La Espa?a m¨ªtica de Suso de Toro
El problema de Suso de Toro y gran parte de lo que yo denomino izquierda m¨ªtica consiste en que m¨¢s que analizar objetivamente la realidad, lo que hacen es enfrentarse con sus fantasmas del pasado. Esa perspectiva condiciona seriamente las posibilidades reales de respuesta pr¨¢ctica a una realidad que queda convertida en mero simulacro. De hecho, el art¨ªculo en el que contesta a Fernando Savater es, m¨¢s que un an¨¢lisis pol¨ªtico, un involuntario ejercicio de psicoan¨¢lisis.
No veo a nadie aqu¨ª cantando las glorias del Cid ni de Isabel la Cat¨®lica, pero s¨ª veo a una izquierda que por sus indecisiones y prejuicios est¨¢ err¨®neamente dejando a la derecha la patrimonializaci¨®n estrat¨¦gica de una normas de juego constitucional con las que gran parte de los espa?oles se sienten plenamente identificados, en tanto han sido precisamente ellas las que por vez primera les han permitido vivir en una Espa?a que nada tiene que ver con esa que traumatiz¨® la infancia de Suso de Toro y tantos otros.
Frente a esa Espa?a m¨ªtica que, al parecer, Suso de Toro no logra desprender de sus retinas, Fernando Savater sabe distinguir perfectamente dos niveles de enfrentamiento: el de los meros adversarios pol¨ªticos con los que, a pesar de sus divergencias, se comparte una lealtad a las reglas de juego com¨²nmente consensuadas, y el de aquellos que se sustraen maquiav¨¦licamente de cualquier compromiso con una democracia de la que, sin embargo, se benefician sin rubor, pero que les trae sin cuidado porque no les proporciona el poder absoluto que en el fondo ambicionan.
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