Deshielo entre India y Pakist¨¢n
Los Gobiernos de Islamabad y Nueva Delhi aplazan la soluci¨®n al conflicto de Cachemira para mejorar sus relaciones
El 15 enero, poco antes de la una de la tarde, lleg¨® a la estaci¨®n de Attari el primer tren en varios a?os que hac¨ªa el recorrido entre esa ciudad india y la localidad paquistan¨ª de Lahore. La ocasi¨®n propici¨® momentos de gran emoci¨®n entre familias separadas a un lado y otro de la frontera que ve¨ªan esperanzas de una mejor comunicaci¨®n y una mejor vida. Entre los 69 pasajeros estaban los integrantes del equipo de hockey de Lahore para jugar un partido contra rivales indios. El hockey no alcanza la relevancia del cricket, pero sirve como aperitivo de todo lo que la India y Pakist¨¢n pueden hacer juntos si se confirma el optimismo desatado entre los dos pa¨ªses tras el encuentro del 5 de enero en Islamabad entre el primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, y el presidente paquistan¨ª, general Pervez Musharraf.
Sorprende que, pese a los conflictos, no se detecte gran hostilidad entre los dos pueblos
Los dos pa¨ªses, que se han enfrentado en tres guerras, necesitan ahora la reconciliaci¨®n
Todav¨ªa hay que hacer escalas para viajar por avi¨®n entre Nueva Delhi e Islamabad. Pero se han reanudado ya los vuelos entre la capital india y Lahore, as¨ª como entre Bombay y Karachi. Y lo que es m¨¢s importante, el tono en el que no s¨®lo los Gobiernos, sino tambi¨¦n los medios de comunicaci¨®n, hablan del otro lado ha pasado de la hostilidad y la desconfianza al respeto y la colaboraci¨®n. Todos parecen estar convencidos de que esta vez va en serio y que el camino hacia la reconciliaci¨®n, lleno de obst¨¢culos, est¨¢ abierto. Para el resto del mundo, que contiene la respiraci¨®n cada vez que estas dos naciones, ambas en posesi¨®n de armamento nuclear, viven momentos de tensi¨®n, tambi¨¦n es un gran alivio saber que se ha convocado para el 16 de febrero la primera sesi¨®n de trabajo entre los ministros de Exteriores indio y paquistan¨ª.
Los dos pa¨ªses, que han sufrido millones de muertos en las tres guerras libradas desde su separaci¨®n, en 1947, necesitan ahora la reconciliaci¨®n. No es casualidad que el hist¨®rico apret¨®n de manos entre Vajpayee y Musharraf ocurriese durante la celebraci¨®n de una cumbre de los siete pa¨ªses del sur de Asia en la que se acord¨® la creaci¨®n de un zona de libre comercio para 2005, un prop¨®sito que ser¨¢ una quimera si los dos grandes estados de la regi¨®n no alcanzan antes una f¨®rmula de entendimiento.
India y Pakist¨¢n, dos pa¨ªses que juntan m¨¢s de 1.200 millones de habitantes, tienen un intercambio comercial directo que se calcula en torno a la miserable cifra de los 250 millones de d¨®lares anuales. Los empresarios indios creen que un clima de buena vecindad permitir¨ªa elevar esa cifra hasta los 3.000 millones de d¨®lares. "En un momento en que India est¨¢ empe?ada en la b¨²squeda de mercados en el exterior, Pakist¨¢n se presenta como una fuerte posibilidad de exportaciones", afirma Ravi Kant, director ejecutivo de Tata, principal grupo automovil¨ªstico indio.
Empresarios paquistan¨ªes han sido invitados a participar en febrero en la feria internacional de comercio que se celebrar¨¢ en Bombay. Una exposici¨®n sobre Pakist¨¢n ha sido anunciada en Nueva Delhi para marzo. El comercio puede salvar algunos de los obst¨¢culos que la pol¨ªtica coloca.
Y en ese sentido, aunque el mercado paquistan¨ª resulte atractivo para los empresarios indios, es Pakist¨¢n, perjudicado por una convulsa situaci¨®n pol¨ªtica que impide el desarrollo econ¨®mico y la inversi¨®n extranjera, el que m¨¢s urgencia tiene en una soluci¨®n de la relaci¨®n bilateral. Pakist¨¢n tiene una tasa de crecimiento econ¨®mico que es casi la mitad de la India (un 4%), depende todav¨ªa de la ayuda exterior y dedica un 70% o un 80% de su presupuesto al Ej¨¦rcito.
