de presionar al inquilino -y sobre todo de generar una situaci¨®n de inseguridad y angustia- es la negativa a cobrar el alquiler para despu¨¦s instar el desahucio por falta de pago, notificaciones incorrectas o bajo amenazas, aumentos abusivos de la renta o planteamientos de venta a precios desorbitados.
Algunas de esas f¨®rmulas se han dado, de forma alternativa, en varias fincas de la calle de Robador, junto a la reci¨¦n reformada Rambla de Raval, y con frente a un inmenso solar que se convertir¨¢ en un complejo hotelero y comercial en los pr¨®ximos a?os.
Por ejemplo, varios vecinos del n¨²mero 33 de esa calle optaron por depositar el aquiler de varios meses en una cuenta judicial ante la imposibilidad de pagarlo a la propiedad. Parecidos problemas tienen inquilinos de fincas en el Casc Antic.
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