Menos Carod, m¨¢s Andaluc¨ªa
Los acontecimientos insisten en darnos la raz¨®n en lo inapropiado de convocar elecciones conjuntas y separadas en Andaluc¨ªa. Todos los d¨ªas nos despertamos con el parte de guerra de las haza?as dial¨¦cticas de Zapatero y Rajoy mientras se elude constantemente el debate serio y riguroso sobre los problemas reales de Andaluc¨ªa.
El caso de Carod a?ade un elemento nuevo y distorsionador en el necesario debate andaluz. Efectivamente, Carod Rovira se ha equivocado y debe dimitir. La lucha contra el terrorismo es cosa de todos y ninguna originalidad por bien intencionada que sea puede quebrar la unidad en esta l¨ªnea de acci¨®n, como tampoco, por cierto, la apropiaci¨®n partidista y electoral por parte del PP en una batalla que no permite deslealtades.
El caso de Carod Rovira est¨¢ robando protagonismo a los andaluces
Carod, adem¨¢s, est¨¢ robando protagonismo a los andaluces. No estamos teniendo un debate serio sobre la reforma del Estatuto y el modelo de Estado. Ni siquiera importa ERC, s¨®lo PSOE y PP, que articulan de nuevo una visi¨®n sesgada de las cuestiones de Estado en torno a un bipartidismo reforzado. Y los que participan son c¨®mplices del gran hurto a Andaluc¨ªa. Carod no, pero los que niegan a Andaluc¨ªa tampoco.
Evidentemente, la crisis de Carod abre una serie de inc¨®gnitas sobre las repercusiones electorales de su actitud. Todo apunta hacia una factura importante a pagar por el PSOE, cuya oferta electoral se presenta poniendo de manifiesto una crisis grave de liderazgo, una divisi¨®n t¨¢ctica en materia de alianzas de imprevisibles consecuencias y, la que m¨¢s influencia puede tener en Andaluc¨ªa, la inexistencia de un modelo de Estado ¨²nico y a la vez cre¨ªble.
Chaves tendr¨¢ ahora que confirmar que su propuesta de eje Catalu?a- Andaluc¨ªa no es posible, sobre todo por la insolidaridad que viene desde Catalu?a, ahora demostrada no s¨®lo en la fiscalidad, sino tambi¨¦n en el tratamiento que Carod Rovira quiere darle a la lucha contra la barbarie terrorista. El presidente del partido socialista, Manuel Chaves, tambi¨¦n tendr¨¢ que demostrar que con su propuesta de reforma del Estatuto de Autonom¨ªa de Andaluc¨ªa no estaba d¨¢ndole cobertura al Plan Maragall. Si cae Maragall, ante el acoso de populares y de su propio partido, ser¨¢ una vez que caiga Carod y si ambos caen, caer¨¢ la teor¨ªa de Chaves, pero quien no puede caer es Andaluc¨ªa.
Antonio Ortega es secretario general del Partido Andalucista.
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