Blair se salva por los pelos de una derrota humillante en el Parlamento
La C¨¢mara de los Comunes aprueba por s¨®lo cinco votos la reforma de las tasas universitarias
Tony Blair se salv¨® ayer por los pelos de una crisis pol¨ªtica de enorme calado despu¨¦s de que los Comunes aprobaran su propuesta para reformar las tasas universitarias. Sin embargo, el triunfo se produjo por un margen estrech¨ªsimo, tan s¨®lo cinco votos, a pesar de que el Gobierno tiene una ampl¨ªsima mayor¨ªa de 161 esca?os en la C¨¢mara. Un total de 71 laboristas votaron contra Blair y otros 20 se abstuvieron, dejando al primer ministro en una situaci¨®n de gran debilidad pol¨ªtica en v¨ªsperas de que el juez lord Hutton haga p¨²blicas hoy sus conclusiones sobre el caso Kelly.
A pesar del alivio de la victoria, que le ha evitado la humillaci¨®n de tener que presentar una moci¨®n de confianza, Blair sali¨® anoche muy malparado. El Gobierno s¨®lo obtuvo 316 votos a favor (al menos uno de ellos de un diputado tory), pese a contar con 408 representantes. La oposici¨®n consigui¨® cosechar 311 votos contra la ley, 71 de ellos procedentes de las filas laboristas. El futuro inmediato del primer ministro puede ahora depender de la dureza con que le trate el juez lord Hutton, que hoy dar¨¢ cuenta de su investigaci¨®n sobre la muerte del cient¨ªfico David Kelly.
"Tony Blair ha sido humillado", proclam¨® nada m¨¢s conocerse la votaci¨®n Tim Yeo, uno de los hombres fuertes de la nueva direcci¨®n del Partido Conservador y responsable de educaci¨®n. "El Gobierno ha ganado gracias a los votos de sus diputados escoceses a pesar de que esta ley s¨®lo se va a aplicar a las universidades de Inglaterra", denunci¨®. "Tenemos que aprender de esto. Tenemos que escuchar m¨¢s a la gente", admiti¨® James Purnell, un diputado laborista que ha defendido con ardor la posici¨®n del Gobierno.
La votaci¨®n fue descrita anoche como la prueba m¨¢s dura sufrida por Tony Blair desde que lleg¨® al Gobierno. La rebeld¨ªa laborista no se ci?e a un descontento circunstancial sobre las tasas universitarias. Es la tercera gran rebeld¨ªa que sufre el primer ministro, que tuvo ya que apelar a las tripas de los diputados y azuzar el fantasma de "o yo, o la oposici¨®n" para ganar la votaci¨®n sobre la universidad y, antes, sobre la guerra en Irak, cuesti¨®n que sigue planeando sobre Downing Street. Un comentarista escribi¨® tiempo atr¨¢s que Irak acabar¨¢ siendo para Blair lo que la crisis de Suez, en noviembre de 1956, supuso para el primer ministro de la ¨¦poca, Anthony Eden, que dimiti¨® en enero de 1957. Blair no parece a¨²n cerca de la dimisi¨®n, pero su situaci¨®n pol¨ªtica empeora con el tiempo.
La votaci¨®n de ayer deja al primer ministro en manos de su gran rival pol¨ªtico, el canciller del Exchequer, Gordon Brown. Brown, cuyo aspecto siempre mejora en la medida en que empeora el de Blair, sale reforzado de una crisis que ¨¦l no ha creado, pero que parece haber alimentado y desactivado seg¨²n sus necesidades. En las ¨²ltimas semanas ha multiplicado sus intervenciones a favor de la reforma, pero siempre con ese calculado entusiasmo que le permite estar del lado de Blair en las grandes crisis, pero sin quedar salpicado por la sangre de las batallas con el partido y la opini¨®n p¨²blica.
En la votaci¨®n de ayer pareci¨® decisivo el cambio de posici¨®n de Nick Brown, un viejo aliado de Gordon Brown que en la primera legislatura laborista controlaba el grupo parlamentario hasta que Blair empez¨® a sospechar de su influencia entre los diputados y le dio una patada hacia arriba: le nombr¨® ministro de Agricultura, donde acab¨® lidiando con la crisis de las vacas locas hasta que baj¨® a la segunda fila del Gabinete. Nick Brown, que s¨®lo lleva unos meses fuera del Gobierno, era uno de los l¨ªderes de la revuelta contra la subida de las tasas universitarias hasta que ayer por la ma?ana, s¨²bitamente, cambi¨® de bando.
Nick Brown asegura que no cambi¨® por influencia de su amigo Gordon, sino por las concesiones de ¨²ltima hora negociadas con el viceprimer ministro, John Prescott. El cambio de posici¨®n de este l¨ªder rebelde hizo pensar por la ma?ana que el Gobierno obtendr¨ªa una victoria incluso confortable. Pero el raqu¨ªtico margen de cinco votos, el m¨¢s estrecho desde que Blair lleg¨® al poder en 1997, hizo que el anuncio del resultado fuera acogido con euforia en los esca?os de la oposici¨®n. En los del Gobierno predominaba el alivio.
Hoy se augura tanta pasi¨®n como anoche. Blair contestar¨¢ a las dos de la tarde al informe Hutton, un debate abierto a los matices. Enfrente tendr¨¢ al nuevo l¨ªder de la oposici¨®n, Michael Howard, un orador brillante y agudo al que muchos llaman Dr¨¢cula por su aspecto. Pero el primer ministro contar¨¢ con la ventaja de defenderse a s¨ª mismo desde el estrado. Blair se crece en los momentos dif¨ªciles.
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