Los descendientes de Malevich demandan al Museo Stedelijk para recuperar 14 obras
Nunca es tarde para heredar, y mucho menos cuando se trata de obras de arte. Por lo menos as¨ª lo creen los descendientes del pintor ruso Kasimir Malevich (1879-1935), que han demandado al Museo Stedelijk de Amsterdam para que les devuelva 13 cuadros y un dibujo del artista valorados en al menos 150 millones de d¨®lares. La sala holandesa los hab¨ªa cedido para sendas muestras organizadas por el Museo Guggenheim de Nueva York y la colecci¨®n Menil de Houston. La demanda ha sido interpuesta en Estados Unidos tras el fracaso de las negociaciones mantenidas entre la familia y el Stedelijk para recuperar las pinturas.
El museo de Amsterdam cuenta con 68 cuadros y dibujos de Malevich en sus fondos. Una colecci¨®n de la que se siente orgulloso, ya que el creador del suprematismo, con su lenguaje de formas geom¨¦tricas puras, es uno de los nombres m¨¢s prestigiosos de su cat¨¢logo. En opini¨®n de los herederos, los 120.000 florines (que equivaldr¨ªan a unos 69.000 d¨®lares actuales) pagados en 1958 por el Stedelijk por el conjunto, incluidas las 14 piezas en litigio, es irrisorio. La transacci¨®n habr¨ªa sido adem¨¢s ilegal. Las obras permanec¨ªan en dep¨®sito, no en propiedad, en el domicilio del arquitecto alem¨¢n Hugo H?ring, amigo de Malevich. El artista llev¨® parte de su producci¨®n a Berl¨ªn en 1927 para una exposici¨®n que esperaba presentar luego en otras ciudades europeas. Criticado por las autoridades sovi¨¦ticas y por el posterior r¨¦gimen nazi por sus veleidades abstractas, tuvo que regresar a su patria de forma precipitada. En 1935 falleci¨® sin haber podido viajar de nuevo al extranjero y H?ring guard¨® los cuadros durante a?os en diversos dep¨®sitos. Poco antes de venderlos al Stedelijk estaban repartidos por su casa, metidos en cajones o bien colgaban en los domicilios de sus amigos a modo de pr¨¦stamo.
Transacci¨®n comercial
El hecho de que la demanda haya sido interpuesta en Estados Unidos mientras las 14 piezas estuvieron all¨ª expuestas en enero, y no en Holanda, donde ya han regresado, responde a la creencia de los herederos de que s¨®lo as¨ª podr¨¢n recuperarlas. Sostienen que una muestra es tambi¨¦n una forma de transacci¨®n comercial, y ¨¦sa es precisamente la excepci¨®n contemplada por los tribunales estadounidenses para la posible devoluci¨®n de obras de arte mostradas en su territorio.
Para el Stedelijk, la compra de los malevich en 1958 supuso el rescate de un arte pict¨®rico que tal vez nunca hubiera visto la luz de otro modo. Seg¨²n los herederos, la direcci¨®n del centro se aprovech¨® en su d¨ªa de la situaci¨®n y adquiri¨® la obra a la baja. Los actuales responsables del museo, que depende del Ayuntamiento de Amsterdam, han declinado pronunciarse sobre el particular.
Lawrence Kaye, abogado neoyorquino de los demandantes, ha se?alado que sus clientes no descartan pedir tambi¨¦n el resto de la colecci¨®n conservada en Amsterdam.
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