Es, precisamente, en el Ej¨¦rcito paquistan¨ª donde pueden encontrarse algunos de los peores enemigos al acuerdo. El clima de tensi¨®n entre los dos pa¨ªses ha sido tradicionalmente utilizado por las fuerzas armadas paquistan¨ªes como elemento de cohesi¨®n e identificaci¨®n nacional. Adem¨¢s, ha servido para justificar el protagonismo absoluto que el Ej¨¦rcito tiene en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs.
Tambi¨¦n India se ve obligada a un gran esfuerzo militar por el conflicto con Pakist¨¢n. India ha sufrido decenas de miles de bajas entre los 700.000 hombres movilizados en la zona que ocupa en Cachemira desde 1947, alrededor de dos tercios de la regi¨®n. La disputa por Cachemira es el coraz¨®n del largo enfrentamiento indo-paquistan¨ª y el mayor obst¨¢culo para la normalizaci¨®n de las relaciones. Las fuentes oficiales consultadas, tanto en Nueva Delhi como en Islamabad, reconoc¨ªan que es muy improbable que alguno de los dos pa¨ªses var¨ªe a corto plazo sus irreconciliables posiciones, pero la voluntad de prudencia que domina ahora las relaciones recomendaba a las dos partes a no hacer declaraciones oficiales al respecto. Ambas se remit¨ªan al comunicado hecho p¨²blico tras el encuentro entre Vajpayee y Musharraf. Los dos hac¨ªan importantes concesiones. Musharraf se compromet¨ªa a "no permitir que territorio bajo control paquistan¨ª sea utilizado para apoyar el terrorismo". Vajpayee aceptaba la necesidad de "buscar un compromiso sobre asuntos bilaterales, incluyendo a Cachemira, para satisfacci¨®n de ambas partes".
India siempre ha reclamado la soberan¨ªa absoluta sobre Cachemira y se ha negado a tratar ese asunto con Pakist¨¢n. Para India, que vive en un dif¨ªcil equilibrio entre etnias y comunidades que pugnan por sus derechos nacionales, aceptar el derecho de Cachemira a decidir su futuro -como ha reclamado la ONU- es un paso muy delicado. Por su parte, el Gobierno paquistan¨ª, que tambi¨¦n reclama la soberan¨ªa de la zona, siempre ha rechazado que d¨¦ apoyo a los grupos independentistas de Cachemira que mantienen en permanente hostigamiento a las fuerzas indias. Esos grupos son una amplia amalgama de siglas que van desde los que responden a la disciplina de Islamabad hasta los que pretenden la creaci¨®n de un Estado independiente, pasando por otros m¨¢s moderados que aceptan el di¨¢logo. La India ha iniciado ya negociaciones con estos ¨²ltimos.
Cachemira es un problema sin f¨¢cil soluci¨®n. La intenci¨®n de ambos Gobiernos es la de intentar avanzar en las relaciones bilaterales, dejando ese problema en v¨ªa muerta. Pero Cachemira ha sido tambi¨¦n durante a?os un foco de radicales isl¨¢micos que pueden considerar una traici¨®n cualquier acuerdo con India sin la soluci¨®n de ese litigio territorial, y bien pudieran intentar abortar con bombas lo que vaya surgiendo de la mesa de negociaci¨®n.
Sin embargo, hoy por hoy, todo el mundo suena muy optimista. No s¨®lo los Gobiernos, sino los diplom¨¢ticos y observadores. Por otra parte, pese a tantas guerras, sorprende que no se detecte gran hostilidad entre los dos pueblos. Hay reproches, s¨ª, pero tambi¨¦n muchos recuerdos y conocimiento mutuo que unen m¨¢s de lo que separan. Al fin y al cabo, como dijo Vajpayee en Islamabad, ambos tienen la misma composici¨®n ¨¦tnica y hablan las mismas lenguas. Ni siquiera el hecho de que Pakist¨¢n sea casi por completo una naci¨®n musulmana (140 millones) debe representar una divisi¨®n, puesto que en India hay un n¨²mero ligeramente superior de musulmanes. Millones de familias est¨¢n divididas a ambos lados de la frontera, y aunque nunca han vivido la separaci¨®n dr¨¢stica que se ha producido en otros territorios, la voluntad de un v¨ªnculo m¨¢s estrecho es patente, como prueba el hecho de que la representaci¨®n diplom¨¢tica india en Pakist¨¢n declare conceder unos 800 visados cada d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.