Escepticismo y esperanza
Jordi Virallonga (Barcelona, 1955) viene construyendo, desde principios de los ochenta, una obra l¨ªrica a medio camino entre las po¨¦ticas que ahondan en la experiencia personal y las f¨®rmulas m¨¢s cercanas a una poes¨ªa civil, atenta a las demandas de lo colectivo. No es casual, a ese respecto, que el ¨²nico ensayo que ha publicado tuviera en la obra de Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo materia de reflexi¨®n. La iron¨ªa, el uso de modismos propios de la jerga period¨ªstica, o pol¨ªtica, o funcionarial, el lenguaje conversacional y directo, fronterizo con el prosa¨ªsmo ("Los rumores indican, / aunque por los hechos parezca, / se comente lo que ocurre"), se combinan, en este poemario, con el apunte intimista, con el uso de im¨¢genes emotivas, de contenido lirismo ("Una ciudad es siempre distinta / cuando llueve, / entonces lo que ves son objetos / sin uso, lo que llaman paisajes") que aluden a la confrontaci¨®n del sujeto l¨ªrico con la realidad circundante. El amor, la muerte, la memoria, la mirada sobre los espacios urbanos, la irreverencia hacia los mitos de cierta cultura contempor¨¢nea (v¨¦ase Aportaci¨®n de Walt Disney a la especie) son algunos de los ejes tem¨¢ticos del libro. A ellos hay que incorporar la disposici¨®n con que son contemplados: con la mirada del decepcionado ante el destino de las utop¨ªas de la juventud, entre la sombra del escepticismo y la luz de la protesta. Todos esos ingredientes conviven en las p¨¢ginas de Todo parece indicar como piezas sustanciales de un recorrido cr¨ªtico por los vericuetos de la vida de un ciudadano que intenta encontrar sentido a su existencia en un presente que tiene mucho de enga?oso. En ese aspecto, es necesario resaltar que Virallonga intenta rescatar del enga?o las verdades esenciales de la vida: la amistad, la amada, los hijos, la p¨¦rdida de la infancia. En ese abanico de verdades, hay una que tiene un significado especial: la que nos desvela en el poema que cierra el libro (Ensayo de conversaci¨®n con mi hija fregando los platos). En ¨¦l, el poeta rinde homenaje a la mujer. Pero no a la mujer en abstracto, sino a la que la historia y lo pol¨ªticamente correcto tienden a ocultar. Es la que vive relegada y ajena al devenir de la cultura, a la moda del ¨²ltimo momento, a las aspiraciones profesionales de los sectores ilustrados o econ¨®micamente m¨¢s solventes, a la que forma la mayor¨ªa sin voz que habita en tantos barrios y ciudades de la Europa autocomplacida y satisfecha: "mujeres otras, multitudes que trabajan / en un taller o en un supermercado, / (...) / que se visten en grandes superficies comerciales, / que esperan las rebajas todo el a?o, / los ojos abatidos en el ¨²ltimo turno". En ellas tambi¨¦n est¨¢ la poes¨ªa. El secreto est¨¢ en encontrarla. Y Virallonga lo ha conseguido.
TODO PARECE INDICAR
Jordi Virallonga
Hiperi¨®n. Madrid, 2003
78 p¨¢ginas. 7 euros
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