El alcalde de El Ejido, abucheado durante un acto sobre la inmigraci¨®n

Los alcaldes de El Ejido (Almer¨ªa) y de Cartaya (Huelva) fueron increpados el viernes por un sector del p¨²blico disconforme con sus intervenciones sobre la inmigraci¨®n en un acto en torno a La diversidad y convivencia en las ciudades celebrado en Barcelona y organizado por la Fundaci¨®n Carles Pi i Sunyer. Miembros de SOS Racismo desplegaron una pancarta que rezaba: "El Ejido, no a la explotaci¨®n laboral, no al racismo de Estado".

Bartomeu Mu?oz, alcalde de Santa Coloma de Gramenet, describi¨® la situaci¨®n que vive su localidad, en la que residen 117.000 habitantes, de los cuales el 10% son inmigrantes que se han ido afincando en tres barrios de la ciudad en la ¨²ltima d¨¦cada (El Fondo, Raval y Santa Rosa). El tono de la intervenci¨®n de Mu?oz se situ¨® en las ant¨ªpodas de la realizada por sus compa?eros Juan Antonio Enciso y Juan Antonio Mill¨¢n, alcaldes de El Ejido y de Cartaya, respectivamente, quienes equiparaban continuamente la inmigraci¨®n con los problemas que les acarrea. Mu?oz puso el contrapunto al afirmar: "La inmigraci¨®n no es un problema, es un hecho, y entre todos debemos llenar las ciudades con dignidad".

Los tres alcaldes hablaron de realidades totalmente distintas, aunque coincidieron en se?alar que los ayuntamientos necesitan m¨¢s medios para atender las necesidades de los reci¨¦n llegados y de la poblaci¨®n en general. En El Ejido, por ser "la puerta de ?frica", como afirm¨® su alcalde, cuando la luna es favorable proliferan las pateras llenas de personas que se esconden nada m¨¢s tocar tierra. No dijo que en muchos casos pierden la vida antes de llegar a la orilla. Este drama humano es lo que, seg¨²n explic¨®, les preocupa m¨¢s.

Entre el 19% y el 20% de la poblaci¨®n de esta comarca de cultivos intensivos es inmigrante, la mayor¨ªa procedente de Marruecos, aunque en ella residen personas de un centenar de pa¨ªses.

La intervenci¨®n del alcalde de Cartaya fue la m¨¢s controvertida. Sus explicaciones sobre c¨®mo afrontan en su pueblo la llegada de inmigrantes, que ¨¦l prefiere llamar "trabajadores temporeros", arrancaron carcajadas en un sector del p¨²blico mientras irritaban a otro. Cartaya, de 15.000 habitantes, ha triplicado su poblaci¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada. Este a?o se espera un total de 19.000 trabajadores polacos y rumanos para la recogida de la fresa y la naranja. Los alcaldes abogan por el pacto y el contrato en origen como la mejor forma de favorecer la convivencia entre la poblaci¨®n aut¨®ctona y la inmigrante.