Nueve muertos en un atentado contra una comisar¨ªa en la ciudad iraqu¨ª de Mosul

La v¨ªspera de la Fiesta del Sacrificio se ensangrent¨® ayer en Irak. Un atentado suicida en Mosul con nueve muertos y un ataque cerca de Kirkuk contra las tropas ocupantes, que mat¨® a tres soldados estadounidenses, rompieron la "situaci¨®n t¨¢ctica estable" que hab¨ªa descrito el general norteamericano Mark Kimmitt el d¨ªa anterior. Adem¨¢s, estos incidentes tuvieron lugar fuera del llamado tri¨¢ngulo sun¨ª, donde se concentra la resistencia. Mosul y Kirkuk son dos ciudades del norte del pa¨ªs cuyo control se disputan ¨¢rabes y kurdos.

La explosi¨®n anoche de un proyectil en el barrio de Baladiyat de la capital iraqu¨ª, donde residen numerosos palestinos, caus¨® la muerte de cuatro de ellos y de un iraqu¨ª y heridas a otras 14 personas. A unos 300 metros del lugar donde estall¨® la granada se halla un cuartel militar de EE UU, que podr¨ªa ser el objetivo del ataque.

Pero el suceso m¨¢s grave se produjo a media ma?ana en Mosul, a 370 kil¨®metros al noroeste de Bagdad. Un coche cargado de explosivos se dirigi¨® contra la comisar¨ªa de Al Thaqafa, en el centro de la ciudad, logr¨® saltarse las barreras de seguridad y su conductor lo hizo estallar cuando alcanzaba la entrada del edificio, seg¨²n relataron testigos presenciales a las agencias de prensa. La fachada del inmueble se derrumb¨®. Al menos nueve personas resultaron muertas (dos polic¨ªas y siete civiles) y medio centenar heridas, de acuerdo con fuentes hospitalarias y policiales. El efecto de la explosi¨®n result¨® amplificado al detonar parte de la munici¨®n que se guardaba en la sede policial. Cuatro veh¨ªculos, adem¨¢s del coche bomba, quedaron totalmente destruidos. "No ha habido bajas estadounidenses", se?al¨® el comandante Hugo Cate, portavoz de la 101 Divisi¨®n Aerotransportada, con base en Mosul.

Entre los heridos se hallaban dos tenientes coroneles, un comandante y un teniente de la polic¨ªa. Los miembros de esta instituci¨®n se han convertido en los ¨²ltimos meses en un blanco favorito de los insurgentes. Junto con la Fuerza de Defensa Civil, los diferentes cuerpos policiales vienen sustituyendo desde el verano a los soldados estadounidenses en las tareas de vigilancia, y son acusados de colaboracionistas por los rebeldes.

Justo ayer, la oficina del proc¨®nsul norteamericano, Paul Bremer, anunci¨® que las fuerzas iraqu¨ªes, renovadas a marchas forzadas tras la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, acababan de superar en n¨²mero a los soldados de la coalici¨®n presentes en Irak.

El segundo incidente, un ataque contra un convoy militar estadounidense, ocurri¨® a 45 kil¨®metros al suroeste de Kirkuk, la capital petrolera del norte de Irak. En una t¨¢ctica que ya se ha hecho habitual, los insurgentes plantaron una bomba de fabricaci¨®n casera en la cuneta y la hicieron estallar al paso de los veh¨ªculos del Ej¨¦rcito. Tres soldados resultaron muertos. Ese tipo de artefactos se han ido sofisticando hasta convertirse en el terror de los uniformados, que organizan patrullas s¨®lo para limpiar las carreteras de esas trampas mortales.

Tambi¨¦n en Kirkuk, un responsable del Frente Turcomano result¨® muerto y otro herido cuando varios desconocidos dispararon contra el veh¨ªculo en el que viajaban, seg¨²n la polic¨ªa local. El Frente Turcomano se opone a la pretensi¨®n de los partidos kurdos de incluir Kirkuk en la regi¨®n kurda del futuro Estado federal al que aspiran. Los 1,5 millones de habitantes de esa ciudad, situada a 270 kil¨®metros al norte de Bagdad, se dividen de forma casi equitativa entre ¨¢rabes, kurdos y turcomanos. Estos ¨²ltimos temen la dominaci¨®n de los kurdos, fortalecidos tras la derrota de Sadam, y se han aliado con los ¨¢rabes en la defensa de la arabidad de la ciudad, que guarda bajo su suelo el 6,4% de las reservas mundiales de petr¨®leo. La violencia que esa rivalidad ha provocado en los ¨²ltimos meses hab¨ªa hecho reforzar especialmente las medidas de seguridad ante la Fiesta del Sacrificio (Aid al Adha), que hoy celebran los musulmanes.