Un buque negrero 'fantasma'
El capit¨¢n del 'Conakry' afirma que rescat¨® en alta mar a 153 africanos, pese a que ¨¦stos declaran que pagaron entre 600 y 1.600 euros
Miles de personas acudieron hace semanas al Puerto de La Luz y de Las Palmas a recibir al Queen Mary 2. Unos d¨ªas despu¨¦s lleg¨® a las mismas instalaciones una r¨¦plica para desheredados, en forma de chatarra maloliente y desvencijada en la que nadie conoce a nadie. A los tripulantes del Conakry, el petrolero destartalado que en tres semanas de navegaci¨®n ha desafiado todas la leyes de la flotabilidad y en uno de cuyos tanques se encontraban hacinadas 153 personas localizado este domingo por la Armada a 60 millas al sur de Gran Canaria, les ha afectado una ceguera s¨®lo descrita hasta ahora en la obra de Jos¨¦ Saramago.
Ninguno de los 15 tripulantes vio a su compa?ero, ni el engrasador al maquinista, ni el electricista al capit¨¢n. Y el buque deb¨ªa de tener un punto fantasma porque todos aseguran que estuvieron toda la traves¨ªa en la sala de m¨¢quinas. Y ninguno sab¨ªa, dicen, que hab¨ªa decenas de personas encerradas desde hac¨ªa semanas en una bodega.
El buque, con grandes boquetes e inundado de cucarachas, no llevaba ni un solo cabo
La dimensi¨®n de la tragedia tampoco es clara, ya que no se sabe si muri¨® alguien
El careo entre tripulantes, capit¨¢n y prisioneros s¨®lo ahonda en la confusi¨®n. Unos aseguran haber pagado 600 d¨®lares al capit¨¢n por el viaje, otros 1.600, otros nada. Unos dicen que los llevaban a Italia, otros a Espa?a, otros a "Palmas". Y luego la versi¨®n del capit¨¢n: llevaba el Conakry a reparar en Espa?a y se encontr¨® una balsa en alta mar con 153 n¨¢ufragos entre Senegal y las islas de Cabo Verde, los auxili¨®, se amotinaron y no tuvo m¨¢s remedio que encerrarlos. Ibau T., natural de Senegal, se enfrenta a penas de cuatro a?os de c¨¢rcel por favorecer la inmigraci¨®n clandestina y posible agravante por poner en peligro la vida de 153 personas. La fiscal¨ªa del Juzgado de Instrucci¨®n 1 de Las Palmas pedir¨¢ la misma pena para todos los tripulantes.
Un segundo registro del buque arroj¨® el mi¨¦rcoles m¨¢s luz sobre las condiciones de navegaci¨®n. Distintas fuentes de esta investigaci¨®n resaltaron el fuerte olor a amoniaco, a excrementos, a comida putrefacta, esteras que hac¨ªan la vez de colchones, restos de ropa por todas partes y a zonas parcialmente inundadas, todo ello, mezclado con olor a combustible. En la peque?a e infecta cocina "hab¨ªa cientos de cucarachas". En el camarote del capit¨¢n se encontr¨® una pistola, sin indicios de haberse usado. Las cartas de navegaci¨®n eran antiguas y estaban desordenadas y muy sucias. No hab¨ªa cuaderno de bit¨¢cora, s¨®lo algunos apuntes deslabazados. El ¨²nico sello oficial corresponde a las autoridades del puerto de la isla de Sal, en el archipi¨¦lago de Cabo Verde. En el puente, un sistema de navegaci¨®n GPS y una vetusta e inservible radio alimentada por dos bater¨ªas de cami¨®n.
Los agentes encontraron hasta un manual de c¨®mo gobernar el nav¨ªo, lo que induce a pensar a los investigadores que el capit¨¢n no lo conoc¨ªa a fondo. "El barco no ten¨ªa agujeros por todas partes, eran troneras", explica un testigo del registro.
Por carecer, el buque no ten¨ªa ni un cabo a bordo. El poco dinero encontrado en los bolsillos del capit¨¢n y la tripulaci¨®n, apenas unos 20.000 d¨®lares, no se corresponde con la fortuna que los traficantes pudieron ingresar, entre 91.000 y 244.800 d¨®lares.
Muchos africanos aseguran que entregaron todo el dinero que llevaban consigo antes de embarcar al capit¨¢n. Su defensa sostiene que todos subieron a bordo voluntariamente, se mov¨ªan con libertad y sin penurias, excepto la escasez de comida y agua, que tambi¨¦n afect¨® a la tripulaci¨®n y al capit¨¢n.
La instrucci¨®n del caso a¨²n no ha podido arrojar luz sobre una decena de nombres que se sobreponen en la proa del barco, unos con caracteres asi¨¢ticos, otros ¨¢rabes y otros occidentales, "como si por ¨¦l hubieran pasado 800 propietarios". La confusi¨®n es tal que alcanza hasta a la dimensi¨®n de la tragedia. "Nadie sabe de qu¨¦ tragedia humana estamos hablando, ni siquiera si los 153 inmigrantes hacinados como ganado en uno de los tanques son todas las personas que embarcaron o si murieron algunos", se?ala un investigador.
Medio centenar de letrados han participado en distintas fases del caso, un ejemplo de rapidez y colaboraci¨®n con la polic¨ªa, que ya se ha actuado en otras tres ocasiones similares, con la llegada de los buques negreros Noe, Asvda y Fulbek. Un portavoz de la Delegaci¨®n para la Extranjer¨ªa insisti¨® en tratar estos episodios como "casos puntuales" y descartar una nueva v¨ªa para la inmigraci¨®n clandestina hacia Europa. "Cuando acabe la investigaci¨®n policial, se analizar¨¢n otras acciones desde el Gobierno", concluy¨® este portavoz.
"Nunca se conocer¨¢ el verdadero puerto de origen", coinciden varios conocedores del caso. ?stos llegan a apuntar distintas escalas en un lugar llamado Freetown (que podr¨ªa corresponder a la capital de Sierra Leona), en Nigeria, Ghana, Senegal y Cabo Verde. Mientras el capit¨¢n defiende la teor¨ªa del rescate en alta mar, la l¨ªnea que cobra m¨¢s peso est¨¢ tejida con las pocas palabras facilitadas por los 153 inmigrantes, quienes aseguran que embarcaron en todos estos pa¨ªses y se incorporaron al tanque donde ya hab¨ªa otros sin papeles. As¨ª, escala tras escala, hasta hacinarse 153, durante unas tres semanas.
Otra gran duda que el capit¨¢n no ha sabido despejar es por qu¨¦, si como defiende se encontr¨® a los n¨¢ufragos entre Senegal y Cabo Verde, no los desembarc¨® en Sal. M¨¢s a¨²n, tampoco ha podido contestar c¨®mo, en ¨¦sta ¨²ltima escala, baj¨® a puerto y no compr¨® ni v¨ªveres ni combustible y parti¨® con pocas reservas en el tanque.

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