Lo que bien empieza...
...Bien acaba, dice el refr¨¢n. Desde luego, no pod¨ªa empezar mejor el a?o en cuanto a la inflaci¨®n se refiere. El IPC de enero disminuy¨® un 0,7% respecto al mes anterior, tres d¨¦cimas m¨¢s de lo que lo hizo en enero de 2003, por lo que la tasa interanual (que a efectos pr¨¢cticos puede considerarse una suma m¨®vil de las variaciones mensuales de los ¨²ltimos doce meses) se redujo en esas tres d¨¦cimas, hasta el 2,3%. Vamos, que nos hemos situado casi en l¨ªnea con la inflaci¨®n media de la zona del euro (en diciembre, ¨¦sta era del 2% y posiblemente baje unas dos d¨¦cimas en enero). Estamos, por tanto, de enhorabuena, pues la inflaci¨®n y su diferencial con la zona del euro viene siendo el tal¨®n de Aquiles de la econom¨ªa espa?ola.
La inflaci¨®n media anual podr¨ªa situarse en torno al 2,4% y la interanual de diciembre en el 2,6%
El dato ha sido notablemente mejor de lo que hab¨ªamos previsto los analistas, incluido el que suscribe, que esperaba que la tasa mensual fuera similar a la de un a?o antes y que, por tanto, la tasa interanual se mantuviese en torno al 2,6% de diciembre ¨²ltimo. La sorpresa, otra vez, la ha dado el componente de vestido y calzado, cuya ca¨ªda del 11% ha sido superior a la del a?o anterior (-9,6%). Esta sorpresa explica la mitad aproximadamente de nuestra desviaci¨®n en la previsi¨®n. La otra mitad hay que atribuirla a un comportamiento tambi¨¦n mejor de lo previsto de los servicios y, en menor medida, de otros bienes industriales no energ¨¦ticos. Todo ello se explicar¨ªa fundamentalmente por dos factores: la debilidad de la demanda de productos manufacturados (excluidos los autom¨®viles) y la apreciaci¨®n del euro, que abarata los bienes y servicios importados.
El componente de vestido y calzado, cuya ponderaci¨®n en la cesta de la compra alcanza casi el 10%, viene teniendo un comportamiento bastante impredecible desde que en enero de 2002 empez¨® a recogerse en el IPC el fen¨®meno de las rebajas, lo que no quiere decir que el sistema actual sea peor para medir la verdadera evoluci¨®n del coste de la vida, sino todo lo contrario. Desde entonces este componente acusa una notable estacionalidad, que se trasmite al IPC total, como puede verse en los gr¨¢ficos. En los meses de rebajas (sobre todo enero y julio y, en menor medida , en febrero y agosto), el vestido y calzado registra ca¨ªdas importantes, y lo contrario sucede en los meses posteriores (marzo y septiembre y, sobre todo, abril y octubre). Por eso, no pueden valorarse adecuadamente los datos mensuales del IPC sin tener en cuenta esta estacionalidad. Lo bueno ser¨ªa que el INE, como hace la agencia estadounidense (BLS) que elabora el IPC, publicara los datos, a la par que en t¨¦rminos originales, en t¨¦rminos desestacionalizados; mientras, las tasas que mejor recogen la evoluci¨®n tendencial de la inflaci¨®n son las interanuales. El efecto rebajas le ha restado al IPC de enero 1,1 puntos porcentuales, de modo que, sin ¨¦l, el IPC hubiera aumentado un 0,4%. Esto explica tambi¨¦n otro fen¨®meno que se produce todos los a?os por estas fechas, aunque este a?o de forma menos acusada: la discrepancia entre el aumento de los precios que percibe el hombre de la calle y la estad¨ªstica oficial de precios.
A partir de este dato de enero, las perspectivas de inflaci¨®n para el conjunto del a?o mejoran notablemente respecto a lo que comentaba hace unos domingos en esta columna. La tasa media anual podr¨ªa situarse en torno al 2,4% y la interanual de diciembre en el 2,6%, es decir, dos d¨¦cimas por debajo de las previsiones anteriores.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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