El presidente se ve atrapado de nuevo por su pasado

Veinti¨²n meses despu¨¦s de su triunfal reelecci¨®n como presidente de Francia, con el 82% de los votos, Jacques Chirac se ve afectado de nuevo por su pasado como l¨ªder del partido neogaullista RPR y alcalde de Par¨ªs, cuando faltan m¨¢s de tres a?os para las pr¨®ximas elecciones presidenciales.

El ex primer ministro Alain Jupp¨¦ dir¨¢ la semana pr¨®xima si la condena contra ¨¦l no tiene importancia hasta que se decida en apelaci¨®n, o si renuncia a continuar en la pol¨ªtica, como hab¨ªa avisado que har¨ªa en caso de condena. Jupp¨¦ ha recibido mensajes de afecto de la esposa del presidente, Bernadette Chirac; el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, y J¨¦r?me Monod, un influyente consejero del presidente. Mensajes destinados a que no tire la toalla.

Jacques Chirac y los suyos se dar¨ªan con un canto en los dientes si Jupp¨¦ aguantara. Esto quiz¨¢ dar¨ªa tiempo a reorganizar el "estado mayor" de la derecha, en el que varios "generales" -empezando por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy- aguardan la herencia impacientes.

Relaci¨®n personal

La clave reside en la relaci¨®n personal que une a Chirac y Jupp¨¦. En 1997, destrozado por la derrota en las legislativas que precipit¨® Chirac, el presidente lo conserv¨® a su lado durante la cohabitaci¨®n con la izquierda de Lionel Jospin. En 2002 lo aup¨® a la presidencia del actual partido en el poder, Uni¨®n por la Mayor¨ªa Popular (UMP).

Todo ese conjunto tiene que dar la primera prueba de su solidez en las elecciones regionales y comarcales de marzo y en las europeas de junio, antes de abordar un congreso en noviembre. ?C¨®mo se hace todo eso con un presidente del partido, Alain Jupp¨¦, condenado por "traicionar la confianza del pueblo soberano", como dice la sentencia? La ¨²nica posibilidad es atacar la credibilidad de los jueces que la han dictado.