El idioma del trabajo

Maria Dolores Oria ha conocido en dos meses Ruman¨ªa, Marruecos, Lituania, Bulgaria, Polonia, Estonia, Polonia, Angola y el S¨¢hara. Pero no se ha movido de Lepe, Huelva. De lunes a jueves, cada tarde Mar¨ªa Dolores intenta durante hora y media que los 26 inmigrantes que se apuntaron a un curso gratuito de Lengua y Cultura Espa?ola "aprendan a defenderse en castellano". "Muchos de los alumnos ten¨ªan un nivel pr¨¢cticamente nulo, les ten¨ªa que ense?ar las palabras a trav¨¦s de dibujos", cuenta la monitora.

Ayer, en el sal¨®n de plenos del Ayuntamiento de Lepe se entreg¨¢ron los diplomas acreditativos a los alumnos. El alcalde, Manuel Gonz¨¢lez Rivera (PP) fue el encargado de llamarlos y entreg¨¢rselos. Y, claro, es dif¨ªcil pasar del ¨¢rabe al lituano, del portugu¨¦s al rumano. "Yo s¨®lo ve¨ªa consonantes y muy pocas vocales", comentaba el edil despu¨¦s del acto.

El curso, organizado con fondos de la Uni¨®n Europea y la ayuda del Ayuntamiento lepero, busca que los inmigrantes tengan una mayor integraci¨®n. El pr¨®ximo d¨ªa 23 de febrero, cuando se espera la gran oleada de temporeros extranjeros, comienza otro m¨®dulo. "Muchos de los que han asistido al primero volver¨¢n a mejorar el nivel", comenta Mar¨ªa Dolores.

La monitora tambi¨¦n ha intentando que los inmigrantes conozcan las costumbres y la forma de relacionarse de los aut¨®ctonos. "A los alumnos de Europa del Este lo que m¨¢s les llamaba la atenci¨®n era que la gente estuviera haciendo vida social a partir de las ocho, tan tarde", cuenta la monitora.

A Paula Mar¨ªa, una chica angole?a de 24 a?os, lo que m¨¢s le desconcierta de Andaluc¨ªa no son los horarios, sino el clima: "hace mucho fr¨ªo". Paula posa en las escaleras del Ayuntamiento de Lepe con su diploma; pero ella dice que no es el ¨²nico que quiere tener. Ha venido a Espa?a a intentar estudiar una carrera universitaria. Vive en Lepe desde hace un a?o y un mes en casa de un familiar y es una afortunada. Seg¨²n cuenta, su cu?ado tiene una empresa de construcci¨®n y le costear¨¢ los estudios. Viodel no tiene tanta suerte y est¨¢ en Lepe trabajando "en la naranja". Es rumano, tiene 45 a?os y lleva dos meses en Espa?a. Lo que m¨¢s le llama la atenci¨®n de las costumbres de la tierra son las cabalgatas. "En Carnaval lanzan caramelos a los ni?os", cuenta Viodel, uno de los 3.000 inmigrantes que llegan al municipio a trabajar.

La historia de Lepe es muy parecida a la de muchos municipios andaluces dedicados a la agricultura. Hace 15 a?os, la fresa reclam¨® brazos. Y los brazos vivieron del este de Europa y del norte de ?frica. Hoy en la plaza del pueblo se ven boinas, pieles tostadas, rizos negros y ojos tremendamente azules. El alcalde cuenta que Lepe fue una de las localidades pioneras en acoger a temporeros extranjeros y que, quiz¨¢s por eso, los problemas con los oriundos son pr¨¢cticamente nulos.

La poblaci¨®n estable del municipio ronda los 21.000 habitantes, pero en los meses de la recolecta de la fresa y la naranja, entre enero y junio, llegan a ser 25.000 personas. "Nosotros somos conscientes de que los inmigrantes son necesarios para sacar el pueblo adelante", cuenta el edil popular.