La infancia, seg¨²n Rielly
El artista escoc¨¦s presenta en la Galer¨ªa DV donostiarra una decena de inquietantes retratos de ni?os
A¨²n no hab¨ªa descubierto su vocaci¨®n art¨ªstica, pero ya en su adolescencia James Rielly (Gales, 1956), devorador consumado de c¨®mics y pel¨ªculas, mostraba una especial predilecci¨®n por la imagen que ha marcado despu¨¦s su trayectoria profesional como pintor. Sus trabajos m¨¢s recientes pueden verse en la Galer¨ªa DV de San Sebasti¨¢n (San Mart¨ªn, 5), donde el artista escoc¨¦s, afincado en Francia tras dos d¨¦cadas de trabajo en Londres, presenta una decena de retratos con evidentes influencias del s¨¦ptimo arte y el mundo de las vi?etas.
Hay acuarelas y ¨®leos; piezas de gran y peque?o formato, sobre todo de ni?os de est¨¦tica inquietante, que pertenecen a su ¨²ltima etapa creativa londinense. De ah¨ª el t¨ªtulo de la exposici¨®n Made in London, que pudo verse hace poco en la Galer¨ªa Distrito Cuatro de Madrid.
"Siempre he estado interesado en las im¨¢genes de televisi¨®n, cine, peri¨®dicos, c¨®mics, incluso de las iglesias. Tienen much¨ªsima fuerza y est¨¢n abiertas a distintas interpretaciones", explicaba el artista horas antes de inaugurar su primera muestra individual en el Pa¨ªs Vasco. "Me gusta adem¨¢s la saturaci¨®n que existe hoy, porque hace que tengas que encontrar la manera de seleccionar lo que te interesa", a?ad¨ªa. "Al final no es m¨¢s que un reflejo de nuestro proceso vital de toma de decisiones. Y qu¨¦ es lo que nos lleva a decantarnos por algo o a rechazarlo".
Eso es lo que le interesa a Rielly y eso explica, en parte, que se haya convertido en un coleccionista de im¨¢genes, y que se inspire en ellas para manipularlas y hacer pensar al espectador. "Quiero que reflexione sobre una cosa y luego se cuestione por qu¨¦ est¨¢ pensando en eso", apunta.
Lo hace con retratos, de trazos casi minimalistas -"trato de poner el fonco en lo esencial, en la peque?a poes¨ªa para que la pintura funcione de modo lento"-, que ofrecen una radiograf¨ªa sombr¨ªa, nada ingenua sobre la infancia. Los ni?os de sus cuadros son p¨¢lidos, tienen apariencia fr¨¢gil y aparecen sobre fondos as¨¦pticos en situaciones poco propias de la ni?ez: cargan cruces como Jesucristo (Crucifixion, 2003), tratan de esconderse asustados tras su jersey (Peanut II, 2003) o muestran en sus caras limpias las huellas que empieza a dejar en ellos la vida. Desde que es padre Rielly, que cuenta con un s¨®lido curr¨ªculum internacional, ha incorporado la familia como tem¨¢tica a su personal universo pict¨®rico.
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