Las bambalinas de la historia
Tiene gracia que, en un tiempo en que en el Reino Unido se discute sobre la validez de la instituci¨®n mon¨¢rquica, una pel¨ªcula se permita bucear en el ¨²nico momento hist¨®rico en los que el viejo reino disfrut¨®, es un decir, de un r¨¦gimen republicano. Porque de eso va Matar a un rey: del turbulento interregno que va desde los d¨ªas posteriores a la victoria de los partidarios del parlamentarismo, en Nasbey (1645), hasta la ejecuci¨®n de Carlos I por orden de los Comunes (1649), con un esquem¨¢tico, brev¨ªsimo buceo por el posterior periodo de gobierno de Oliver Cromwell, ese puritano a quien la historiograf¨ªa tradicional tild¨® siempre de excesivo y cruel.
Matar a un rey habla de la revoluci¨®n inglesa y del primer ajusticiamiento de un rey a manos de republicanos en suelo europeo. Pero, en realidad, lo hace con la sorprendente ausencia de los sectores m¨¢s din¨¢micos de la revoluci¨®n, los levellers -y sobre todo su extrema izquierda, los diggers-, enfrentamientos recreados, por cierto, por la que a¨²n sigue siendo la mejor pel¨ªcula sobre el tema, la olvidada Winstanley, de Kevin Bronwlow. Poco de esos conflictos est¨¢n aqu¨ª, y s¨ª, en cambio, se recrea uno de esos duelos que tanto gustan a las dramaturgias m¨¢s convencionales: el enfrentamiento entre dos prohombres, lord Thomas Fairfax (Scott) y el propio Cromwell (Roth: ?se puede dar una imagen contrastada y no superficial de un personaje hist¨®rico si lo encarna el villano por excelencia del cine brit¨¢nico?), ambos pertenecientes al mismo campo ideol¨®gico, pero uno, Fairfax, sobrepasado por el extremismo del otro.
MATAR A UN REY
Direcci¨®n: Mike Barker. Int¨¦rpretes: Tim Roth, Dougray Scott, Rupert Everett, Olivia Williams, James Bolam, Corin Redgrave. G¨¦nero: drama hist¨®rico, Reino Unido, 2002. Duraci¨®n: 102 minutos.
No se trata, por tanto, de recrear un conflicto ideol¨®gico fundamental para entender el periodo recreado. No estamos ni siquiera ante el Danton de Andrzej Wajda. Se trata, en definitiva, de mostrar una historia no como proceso en marcha, sino como, en la l¨®gica de la historiograf¨ªa decimon¨®nica, una disputa entre bambalinas. Con personajes que act¨²an en ocasiones al margen de cualquier l¨®gica (Cromwell ejecutando con sus propias manos a un ciudadano en la calle; la relaci¨®n entre el rey y lady Fairfax/Olivia Williams) y otros ante los que, a pesar del desvar¨ªo de sus posiciones, el director inclina su comprensi¨®n, como es el caso del rey Carlos, con quien Everett se luce a base de distancia y controlada frialdad.
Pero, a la postre, Matar a un rey es tambi¨¦n una espl¨¦ndida lecci¨®n de reconstrucci¨®n hist¨®rica, en la mejor tradici¨®n del cine (y por extensi¨®n, tambi¨¦n de la televisi¨®n) brit¨¢nico. Jam¨¢s se cede a la tentaci¨®n f¨¢cil de la belleza, los personajes aparecen plausiblemente cansados, hoscos y hasta malencarados, el contraste entre vestimentas y ambientes refleja, en ocasiones con brillantez, opuestas visiones del mundo.
En suma, una lecci¨®n formalista que hubiera quedado mucho mejor si ese mismo esfuerzo de verosimilitud se hubiera trasladado tambi¨¦n al terreno de la reflexi¨®n... algo dif¨ªcil de pedir a una pel¨ªcula que apuesta con tanta decisi¨®n por el anecdotario, la amistad personal, el conflicto convencionalizado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.