?Habr¨ªa recomendado invadir Irak si hubiera sabido que no hab¨ªa armas? "No lo s¨¦"

Hace un a?o menos un d¨ªa, el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, trat¨® de convencer al Consejo de Seguridad de la ONU de que el Gobierno iraqu¨ª ocultaba armas de destrucci¨®n masiva y supon¨ªa una amenaza mundial. Para ello utiliz¨® grabaciones y fotograf¨ªas de sat¨¦lite. Powell habl¨® ayer as¨ª en esta entrevista con The Washington Post.

Pregunta. ?Todav¨ªa est¨¢ seguro de que la invasi¨®n militar era lo que hab¨ªa que hacer?

Respuesta. S¨ª, creo que era lo que hab¨ªa que hacer y que la historia lo demostrar¨¢... Hablemos directamente del asunto de actualidad, que es el de las armas de destrucci¨®n masiva... ?Cu¨¢l era la amenaza de la que habl¨¢bamos en relaci¨®n con las armas de destrucci¨®n masiva? Para hablar de amenaza, tienen que existir el prop¨®sito y la capacidad, y las dos cosas juntas constituyen la amenaza. Respecto al prop¨®sito, est¨¢ claro que Sadam y su r¨¦gimen lo ten¨ªan, nunca hab¨ªan dejado de tenerlo; un prop¨®sito manifestado hace a?os, cuando emple¨® esas armas tan horribles contra sus enemigos iran¨ªes y contra su propio pueblo. Es un hecho que representaba una clara declaraci¨®n de intenciones. En cuanto a la capacidad, existen diversos grados. Uno consiste en tener la capacidad intelectual, contar con personas capaces de desarrollar esas armas, formarlas y tenerlas trabajando en equipo. Es lo que hizo ¨¦l. Luego est¨¢n la infraestructura t¨¦cnica, los laboratorios, las instalaciones... ?Dispon¨ªa de todo eso? S¨ª. Y, por ¨²ltimo, el nivel de capacidad definitivo es el que acapara la atenci¨®n en este momento: ?se unieron todos esos factores en la fabricaci¨®n de un verdadero arsenal, que todo el mundo pudiera ver y temer? Eso es lo que est¨¢ en tela de juicio, lo que no hemos descubierto, y lo que van a estudiar los distintos comit¨¦s. Se ha citado mucho a Kay [el antiguo inspector de armas], y es verdad que ¨¦l declar¨® que, respecto al arsenal, nos equivocamos terriblemente. Pero tambi¨¦n lleg¨® a otras conclusiones que, en mi opini¨®n, hacen referencia al prop¨®sito y la capacidad, y muestran que exist¨ªa una amenaza ante la que el presidente consider¨® necesario reaccionar. No tengo la menor duda de que si Irak se hubiera librado de las restricciones , y si hubi¨¦ramos vivido otro a?o m¨¢s de pasividad por parte de la ONU..., estoy seguro de que se un¨ªan prop¨®sito y capacidad, de modo que habr¨ªan dado el siguiente paso y habr¨ªan vuelto a fabricar esas armas. ?C¨®mo no lo iban a hacer? ?sa fue siempre la intenci¨®n.

P. Si el director de la CIA, George Tenet, o el ex inspector Kay hubieran dicho, hace un a?o, que no hab¨ªa arsenales, ?habr¨ªa recomendado la invasi¨®n, a pesar de todo?

R. No lo s¨¦. No lo s¨¦, porque los arsenales fueron el ¨²ltimo factor que transform¨® la situaci¨®n en una amenaza y un peligro m¨¢s real e inminente para la regi¨®n y el mundo. Ahora bien, lo cierto es que la opini¨®n de los servicios de informaci¨®n, representados por George Tenet, adem¨¢s de otras fuentes en el Reino Unido y otros servicios de espionaje, indicaba que s¨ª exist¨ªa el arsenal. No puedo pensar ahora en la hip¨®tesis contraria ni en qu¨¦ habr¨ªa hecho.

P. La ausencia de arsenales...

R. La ausencia de arsenales cambia el an¨¢lisis pol¨ªtico. Cambia la soluci¨®n e incluso la f¨®rmula. Pero el caso es que emprendimos el proceso con la idea de que exist¨ªa un arsenal y exist¨ªan las armas y, desde mi perspectiva, al fin y al cabo, yo presid¨ª la junta de jefes de Estado Mayor durante la primera guerra del Golfo, y fuimos convencidos de que nos iban a atacar con armas qu¨ªmicas. No nos atacaron, pero s¨ª descubrimos que las hab¨ªa. As¨ª que no parec¨ªa tan absurdo pensar en ello... ?Y qu¨¦ ¨ªbamos a pensar nueve a?os despu¨¦s, cuando los inspectores se hab¨ªan ido hac¨ªa cuatro a?os? Lo l¨®gico era pensar como pensamos, a partir de los datos que nos proporcionaron los servicios de informaci¨®n: que hab¨ªa arsenales.

P. Cuando usted acudi¨® a que le dieran m¨¢s datos en relaci¨®n con lo que iba a decir ante la ONU, ?es verdad que les insisti¨® para que le dijeran de qu¨¦ fuentes hab¨ªan obtenido sus conclusiones? Cuando recuerda la experiencia, ?cree que insisti¨® lo suficiente? ?Cree que le dieron respuestas directas?

R. Lo que yo quer¨ªa saber era qu¨¦ datos pod¨ªa ofrecer, qu¨¦ estaban dispuestos a desvelar, y les ped¨ª que me dijeran sus fuentes, sus m¨¦todos, si estaban seguros de que hab¨ªa varias fuentes, porque no quer¨ªa contar algo que despu¨¦s, incluso esa tarde, fuera a verse refutado por otros servicios de informaci¨®n o por los iraqu¨ªes. Lo discutimos detalladamente. Y s¨®lo emple¨¦ las informaciones que contaban con el respaldo asegurado de la CIA. Unos datos apoyados en diversas fuentes y que reflejaban las opiniones de todos los servicios que pasaron aquellos cuatro d¨ªas reunidos conmigo. En mi discurso no hubo una sola palabra que no contara con la aprobaci¨®n absoluta de los servicios de informaci¨®n.