Historia y elecciones

TVE ha iniciado un serial sobre la historia de Espa?a cuyo autor es el historiador Garc¨ªa de Cort¨¢zar. Como dec¨ªa el profesor Justo Serna, ayer, en estas p¨¢ginas, Cort¨¢zar pertenece al grupo de historiadores que "profesan una ardiente fe espa?olista. Hacen uso de un nacionalismo redivivo que mezcla historia y memoria, que idea una unidad de destino desde tiempos prebab¨¦licos". Tambi¨¦n ayer, en su columna de Levante, mi paisano Emili Piera, dec¨ªa que el se?or Garc¨ªa de Cort¨¢zar "remite la Hispanidad al tiempo de los dinosaurios y mamuts". Es ¨¦sta una forma de contar la historia a la que ya nos tienen acostumbrados. Esto de la "unidad de Espa?a" es algo que, sin soluci¨®n de continuidad, ha llegado hasta nuestro tiempo desde el paleol¨ªtico. Los espa?oles, por lo visto, forman "un pueblo" desde entonces. En aquellos ancestros se hunde su personalidad. Hay quienes no van tan lejos a la hora de fijar el arranque de la unidad de Espa?a. La sit¨²an en el siglo XV, en el matrimonio de Isabel y Fernando. Seg¨²n dicen, los Reyes Cat¨®licos consiguen la unidad de Espa?a y fundan, ?nada menos!, que el primer "Estado moderno de Europa". S¨®lo que de aquel matrimonio no surgi¨® un "estado". En todo caso, y si se quiere retrotraer el moderno concepto de "estado", lo que all¨ª habr¨ªa ser¨ªan dos "estados": el Reino de Castilla y Le¨®n y el Reino de Arag¨®n. Espa?a no exist¨ªa como entidad jur¨ªdico-pol¨ªtica. No es Espa?a, como Estado quien descubre Am¨¦rica, sino Castilla. Nuestro paisano, el papa Alejandro VI, no reparte entre Espa?a y Portugal las zonas de la tierra en las que cada pa¨ªs podr¨¢ dedicarse a nuevos descubrimientos, sino entre Portugal y Castilla. Arag¨®n no participa en el "bot¨ªn". Quedar¨¢ al margen y no ser¨¢ autorizado a comerciar con el Nuevo Mundo hasta el siglo XVIII, con Carlos III. Pero as¨ª se ha escrito y ense?ado la historia. Y as¨ª ser¨¢ ense?ada y mostrada por TVE. Un canto a la unidad de Espa?a y una condena de los separatismos. Justo el mismo y principal mensaje en que Aznar y sus fieles basan su campa?a electoral. ?Qu¨¦ feliz coincidencia!