Sin control

El Partido Popular no quiere que el caso Carod llegue a la Diputaci¨®n Permanente del Congreso de los Diputados, y no le faltan razones reglamentarias para ello. Todos los dem¨¢s grupos piensan, por el contrario, que el Gobierno debe ofrecer explicaciones sobre la actuaci¨®n del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la filtraci¨®n del informe sobre la reuni¨®n mantenida por Carod con la c¨²pula de ETA. Que esta comparecencia no sea exigible reglamentariamente no significa que no sea necesaria y que no se pueda hacer a petici¨®n del propio Gobierno, como hizo Alberto Oliart en octubre de 1982, cuando compareci¨®, con las Cortes ya disueltas, para explicar la detenci¨®n de varios jefes militares vinculados a una intentona golpista.

La sospecha de que el Gobierno ha podido utilizar un informe del CNI con fines electorales y partidistas no es gratuita, por mucho que se haga el ofendido. Ser¨ªa grave el espionaje de un pol¨ªtico que ostenta un alto cargo por elecci¨®n -pr¨¢ctica defendida con calor por Fraga-, pero a¨²n ser¨ªa peor la eventual filtraci¨®n interesada de informes del CNI para perjudicar electoralmente a Carod y a sus aliados socialistas del Gobierno catal¨¢n. En ambos casos es importante despejar cualquier duda sobre los riesgos sobrevenidos a la dif¨ªcil y meritoria tarea que realizan los servicios de inteligencia en la prevenci¨®n del terrorismo.

Las dudas que se han planteado hasta ahora no se?alan en primera instancia a los servicios secretos, sino al Gobierno, cuyo silencio no hace sino intensificar los focos sobre el CNI. Nada nuevo trat¨¢ndose de un partido que no tuvo reparos en el pasado reciente para activar la voladura del extinto Cesid. La ¨²nica manera de despejar unas sospechas que comparten todos los grupos parlamentarios de la oposici¨®n, incluidos los que hasta ayer eran aliados del PP, es ofrecer todas las explicaciones requeridas ante la ¨²nica instituci¨®n de control del Gobierno: la Diputaci¨®n Permanente del Congreso.

La negativa a someterse a control parlamentario no es una novedad. El candidato Rajoy considera que la exigencia de explicaciones sobre las armas de destrucci¨®n masiva por parte de Zapatero es tambi¨¦n una cortina de humo en relaci¨®n al caso Carod. La mayor¨ªa absoluta le ha permitido al PP eludir toda fiscalizaci¨®n parlamentaria sobre la participaci¨®n en la posguerra de Irak, la gesti¨®n del naufragio del Prestige, el accidente del Yak-42 y, ahora, el eventual uso partidista de informes del CNI.

En este penoso episodio faltan a¨²n muchas explicaciones, empezando por las de el ex conseller en cap Carod Rovira sobre el contenido de su larga conversaci¨®n con los jefes de ETA. Pero el Gobierno est¨¢ tambi¨¦n en deuda con la opini¨®n p¨²blica. Sus obligaciones no quedan derogadas por la disoluci¨®n de las Cortes Generales.