'La vida de las formas' refleja los delirantes mundos imposibles de Escher

?Pueden cuatro tramos de escalera que forman un circuito cerrado ser usados ¨²nicamente para subir? La l¨®gica niega esa posibilidad, pero Maurits Cornelis Escher (Holanda, 1898-1972), maestro de delirantes mundos imposibles, consigui¨® plasmarla sobre el papel en uno de los 78 grabados, litograf¨ªas y xilograf¨ªas que se exponen en Escher. La vida de las formas, que permanecer¨¢ abierta hasta el 12 de abril en la Fundaci¨®n La Caixa de Girona. La sugerente antol¨®gica, la m¨¢s extensa y equilibrada que se ha presentado hasta ahora en Espa?a, expone sus trompe-l'oeil m¨¢s populares -entre las im¨¢genes m¨¢s reproducidas del siglo XX-, junto a otras obras menos conocidas que trazan su evoluci¨®n tem¨¢tica y desvelan la trastienda de su provocativo laboratorio visual.

Las creaciones de Escher, popularizadas a finales de la d¨¦cada de los sesenta, anticipan muchos de los hallazgos del arte digital. Xavier Antich, profesor de Est¨¦tica de la Universidad de Girona y comisario de la muestra, destaca la extra?a fascinaci¨®n que emana de estas creaciones, capaces de "absorber la mirada" y subyugar al observador con la representaci¨®n hiperrealista de "un espacio con trampa".

La obra gr¨¢fica de M. C. Escher empieza a madurar con la representaci¨®n geom¨¦trica de las formas de la naturaleza. Lib¨¦lulas, crisantemos o las olas del mar, son reducidos a sus formas m¨¢s esenciales. "A partir de este momento, todo se hace m¨¢s complejo hasta llegar al delirio", explica Antich.

La exploraci¨®n del cuerpo, con un sinf¨ªn de extra?os autorretratos, constituye otro de los ¨¢mbitos de Escher. En este apartado destaca la litograf¨ªa Manos dibujando (1948), en la que aparecen dos manos sosteniendo un l¨¢piz que emergen de un papel y se dibujan mutuamente. En 1922, los paisajes y la arquitectura de Italia empiezan a convertirse en las piezas maestras de un vocabulario esencial para profundizar en su personal¨ªsima "magia de los espacios". Del mismo modo, sus visitas a Granada y la sugesti¨®n del palacio de la Alhambra le sumerge en los laberintos de la repetici¨®n de las formas. "La ornamentaci¨®n isl¨¢mica, con su sabidur¨ªa secular de la combinaci¨®n de formas, es para ¨¦l un enigma que s¨®lo consigue desentra?ar al cabo de los a?os", explica Antich. De ah¨ª surgen sus famosas metamorfosis: peces que se transforman en p¨¢jaros o tupidos paisajes sim¨¦tricos repletos de animales imaginarios. Jorge Wagensberg, director del Museo de la Ciencia de Barcelona, destaca que Escher se ha convertido en la fuente de ilustraci¨®n m¨¢s frecuente en libros de ensayos cient¨ªficos, porque sus autores han encontrado en sus obras "la met¨¢fora gr¨¢fica sugeridora y precisa" de algunos de sus conceptos. Un libro, Un eterno y gr¨¢cil bucle, de Douglas R. Gofstadter, dedica 900 p¨¢ginas a comparar la obra de Escher con la m¨²sica de Bach y las teor¨ªas l¨®gico-matem¨¢ticas de G?del.

Entre las obras m¨¢s espectaculares y menos divulgadas, a causa de sus grandes dimensiones, se expone Metamorfosis II, una larga xilograf¨ªa panor¨¢mica, compuesta a partir de 20 planchas, que constituye un apote¨®sico compendio de todos los hallazgos visuales de Escher. Las obras que se exponen en Girona son una selecci¨®n de las m¨¢s de 300 piezas con que cuenta el Israel Museum de Jerusal¨¦n.