Los huesos del amor
Los poemas de Anne Michaels (Toronto, 1958) parecen escritos con los ojos cerrados. Es decir, su lectura produce la sensaci¨®n de las voces o¨ªdas en la oscuridad: suenan m¨¢s claras que a la luz del d¨ªa y a la vez m¨¢s secretas, m¨¢s severas y tambi¨¦n m¨¢s cercanas, como una confidencia. Con la publicaci¨®n de Buceadores de la piel (Skin divers en el original, que remite tambi¨¦n a la modalidad de buceo a pulm¨®n libre, sin traje y sin botellas de aire), toda la obra de Michaels est¨¢ ya traducida al castellano: sus dos primeros libros de poemas, El peso de las naranjas y Miner's pond (ambos en Bartleby), y su ¨²nica novela, Piezas en fuga (Alfaguara). Cabr¨ªa decir que esa novela es el mayor poema de la escritora canadiense, una intensa mezcla de narraci¨®n, reflexi¨®n y poes¨ªa en torno al Holocausto, el exilio y la memoria y en torno al drama de expresar todo eso. "Ninguna palabra tiene tanto sentido como una vida, / solamente el cuerpo pronuncia perfectamente el nombre de otro", se le¨ªa en el poema que cerraba El peso de las naranjas, y esa certeza es la que recorre este tercer libro, marcado de principio a fin por un erotismo que conlleva a su vez toda una teor¨ªa del lenguaje. Una teor¨ªa, por cierto, que se remonta al momento en que no exist¨ªa la palabra teor¨ªa. Por eso este libro habla del alma y de los genes, de la noche oscura y de la noche de los tiempos. No hay, pues, divisi¨®n entre raz¨®n y sentimiento; los huesos tambi¨¦n piensan. Y la carne: "Entonces, el amor, / tan alejado del cuerpo, se alcanza s¨®lo / por v¨ªa del cuerpo. El tiempo es el alambique / que transforma lo conocido / en misterio". As¨ª, si la piel es para Michaels un yacimiento arqueol¨®gico, el cuerpo es como el tronco de un ¨¢rbol que guarda en sus anillos la memoria de todo lo que ha sido, incluido el sonido del hacha que lo corta: "En tus manos todo lo que has perdido, / todo lo que has tocado. / En un rinc¨®n de tu cabeza / cada promesa y / cada promesa rota. En tu piel, / cada vez que fuiste rechazado, / cada vez que fuiste aceptado". En cierto sentido, la escritura de Michaels funciona por acumulaci¨®n, como las capas del subsuelo, mezclando elementos org¨¢nicos y minerales, top¨®nimos y t¨¦rminos cient¨ªficos. De ah¨ª que sean los suyos poemas llenos de gente, de tiempos, de lugares, poemas atravesados no por una idea del amor, sino por la experiencia f¨ªsica y qu¨ªmica del amor ("Tus sesenta trillones de c¨¦lulas / y los m¨ªos"). Narrativos pero no prosaicos, los versos de este libro -traducido con solvencia por Jaime Priede en una edici¨®n que lamentablemente no reproduce el texto original- parten de la certeza de que, como se apunta en el mon¨®logo dram¨¢tico que la poeta ha puesto en boca de Marie Curie, a la verdad le gusta ocultarse en lo abierto.
BUCEADORES DE LA PIEL
Anne Michaels
Traducci¨®n de Jaime Priede Pr¨®logo de Alfonso Armada Ep¨ªlogo de Jordi Doce
Bartleby. Madrid, 2003
88 p¨¢ginas. 11 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.