Abdul Rahm¨¢n Mounif, novelista ¨¢rabe
Abdul Rahm¨¢n Mounif, uno de los m¨¢s grandes y prol¨ªficos novelistas ¨¢rabes contempor¨¢neos, falleci¨® el s¨¢bado 24 de enero en Damasco a la edad de 71 a?os. Una de sus obras, Laou'at al Ghaeb, que puede traducirse como La herida de la ausencia, es un homenaje a algunos de los m¨¢s grandes escritores, cuya llama quer¨ªa mantener viva frente al olvido de un siglo que enterr¨® demasiado pronto a sus principales novelistas y poetas, para pasar a otra cosa. Esta cultura del zapeo le parec¨ªa devastadora. No s¨®lo para el recuerdo de los desaparecidos, sino para el patrimonio colectivo ¨¢rabe.
Del sirio Sad Allah Wannus al israel¨ª Emile Habibi, pasando por otros muchos "grandes" desaparecidos, recordaba la quintaesencia de su obra para que su legado "contribuya a constituir la memoria" colectiva literaria y art¨ªstica. Porque, como escrib¨ªa en la introducci¨®n de su libro, "uno de los mayores problemas del pensamiento ¨¢rabe es la ausencia de continuidad, una incapacidad" para que "el pasado sea un pelda?o de la escalera por la que subir¨¢n las generaciones venideras, sin tener que pagar el precio desembolsado por los antiguos y partir de cero". Profundamente dolido por la privaci¨®n, desde hac¨ªa casi medio siglo, de su nacionalidad saud¨ª por tener un pensamiento pol¨ªticamente incorrecto, deshizo su equipaje en los dos pa¨ªses de la regi¨®n que quisieron acogerle, Irak y m¨¢s tarde Siria, rechazando de forma sistem¨¢tica convertirse en un "asalariado del pr¨ªncipe", seg¨²n su propia expresi¨®n, siempre tan celoso de su libertad de pensar y escribir.
Al haber sido testigo de los grandes acontecimientos de un siglo XX especialmente agitado en el mundo ¨¢rabe, donde los golpes de Estado se sucedieron en nombre de las grandes causas para saldarse con unos fiascos autoritarios, Abdul Rahm¨¢n Mounif pronto renunci¨® a pertenecer a cualquier partido -tras haber sido baazista durante unos a?os- para hacer de su pluma su "arma" pol¨ªtica. Le permit¨ªa denunciar las desviaciones y la represi¨®n pol¨ªtica en una regi¨®n donde el amordazamiento de las libertades se hab¨ªa convertido en una marca de f¨¢brica. La ca¨ªda de Bagdad, en abril de 2003, probablemente supuso su ¨²ltima herida. La estatuilla que los responsables del Museo de Bagdad le ofrecieron a su marcha de Irak, en 1981, y las obras de los pintores iraqu¨ªes colgadas en las paredes de su modesto hogar, en Damasco, eran el dedo en la llaga abierta por las im¨¢genes del saqueo del museo delante de las narices del Ej¨¦rcito estadounidense.
Calificaba a Estados Unidos de "nuevo colonizador" y de "Estado sin ra¨ªces", pero rechazaba asimismo cualquier tipo de autocompasi¨®n. En unas declaraciones realizadas a Le Monde desde su peque?o apartamento de Damasco, critic¨® vivamente "una ausencia total de racionalidad y de equilibrio" en el mundo ¨¢rabe, donde "el 'cada uno a lo suyo' es la norma y la solidaridad una palabra vana", censurando por igual a los poderes y a los opositores "manipuladores" de muchedumbres y se?alando una regresi¨®n generalizada. Su principal obra es sin duda alguna su novela hist¨®rica en cinco vol¨²menes, Les Villes de sel (Las ciudades de sal), que relata la historia de un pa¨ªs m¨ªtico de la regi¨®n del Golfo y la transformaci¨®n de la sociedad tradicional provocada por el descubrimiento del petr¨®leo. Sin nombrarla nunca, Arabia Saud¨ª, su pa¨ªs de origen, era la inspiradora.
Naci¨® en 1933 en la capital de Jordania, Amm¨¢n -a la que dedic¨® un libro, Une ville dans la m¨¦moire (Una ciudad en la memoria)-, de padre saud¨ª y madre iraqu¨ª. Tras ser expulsado de su pa¨ªs en 1963, Abdul Rahm¨¢n Mounif tuvo sucesivamente pasaporte argelino, yemen¨ª, iraqu¨ª y sirio. La mayor¨ªa de sus obras han sido traducidas a varias lenguas, sobre todo al ingl¨¦s.
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