La ONU alerta de que Afganist¨¢n puede ser un 'narcoestado'
La producci¨®n de hero¨ªna se ha multiplicado por diez desde la ca¨ªda de los talibanes
La producci¨®n de hero¨ªna se ha convertido en el mayor peligro para el futuro de Afganist¨¢n, donde en 2003 se cultivaron tres cuartas partes de todo el opio del planeta. "Cuanto m¨¢s lo toleremos, m¨¢s peligrosa se vuelve la situaci¨®n", se?al¨® el pasado fin de semana en Kabul Antonio Mario Costa, responsable de la agencia de la ONU para las drogas y la criminalidad (UNODC). "Nos enfrentamos al peligro de que una econom¨ªa del opio mine los logros que se han conseguido en Afganist¨¢n. Todav¨ªa no podemos hablar de narcoestado, pero Afganist¨¢n se encuentra en un momento cr¨ªtico", agreg¨® Costa en un encuentro internacional sobre el tr¨¢fico de estupefacientes en la capital afgana, durante el que denunci¨® la implicaci¨®n de altos funcionarios "del Gobierno".
Afganist¨¢n cuenta con una nueva Constituci¨®n democr¨¢tica, con un Gobierno representativo y tiene previsto celebrar elecciones en junio, dos a?os y medio despu¨¦s de la ca¨ªda de los talibanes. Ah¨ª acaban las buenas noticias. Las malas son las habituales: una parte importante del territorio est¨¢ fuera del control del Gobierno de Hamid Karzai, que s¨®lo ejerce su autoridad, y con dificultades, en la capital afgana, donde est¨¢n destacados la mayor¨ªa de los 5.500 soldados de la fuerza internacional de la ISAF, bajo mando de la OTAN. S¨®lo faltaba el opio, cuyo cultivo hab¨ªa sido casi erradicado en 2001 de las zonas bajo control de los talibanes.
El dinero de la droga
"Amapolas para Bin Laden", titulaba esta semana The Christian Science Monitor un editorial sobre el opio. En Colombia ya se ha visto lo que ocurre cuando un pa¨ªs se convierte en un narcoestado y en Afganist¨¢n tambi¨¦n las guerrillas, los talibanes, Al Qaeda o se?ores de la guerra, que combaten a la ISAF o a los 11.000 soldados estadounidenses desplegados, se financian ampliamente con la droga. El 90% de la hero¨ªna que se consume en Europa es afgana.
"O se toman medidas con el apoyo de la comunidad internacional o el c¨¢ncer de las drogas seguir¨¢ generando corrupci¨®n, terrorismo y violencia", se?alaba Antonio Mario Costa en el pr¨®logo al ¨²ltimo informe de la UNODC sobre el pa¨ªs. Los datos de la ONU son claros: en 30 de las 32 provincias del pa¨ªs se cultiva opio, y la producci¨®n en 2003 fue de 3.600 toneladas, con unos beneficios de 2.300 millones de d¨®lares (la mitad del producto interior bruto total). Un agricultor que cultiva opio gana diez veces m¨¢s que un polic¨ªa, y la ONU cree que 1,7 millones de personas (el 7% de una poblaci¨®n de 24 millones) se dedica a este cultivo. En la anarqu¨ªa de la posguerra, el opio se ha convertido en un negocio rentable y f¨¢cil.
Como ha escrito el antiguo especialista en Asia del Departamento de Estado Dennis Kux, "las fuerzas de la coalici¨®n han mantenido una estudiada pol¨ªtica de no implicarse en el combate contra los narc¨®ticos". "Luchar contra la droga equivale a luchar contra el terrorismo", se?al¨® Costa. El presidente Karzai tambi¨¦n pidi¨® la ayuda internacional contra unos cultivos que pueden arrastrar a Afganist¨¢n, de nuevo, al agujero negro de la historia.
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