Ra¨ªces de Rulfo
Nuria Amat hace en Juan Rulfo, el arte del silencio la biograf¨ªa de Rulfo desde su ¨®ptica de escritora. Como se?ala Virginia Woolf a prop¨®sito de las nuevas maneras de la biograf¨ªa inglesa de comienzos del siglo XX, cuenta "verdad por un lado y por otro personalidad", entreg¨¢ndonos "una amalgama de sue?o y realidad, una mezcla de biograf¨ªa y autobiograf¨ªa, de hechos y ficci¨®n". Una intenci¨®n que la autora hace expl¨ªcita desde la primera p¨¢gina, autocit¨¢ndose, con esta frase: ?El bi¨®grafo es la biograf¨ªa?, y que convierte a su Rulfo en un libro apasionante.
Amat fundamenta en la muerte del padre del escritor su teor¨ªa literaria: la orfandad instala una ausencia y el escritor nace de esta ausencia. Rulfo tiene seis a?os cuando "un joven muy borracho y pendenciero" mata a su padre, Don Cheno, patr¨®n de hacienda, en el Estado de Jalisco. Sirvi¨¦ndose de las anotaciones de los Cuadernos de Juan Rulfo, publicados p¨®stumamente en 1994, de testimonios y de fragmentos de la obra rulfiana, Amat, con gran habilidad narrativa, pone en evidencia de d¨®nde ha podido partir Rulfo para crear la atm¨®sfera y el lenguaje de esa cumbre de la literatura que es Pedro P¨¢ramo. La orfandad, la lectura como refugio frente a la violencia del mundo, la memoria, la creaci¨®n de un lenguaje para nombrar la ausencia y el silencio que, en Rulfo, "m¨¢s que una amenaza parece un destino", son los temas principales analizados en esta biograf¨ªa.
Autor de dos ¨²nicos libros publicados antes de los cuarenta a?os, Rulfo vivi¨® cuarenta a?os m¨¢s transformado en un mito viviente. Hab¨ªa escrito dos libros fundacionales para la literatura hispanoamericana moderna, y luego ya no volvi¨® a publicar. Amat analiza este hecho magistralmente. Es, a mi juicio, lo m¨¢s importante e inquietante de su libro. El silencio de Rulfo, al que la escritora se refiere a veces como un suicidio literario, es algo que evidentemente la perturba ("?Por qu¨¦ escribir sobre el silencio del no si yo tampoco soy una f¨¢brica de palabras? [...] El eco de Blanchot nos sigue por la casa: el silencio (dejar de escribir) no es solamente dejar de escribir; es el no dejar de dejar de escribir").
La autora aventura tambi¨¦n
la hip¨®tesis de una prolongada depresi¨®n melanc¨®lica que habr¨ªa padecido Rulfo a ra¨ªz de su infancia traum¨¢tica y cuya manifestaci¨®n visible habr¨ªa sido el alcoholismo. Su extremada exigencia literaria unida al alcoholismo habr¨ªan desembocado en el silencio total y repentino. Y concluye: "El silencio ser¨¢ el segundo asesino de esta historia o biograf¨ªa, despu¨¦s del crimen famoso contra el padre: Don Cheno. Si la literatura (Deleuze) es padre-madre, resulta casi de libro que el padre de Pedro P¨¢ramo, una vez engendrada la novela y salvada (crecida) en el extranjero, repita la orfandad que le hicieron cuando hijo [...] Rulfo desprecia la novela. La entrega como ofrenda a Comala, su regi¨®n de origen. Y termina con ella...". Para Amat, Rulfo es "un predecesor del arte silencioso de la literatura del siglo XX", que mediante su obra y su compromiso con la literatura "establece un di¨¢logo con la tradici¨®n literaria m¨¢s inefable", cuyos nombres son: Rimbaud, Kafka, Celan, Robert Walser, W. G. Sebald. Sebald, autor que obviamente Rulfo jam¨¢s ley¨®, le permite elucidar un aspecto muy interesante de la actividad art¨ªstica del mexicano: la fotograf¨ªa. Establece entre ellos un v¨ªnculo: ambos "hacen fotograf¨ªas para se?alar los caminos y precipicios de su escritura".
En el cap¨ªtulo reservado a las lecturas que influyeron en la obra del escritor mexicano, con justeza afirma que Rulfo es un eco prodigioso de una serie de escritores. Mediante una comparaci¨®n de textos, intenta demostrar la deuda de Rulfo con ciertos escritores, en particular con Mar¨ªa Luisa Bombal, autora de La Amortajada, novela de 1938, y a quien Garc¨ªa M¨¢rquez llam¨® "la adelantada de lo que se ha dado en llamar el realismo m¨¢gico". Sin embargo, la afinidad que Amat ve entre la prosa de Rulfo y la de Bombal es discutible. Se limita a que en ambas novelas hablan muertos, pero la chilena cultiva una prosa todav¨ªa modernista, adjetivada, y en la de Rulfo, en cambio, el sustantivo es, como ¨¦l mismo dijo, la sustancia. Juan Rulfo, el arte del silencio es, m¨¢s que una biograf¨ªa, una indagaci¨®n sobre la creaci¨®n literaria.
Distinto es el criterio adoptado por Reina Roff¨¦. Su Juan Rulfo, las ma?as del zorro es un trabajo exhaustivo, ciertamente ¨²til para quienes, a la hora de emprender un estudio, necesiten disponer de datos (que la autora se ha esmerado en recabar y contrastar) y de testimonios sobre la vida del escritor, si bien muchos de estos testimonios no son imprescindibles para la comprensi¨®n de la obra literaria. Me refiero a las apreciaciones subjetivas de algunos episodios de la vida privada de Rulfo: el scoop de una amante al final de su vida o las elucubraciones de algunos de sus amigos sobre su vida matrimonial. Roff¨¦ aborda tangencialmente el tema del "silencio" de Rulfo y afirma, no sin raz¨®n, "que un escritor de ¨¦xito dejara de publicar no resultaba entonces
tan extra?o como ahora". Insiste en que Rulfo persisti¨® hasta el final porque escribir era su m¨¢xima aspiraci¨®n. Era para ¨¦l una actividad dolorosa, y en este sentido compara su escritura con la de Clarice Lispector para quien escribir era "horrible".
El libro incluye, y es de agradecer, una bibliograf¨ªa muy completa, con todas las ediciones de la obra rulfiana hasta la fecha, los estudios cr¨ªticos y la filmograf¨ªa.
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