"Quiero ser americano"
Los j¨®venes iraqu¨ªes viven entre la esperanza por los cambios, las dificultades cotidianas y la violencia constante
Entre el sue?o por salir de Irak para tener la oportunidad de construir una nueva vida y la dura realidad de hacer frente a la supervivencia cotidiana se debaten muchos j¨®venes iraqu¨ªes, que ven c¨®mo van pasando los meses tras la ca¨ªda de Sadam y las dificultades del primer momento, justificadas por la guerra, no terminan de desaparecer. Las televisiones internacionales que se ven en Irak alimentan el sue?o de unos, mientras la realidad radicaliza las posturas de otros.
"No s¨¦ lo que va a ocurrir, pero los americanos no deben marcharse. Sadam ha destruido este pa¨ªs durante 35 a?os y necesitamos ayuda para ponernos, por los menos, a la altura de los pa¨ªses del Golfo". Aunque habla como un economista, Husein al Safi es un muchacho de 16 a?os que estudia en el instituto de Adamia, uno de los m¨¢s reputados de Bagdad. Husein reparte su tiempo entre las clases y estar en su casa. No hay cines, ni excursiones, ni deportes fuera del instituto, pero al menos su familia es rica y dispone en casa de ordenador con conexi¨®n a Internet y de vez en cuando los hombres de su padre le escoltan hasta casa de alg¨²n amigo para celebrar una fiesta.
Otros consideran esta postura una traici¨®n. "Hay que estar orgullosos de nuestra tierra. No somos unos terroristas, los terroristas son los americanos; ?cu¨¢ndo se ha liberado un pa¨ªs con bombas? Si entregan de una vez el pa¨ªs a los iraqu¨ªes el futuro ser¨¢ muy bueno", expone Al¨ª al Balal, un joven de una familia de escasos recursos que ha logrado entrar en el exclusivo centro gracias a sus notas.
Seg¨²n la direcci¨®n del centro, a finales de mes, representantes del "Gobierno estadounidense" realizar¨¢n un examen a los alumnos de 16 a?os del instituto de Adamia. Uno de ellos ser¨¢ elegido para completar sus estudios en EE UU. "Quiero ser americano", declara Al¨ª Sumaidi. Hasan Majid desde?a la prueba: "Nuestra vida es muy dura, no necesitamos caramelos, lo que hace falta es un l¨ªder fuerte que nos devuelva la libertad aqu¨ª, no en Am¨¦rica".
Salir de Irak es algo que est¨¢ en la cabeza de muchos j¨®venes. "Con las antenas parab¨®licas ahora podemos ver muchos canales de televisi¨®n y sabemos lo que hay fuera. Mis pr¨®ximos cinco a?os van a consistir en jugar al billar aqu¨ª e ir a la Universidad, mientras todas las noches veo otro mundo mejor en la televisi¨®n", subraya Ismail Shaba en el Club Social Karrada, un lugar donde se re¨²ne la minor¨ªa cristiana del barrio. "Se sienten enjaulados, no pueden pasear, ni ir a ninguna parte. Si no tenemos otra vez seguridad, estos chicos se van a volver locos", admite el director del establecimiento.
"La verdad es que mi vida no ha cambiado mucho en el ¨²ltimo a?o; bueno, ahora puedo vender tarjetas de Internet", bromea Hajder Akafaji, de 25 a?os, que trabaja en una tienda de inform¨¢tica donde se venden toda clase de programas pirateados. "Me gustar¨ªa tener la oportunidad de viajar, y si pudiera emigrar¨ªa", a?ade. Hajder tambi¨¦n apunta hacia Estados Unidos. En su negocio, media docena de j¨®venes mata la ma?ana jugando a los videojuegos. "Mis padres no me dejan salir por la inseguridad. De vez en cuando me escapo y vengo aqu¨ª...; bueno, vengo casi todos los d¨ªas", admite Snake, de 14 a?os.
La obsesi¨®n de los padres por la seguridad tiene su raz¨®n de ser. En el ¨²ltimo mes, el llamado secuestro express, es decir, un secuestro de apenas un par de d¨ªas a cambio de un r¨¢pido rescate, ha hecho su aparici¨®n en Bagdad. Son secuestros que no est¨¢n planificados, sino que se realizan seg¨²n se brinda la oportunidad y los escolares que se dirigen a los colegios m¨¢s reputados son una buena presa. Sin embargo, los secuestradores a menudo se encuentran con la sorpresa de que la supuesta v¨ªctima f¨¢cil en realidad va protegida, por lo que no son excepcionales los tiroteos cerca de un colegio. "Cuando salgo de casa para venir a la Universidad nunca s¨¦ si voy a volver", confiesa Sura Bachar, una estudiante que tiene claro su futuro: marcharse.
"No veo futuro", se queja Rashid Talal, que regenta una tienda de cosm¨¦ticos, todos ellos de famosas marcas... falsificadas. "Quiero marcharme a Europa. A Am¨¦rica no, porque me han dicho que, por culpa de los jud¨ªos, hay m¨¢s paro que en Europa", a?ade. Su compa?ero de tenderete es todav¨ªa m¨¢s pesimista. Con 19 a?os, se pasa diez horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana, tras el mostrador de una tienda. "No tengo tiempo libre, toda mi vida es el negocio, pero espero un futuro mejor".
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