Terror en Mosc¨²
Por el lugar y la hora escogida, el atentado terrorista de ayer en el metro de Mosc¨², que provoc¨® decenas de muertos y cientos de heridos, revela una crueldad insuperable y deslegitima cualquier causa que sus autores pretendan invocar. Si se trata de kamikazes independentistas chechenos, como sospechan las autoridades rusas, la matanza s¨®lo servir¨¢ para asociar sus reivindicaciones al horror y dar argumentos a sus oponentes.
Los analistas rusos hablan de una palestinizaci¨®n del conflicto checheno. La "normalizaci¨®n" anunciada por Putin se ha traducido en unas elecciones discutibles que llevaron al prorruso Ajmad Kad¨ªrov a la presidencia de Chechenia, en una gran represi¨®n interna con miles de secuestrados por escuadrones de la muerte y una respuesta enloquecida de los independentistas. Sin embargo, la persistencia de este conflicto no se traduce en un descenso de la popularidad de Putin en v¨ªsperas de las elecciones presidenciales de marzo. Se ha dotado de un equipo vinculado a los servicios de inteligencia y seguridad, dispone de una sumisa mayor¨ªa en la Duma y controla con mano de hierro los medios audiovisuales. La democracia rusa navega as¨ª entre el inmovilismo y la involuci¨®n. En cuanto a la escena internacional, el salvajismo de atentados como el de ayer le permite a Putin presentar a su pa¨ªs como otra v¨ªctima del "terrorismo internacional" y disponer de un cheque en blanco de Bush.
Los jefes del independentismo -el ex presidente Asl¨¢n Masj¨¢dov, que ayer neg¨® que su gente estuviera detr¨¢s del atentado del metro de Mosc¨², y el guerrillero Shamil Bas¨¢yev- evidencian una gran miop¨ªa al amparar, como m¨ªnimo, a los islamistas wahabitas que usan el terrorismo kamikaze, reclutando con frecuencia creciente a mujeres, como ya ocurre en Palestina. Esas t¨¢cticas constituyen al mismo tiempo un crimen y un error. Abandonarlas es condici¨®n para una deseable negociaci¨®n en favor del autogobierno de esa rep¨²blica cauc¨¢sica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.