Beckham y Guti, bajas por tarjetas para Montju?c
Beckham y Guti, la pareja de medios centro improvisados que mueve al Madrid, recibieron una tarjeta amarilla, cada uno, que no les permitir¨¢ jugar contra el Espanyol, en Montju?c.
Las amonestaciones pusieron de manifiesto el nuevo talante de estos jugadores, que han forzado su naturaleza creativa para cumplir un trabajo organizativo en los barracones de la zona ancha, donde debieron v¨¦rselas cara a cara con Baraja y Albelda, especialistas de la escoba y la estopa.
Hubo intercambio de golpes en el medio campo del Bernab¨¦u, verdadero atolladero, terreno abonado a las cartulinas. Por esa zona llev¨® el Valencia el juego del Madrid, como por un embudo, hacia la trinchera de Ayala.
Ocurri¨® exactamente lo que tem¨ªan los madridistas, t¨¦cnicos incluidos: que el partido se volviera f¨ªsico, que la guerra fuera de desgaste. El cansancio les pesaba desde el cruce en la Copa del Rey contra el Sevilla. Los minutos de la Liga de Campeones tampoco se acumulan en vano. Y el Valencia contaba con la ventaja de competir menos. Ayer, por lo tanto, el tiempo estaba de parte del conjunto que dirige Rafa Ben¨ªtez.
El palco, saturado de miembros del Gobierno y fuerzas vivas, no se complaci¨® con un espect¨¢culo de los que alegran la vista. El Valencia no dio dos pases seguidos y el Madrid no anduvo mucho mejor, de tan perfectamente parados en el campo como estaban, marcando uno al otro.
En el fondo sur, mientras tanto, se anunciaron nuevas tendencias culturales. En vista del poco caudal de voz que tiene el estadio, los muchachos han cambiado el canto por la literatura. As¨ª, Ultras Sur comenz¨® recordando a Ca?izares su noche aciaga en la final de la Liga de Campeones de 2001, en Mil¨¢n -"?C¨®mo llorabas, Ca?ete; c¨®mo llorabas...!", enton¨®-, y termin¨® levantando toda una serie de pancartas alusivas a la presunta conspiraci¨®n antimadridista reinante en el mundo y causante, entre otros desmanes, de la ausencia de Zidane por sanci¨®n.
Tan pocas emociones se vivieron con la pelota en movimiento como cuando estaba quieta. A bal¨®n parado, el Madrid sigue siendo una l¨¢stima. En el primer tiempo, el equipo dispuso de cinco ocasiones para marcar al borde del ¨¢rea de Ca?izares, dos de Beckham y tres de Roberto Carlos, entusiasmado con su ¨²ltimo ¨¦xito ante el M¨¢laga. Y el caso fue que las cinco tuvieron un destino banal: la barrera o los grader¨ªos.
Roberto Carlos estuvo en su l¨ªnea de aciertos. Lo que sorprende es la ca¨ªda que ha sufrido Beckham en la pr¨¢ctica de un arte que le ha hecho famoso y millonario. ?D¨®nde est¨¢n sus salchichas?
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