As¨ª se fabrica un extremo

Los fallos son muy esclarecedores. El que cometi¨® Luque hace una semana en San Mam¨¦s hasta tuvo una lectura optimista. El nuevo extremo izquierdo del Deportivo corri¨® por el interior del ¨¢rea y, cuando parec¨ªa disponer de un hueco para el disparo, opt¨® por un centro fallido hacia el ariete, Trist¨¢n.

El equipo gallego perdi¨® un gol, pero constat¨® que hab¨ªa ganado un extremo. El error revelaba que Luque ya no piensa como un delantero, el puesto en el que se ven¨ªa ganando la vida y para el que lo fich¨® tras una larga puja con el Mallorca.

"Siempre me sent¨ª delantero", confiesa Luque, "pero si ma?ana me volvieran a poner en esa posici¨®n es posible que al principio no pudiese rendir al m¨¢ximo". El jugador empieza a sentirse otra cosa, "algo un poco raro, una mezcla de interior y de extremo".

Su t¨¦cnico, Javier Irureta, lo define como un delantero pegado a la banda. "Ya hab¨ªamos hecho algo parecido con Makaay, al que a veces situaba a la derecha", explica; "con Luque en la izquierda, apostamos por un conjunto asim¨¦trico. Por la derecha, V¨ªctor es un interior m¨¢s cl¨¢sico y tambi¨¦n juega por dentro y se repliega con el resto del equipo. Luque tiene menos exigencias defensivas y le pido sobre todo que desborde por su banda".

El experimento no ha podido resultar m¨¢s exitoso porque Luque, lejos de desorientarse en su nueva demarcaci¨®n, se ha erigido en las ¨²ltimas semanas en el futbolista m¨¢s determinante del Deportivo.

"En todos los partidos, hace tres o cuatro desbordes imparables para los defensas", comenta Irureta; "Alves, el lateral brasile?o del Sevilla, que es muy r¨¢pido, lo pas¨® mal contra ¨¦l y tuvo que acabar apoy¨¢ndose en el central que jugaba por su lado. Luque tiene mucha velocidad y cambio de ritmo, una de las cualidades esenciales para jugar en la banda".

Irureta medit¨® su decisi¨®n durante la pretemporada. A Fran, el eterno inquilino del flanco izquierdo blanquiazul, hab¨ªa que dosificarle los esfuerzos. Y desde la campa?a anterior el equipo ven¨ªa resinti¨¦ndose de su poca capacidad para percutir por los costados, lo que agravaba la dependencia de la inventiva de Valer¨®n en la media punta.

El t¨¦cnico eligi¨® finalmente a Luque y se mantuvo en su idea a pesar de que el asunto suscit¨® un debate, ya que una parte del deportivismo le prefer¨ªa como ariete en vez de un Trist¨¢n en baja forma. "Al disponer de otros dos delanteros, mejores cabeceadores que ¨¦l, pens¨¦ en llevar a Luque a la banda para ganar esa rapidez que necesit¨¢bamos ah¨ª. Y porque tambi¨¦n pod¨ªa aprovechar su buen golpeo de la pelota para asistir a los puntas", expone Irureta.

La experiencia era pr¨¢cticamente nueva para el futbolista. "No creo que hubiese jugado ah¨ª m¨¢s de ocho veces en mi vida", recuerda Luque; "alg¨²n partido en los equipos inferiores del Barcelona y en un Campeonato de Europa sub 21 con I?aki S¨¢ez".

Aunque un tanto a rega?adientes, acat¨® el encargo con disciplina porque, como insiste siempre desde entonces, "cualquier puesto est¨¢ muy caro en este equipo". Pero la adaptaci¨®n al extremo le exigi¨® redoblar su preparaci¨®n f¨ªsica: "Jugando de delantero, las carreras son m¨¢s cortas. En el extremo, en cambio, necesitas m¨¢s resistencia que potencia. Por eso he tenido que esforzarme a fin de mejorar mi capacidad aer¨®bica".

En las primeras semanas, Luque acababa exhausto y sustituido casi siempre a la hora de juego. Ahora ya aguanta los encuentros completos, aunque Irureta asegura que a¨²n debe mejorar en lo f¨ªsico y afinar la precisi¨®n de sus centros.

Pese a gestos como el de San Mam¨¦s, el entrenador percibe que a Luque todav¨ªa le aflora el instinto de delantero cuando le sueltan las bridas t¨¢cticas: "Si en alg¨²n entrenamiento hacemos un partidillo relajado, sin un reparto de funciones muy preciso, le sale otra vez la tendencia a irse al medio".