Huertas y Barrio denuncian la resistencia de Atutxa a disolver SA

El representante del PSE en la Mesa del Parlamento, Manuel Huertas, asegur¨® ayer que se sinti¨® "burlado" y "enga?ado" por los tres querellados en la causa abierta en el Tribunal Superior de Justicia vasco por su negativa a disolver el grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak (SA). En sus declaraciones como testigos ante la juez del caso Atutxa, tanto Huertas como el representante del PP, Carmelo Barrio, aseguraron que los miembros del tripartito ten¨ªan decidido no disolver SA y que se valieron de "artificios" para no cumplir la sentencia del Tribunal Supremo.

Nekane Bolado, la magistrada de la Sala Civil y Penal del Superior que instruye la querella por desobediencia contra Juan Mar¨ªa Atutxa (PNV), Gorka Kn?rr (EA) y Kontxi Bilbao (IU), tom¨® ayer declaraci¨®n, en calidad de testigos, a Barrio y Huertas. El representante popular declar¨® por espacio de 115 minutos y el parlamentario socialista durante 83 minutos a las preguntas de la magistrada, de la teniente fiscal, Blanca G¨®mez Jim¨¦nez; de la letrada de la acusaci¨®n particular en representaci¨®n del sindicato Manos Limpias, Antonia Mateo, y del defensor de los imputados, Alberto Figueroa.

En ese tiempo ambos tuvieron tiempo suficiente para dejar claro dos ideas b¨¢sicas ante la juez. Primero, que los tres querellados en "ning¨²n momento tuvieron voluntad firme de llevar a efecto la disoluci¨®n" del grupo parlamentario heredero de la ilegalizada Batasuna, seg¨²n la declaraci¨®n de Barrio. "Hab¨ªa una resistencia a cumplir la sentencia", en palabras de Huertas. Y segundo, que la pol¨¦mica decisi¨®n de la Junta de Portavoces del 6 de mayo de 2003, en la que PNV, EA e IU rechazaron la resoluci¨®n general de la Presidencia, aprobada un d¨ªa antes en la Mesa de la C¨¢mara con los votos de nacionalistas, socialistas e IU, por la que se abr¨ªa una v¨ªa para disolver SA y mandar a sus miembros al grupo mixto, fue un mero "artificio", seg¨²n Barrio.

A propuesta del PSE

La propuesta hab¨ªa partido de Huertas, siguiendo el modelo ya utilizado por la Mesa del Parlamento navarro para disolver al grupo heredero de Batasuna. Este hecho, admitido ayer por Huertas ante la juez, fue utilizado por Atutxa y Kn?rr en su declaraciones como imputados, el pasado 3 de diciembre, como l¨ªnea de defensa para intentar hacer ver la incongruencia de que unos parlamentarios est¨¦n imputados y otros no. Pero ni Atutxa ni Kn?rr indicaron que mientras los representantes de sus partidos votaron en contra de la resoluci¨®n de la Mesa, los socialistas votaron a favor. "S¨®lo hubo una coherencia manifiesta de mi posici¨®n en la Mesa y la del portavoz del Grupos Socialistas Vascos" en la Junta de Portavoces, record¨® a la juez Huertas. Y el propio Barrio aclar¨®, por si hab¨ªa alguna duda, que la "¨²nica y aut¨¦ntica voluntad" de Huertas al aprobar la resoluci¨®n de la Presidencia era crear un "mecanismo, un cauce" para disolver SA.

Para Huertas, el hecho de que, ante una "desautorizaci¨®n de tan alto grado", no se dijera nada en la siguiente reuni¨®n de la Mesa del Parlamento s¨®lo pod¨ªa entenderlo "desde la complicidad". A juicio del representante socialista en la Mesa, la decisi¨®n de votar en contra en la reuni¨®n de la Junta de Portavoces "estaba prevista de antes", y se reconoci¨® como un "incauto a pesar de mi experiencia" por no haberlo previsto. "Pensaba que a Atutxa su partido no lo iba a desautorizar", se excus¨® ayer.

De hecho, ante la pregunta del abogado de la defensa de si al decir que "la decisi¨®n de la Junta de Portavoces pod¨ªa estar predeterminada" se estaba refiriendo a que los grupos parlamentarios que sostienen al Gobierno "ten¨ªan tomada la decisi¨®n de no ejecutar los autos del Supremo", Huertas respondi¨® afirmativamente. Sobre este asunto, Barrio mantuvo que "se utiliz¨® esa propuesta de resoluci¨®n como un artificio que luego chocase con la Junta de Portavoces, para que no se llevara a efecto la disoluci¨®n de Sozialista Abertzaleak". "A lo largo de toda esta situaci¨®n y circunstancia de disoluci¨®n de SA, siempre he visto la voluntad de Atutxa de no llevar[la] a efecto".

Barrio y Huertas, con todo, mostraron su discrepancia a la hora de valorar las posibilidades de cumplir las sentencias del Supremo sobre la ilegalizaci¨®n y posterior disoluci¨®n de SA. Los tres querellados han basado su defensa en la imposibilidad de cumplir las resoluciones judiciales porque el Reglamento de la C¨¢mara no prev¨¦ el mecanismo para disolver un grupo en cumplimiento de una sentencia judicial. Mientras Barrio subray¨® que "no hab¨ªa ning¨²n impedimento" para cumplirlas, Huertas reconoci¨® que era necesario una "adaptaci¨®n reglamentaria" y que la resoluci¨®n de Presidencia era la v¨ªa "m¨¢s clara, determinante, precisa y r¨¢pida" para hacerlo.